Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • La burocracia es invencible

    Ayer fue miércoles. Fui a recoger mi acta. Y me la dieron. Así, a la primera. Sin tener que llorar, rogar o amenazar. Y estaba correcta. Todos los datos en su sitio.
    La pura felicidad.

    Así que hoy fui a la Universidá. A dejar el acta, claro. Pensé que para marzo o abril podría estar titulada: entrego el acta, me asignan sinodales, me dan sus votos, hago el examen. Así de simple.

    Ilusa.

    Llegué a la oficina correspondiente alrededor de las nueve. Letrero: atendemos de 10 a 2. Hice tiempo. Regresé. Ya estaban ahí. Esperé a que me atendieran (¡Era un reno de fieltro eso que cosía la secretaria del escritorio del fondo…?).

    (PAUSA DRAMÁTICA)

    Me atendieron, sí. Y me recibieron el acta. Y me dijeron que…

    (NUEVA PAUSA DRAMÁTICA)

    …que hay que esperar CUARENTA días HÁBILES para que terminen con la revisión de estudios y podamos seguir con lo que sigue. ¿Me avisan? No, yo tengo que ir, «darme mi vuelta» por ahí de finales de enero, para que me digan como va el trámite.

    Bueno, cuarenta días hábiles de descanso, pensé.

    Pero entonces me di cuenta de que no me han pagado octubre en la chamba. Pregunté y me dijeron que es un error. Que es cosa de un trámite de aclaración. Trámite. Burocracia. Brrr.

  • Sobre la gente que habla spanglish y cree que es de lo más "high" meter palabras en inglés cada tres palabras en español…

    Pues nada, que a mí me caen como piedrita en el hígado. Me parece muy triste que gente más o menos «ilustrada» crea que el idioma que le tocó en suerte es menos «distinguido» que otras lenguas y que se empeñe tanto en «demostrar» su poliglotismo.

    Yo sé que no siempre encontramos la palabra adecuada en español, pero, al menos en mi caso, casi siempre es a causa de mi propia ignorancia, no a falta de palabras en nuestro idioma. Ya sé que hay palabras como «web» o «cedé», que medio españolizamos pero que quedan básicamente en inglés, (o «cool», que, debo admitir, es una de mis favoritas). Algunas se arraigan tan fuerte que se convierten en parte de nuestro idioma, y eso está bien hasta cierto punto: es como las lenguas continúan vivas, crecen, se adaptan a los nuevos tiempos. Es parte de vivir en la aldea global (y de pasar ocho horas diarias en la red) y blablablá.

    Lo que me encabrona es, más bien, encontrar textos del tipo:

    Pues fui al theatre a ver una movie, you know what I mean? Pero llegamos too late y ya estaba todo sold out. Pout pout. IMHO, los cines deberían ser, you know, bigger. Fuck them all.

    Me da asquito, la verdad. Porque en ese afán de desconocer el español, sólo empobrecen un idioma -sin enriquecer al otro, por cierto-. Y, para colmo, ¿creen que por hablar -¡escribir!- así van a hacer que los gringos se enamoren de ellos? ¿que el primer mundo los mirará con respeto? Sinceramente… no lo creo.

    Y peor los mexicanitos que hablan en madrileño: ¡puajjjjjj! Y explico por qué con esta chulada de pensamiento, de don Rubén Bonifaz Nuño:

    Tenemos que cuidar nuestra lengua nacional, que sin duda es una forma del español que se nos impuso en otro tiempo, pero que, si lo dominamos, podemos enseñárselo, ya como conquistadores, a los mismos españoles, cuyos escritores y académicos desde hace tiempo escriben pésimamente. Basta con leer la última edición del Diccionario de la Real Academia Española para percatarse de que están deshaciendo el idioma. Lo malo es que ese español en estado putrefacto que se habla en España, se nos está imponiendo a través de los medios de comunicación masiva.

  • Topes contra la pared

    -Señorita, mi acta no trae la corrección que solicité.
    -Pase allá.

