Hoy, 6 de octubre de 2015, se cumple exactamente un año de que me fui al Centro Banff a hacer una residencia artística. Mi intención era escribir diez cuentos usando de protagonistas a personajes secundarios de mi primera novela, Ojos llenos de sombra. El viaje fue lo que esperaba y muchísimo más: dicen que hay experiencias que se convierten en putnos de inflexión y que nos hacen organizar nuestros recuerdos en un antes y un después, y la ida a Banff fue precisamente una de esas experiencias (aunque yo creo que puede haber muchos puntos de inflexión en cada vida).
Hoy, para conmemorar el aniversario de mi viaje a Canadá, voy a transcribir aquí la entrada correspondiente de mi diario. No sé si me anime a transcribir, día a día de aquí al 27 de noviembre, todas las entradas (y es que soy poco disciplinada y, a diferencia del año pasado, mi agenda de este apenas tiene tiempo para que me ponga a escribir por gusto cosas que me interesen) pero podría ser.

Entretanto, les contaré que el diario me ocupó una moleskine y media. Usé unas chuladitas edición especial de El Hobbit (muy adecuadas, ya que yo también iba a escribir sobre una ida y una vuelta) y seguí escribiendo aún tras mi regreso, pero ya menos regular. Me detuve el 16 de febrero, en Tixtla; pero la causa de la interrupción es otra historia.

En fin: así que, al menos hoy, transcribiré la entrada correspondiente de mi diario aquí. Ya veremos si la nostalgia de 2014 y el frenesí de 2015 me permiten hacerlo por más días.

 

Y dice así:

 

libreta banff

06. oct. 2014

Hace rato decía mi papá: no hay plazo que no se cumpla. Y sí: luego de meses de nervios ya estoy en la sala 33 del aerupuerto (terminal 1) para irme a Banff. Son las seis de la mañana.
El vuelo sale a las 6.30, vía Vancouver. Ahí estaré cerca de dos horas y hago la conexión a Calgary. De ahí el Banff Transporter y al fin llegaré. Creo que hoy será día de trayectos.
Tengo calor –> traigo una playera térmica muy delgada pero muy efectiva. Me duele un poco la pierna izquierda –> me ha estado doliendo desde hace algunos días, es como dolor muscular en el muslo. Y no tengo hambre –> ayer desayuné, comí y cené como marranito.

Pensé, en algún momento, en comprar una almohada de viaje –> supongo que la idea vino de pasar por el interminable duty free (¡de veras larguísimo el pasillo! ¡y casi todo cerrado, excepto algunos delis y tienditas para turistas!). ¡Cuestan más de 500 pesos! Es una locura, y más para un objeto que, después del vuelo, se convertirá en un estorbo.

¡Ahora inicia el abordaje! Espero volver a escribir luego :)
[laaaa dramática…]

 

***

 

¡5 horas, 50 minutos va a durar el vuelo! -nomás de Mx a Vancouver, claro. Por cierto, son 6:25 y ya estoy en mi asiento.
Hace un momento avisaron que Air Canada lleva cinco años consecutivos como la mejor aerolínea de Norteamérica y que van a hablar en inglés, francés y español. Eso me late. Para mejor, el lugar junto a mí está vacío :D
Creo que va a ser un buen vuelo.

[un rato más tarde]
Ya llené la forma de migración y ayudé a otra persona a llenarla. No tenía la intención de pagar comida pero ya me dio hambre. Tendré que pedir algo para desayunar, ni modo :)

 

***

 

Me ha tocado conocer mucha gente que se queja de la comida de avión y de la comida de hospital. La verdad, mi experiencia con ambas siempre ha sido satisfactoria. Ya sé que nunca voy a brillar en sociedad y que soy lo contrario a una gourmet, pero suelo disfrutar mucho la comida de avión -y también la de hospital, lo que es altamente reprobable, ya que implica robarle a un enfermo :P
En cualquier caso, si fuera de la banda que se pone loca porque la comida del avión le parece un insulto al paladar, tendría que estar doblemente conflictuada, ya que pagué por ella. Y no es barata: 5.50 dólares canadienses por un sandwich de desayuno tipo el muffin de desayuno de lomo canadiense de MacRoñas (que, por cierto, también me gusta un montón, ay).
la buena noticia es que el breakfast sandwich me gustó mucho. Lo acompañé con jugo de naranja y estamos esperando que pase la turbulencia para que me sirvan un café.
Todo bien.

[El lomo canadiense del sandwich, pienso ahora, ¡debe ser canadiense de verdad! –> o sea que es mi primera comida típica canadiense (a pesar de que el jugo era jumex, lo que me hace dudar del lugar de origen del lomo, pero en fin. Ah, y ya encarrerados en la reseña, tenía queso amarillo fundido y huevo que, al horno, es una delicia -al horno y revuelto, y estrellado y de todos modos menos tibio y crudo, creo].

 

***

 

Me gusta que haya pantallas con mapa, mostrando nuestra ruta. Ahorita estamos a 76 millas de Hermosillo, todavía en territorio mexicano. –> Ahora a 126 millas de Hermosillo.
Ahorita son las 7:07 en Vancouver y faltan tres horas para llegar…

 

***

 

He dormitado la última hora. Hubo turbulencia por ahí de Phoenix y vamos ya por los rumbos de Las Vegas pero más al este. El Gran Cañón está a 18 kilómetros.
En Mx son las 10. ¿Cómo estarán mis humanos y mis gatos?
[El baño del avión tiene jabón que huele rico].

 

10.22 en México. Vamos sobre el desierto Escalante. Salt Lake City quedó atrás. Esto del mapa en la pantallita es lo máximo :)

 

Creo que desde niña aprendí a disfrutar los viajes en avión. O los viajes en general, excepto que no, los trayectos en auto nunca me fueron disfrutables. Pero me acuerdo de la emocipon de levantarnos de madrugada, estrenando una piyama que haría las veces de pants (¡cuánta transgresión!), la exploración del baño del avión (algunos tenían vasitos de cartón con asas plegables)… Me acuerdo de los jaboncitos de Eastern, que venían envueltos individualmente, y de que siempre teníamos (o mucho tiempo tuvimos) en casa.
Los cubiertos de metal, los platos de cerámica. Y de todo eso tuvimos en casa. Supongo que entiendo por qué las aerolíneas dejaron de usar esos objetos :P
Pero recuerdo esos momentos como parte de la aventura del viaje y, si me apuran, probablemente son de las cosas que mejor recuerdo de aquellos viajes. Curiosamente, no recuerdo ni la documentación de maletas ni las filas en migración o.O Creo que esa forma de viajar se la debemos a mi mamá