    -Señorita, hay un error en mi acta…
    -A ver. (Ve). No, es que eso no lo vemos acá. Tiene que ir allacito.

    -Hola, vengo de allá porque hay un error en mi acta y…
    -No, acá no vemos esas cosas.
    -Es que ya hice todo el trámite, sólo quiero un acta que diga que se hizo la corrección.
    -Ah, menos. Eso lo tiene que ver directamente hastallá.

    -Oiga, mi acta tiene un error…
    -Tiene que tramitar una aclaración. Venga con este papel y este otro y un pago…
    -Es que ya hice eso.
    -¿Entonces?
    -Sólo quiero un acta que diga que ya se aclaró el error.
    -Aaaah… sí, eso es acá. Pero tiene que pagar acullá primero. Vaya, pague, regrese con su pago y le digo lo que sigue.

    -Vengo a pedir una copia de mi acta…
    -¿Trae su pago?
    -Sí.
    -¿Copia del acta?
    -Sí.
    -El miércoles va a estar.
    -Oiga, pero ¿se puede asegurar de ponerle ahí, en la orden, que hay que incluir la corrección…
    -¿Cual corrección?
    -Es que mi acta tenía un error y…
    -Eso no es acá.
    -No, espere, ya hice el trámite completo, fui allá, luego a hastallá, pagué y todo. Ora nomás quiero el acta ya corregida.
    -El acta no se corrige.
    -Bueno, con la aclaración.
    -Eso sí. ¿Trae su pago de la aclaración?
    -¡No! Pero ese trámite ya está terminado.
    -A ver, deje checo.



    -Efectivamente, ya está su trámite.
    -¿Entonces?
    -Pues venga el miércoles a recoger su acta.
    -¿Corregida?
    -Las actas no…
    -Perdón, perdón. ¿Con la aclaración?
    -Sí, con la aclaración. El miércoles, pero no muy tempranito, ¿eh?
    -¿Qué traigo para recogerla?
    -Este papelito que le estoy dando.
    -Gracias.
    -¡No se vaya! Me acabo de acordar… traiga también una copia de su acta, por si cualquier cosa…

  • Soneto con eñes

    No se deberían perder, queridos, la antología Palabras en poesía, de Editorial Siglo XXI. A modo de diccionario, nos presenta palabras (en orden alfabético, claro) y sus «definiciones», que, en este caso, consisten en poemas.
    Son cincuenta autores los que participaron y hay cosas muy muy muy monas. Ya lo verán.

    Sólo como probadita, el «Soneto con eñes» de Eduardo Langagne (y que viene, precisamente, en la entrada de la «ñ»):

    Si hago al año un soneto, en el otoño,
    me sentiré tacaño en el cariño:
    sin hacer un rasguño en tu corpiño
    desharé como un niño el rojo moño.

    Haré un guiño a la flor de tu retoño
    y avanzaré hogareño en mi escudriño:
    ñoño tal vez, un verso algo lampiño
    hará subir peldaños al bisoño.

    Por mis mañas tal vez frunzas el ceño
    o el regaño se exprese con tu puño
    al ver extraño lo que aquí pergeño.

    Un verso taño y es de nuevo cuño:
    un soneto con eñes ahora preño
    y si me engaño nunca refunfuño.

    (¡Y eso que no han visto el soneto que puso en la letra j! ¡Todos los versos acaban con palabras que finalizan en j, sin repetir un sólo término! No es por nada, pero el Maestro Langagne es geniecito del lenguaje).

  • "Entre las víctimas se encuentran dos policías y dos decapitados." (La Jornada)

    Ya no respetan nada, qué jijos. Puedo entender que los policías estén entre las víctimas: su mismo oficio conlleva ese riesgo. Pero ¿y los decapitados? ¿quién es tan malandrín como para atacar a un pobre, indefenso decapitado?

    (La nota completa está aquí).

    (Las fotos, pronto, prontísimo. Lo prometo)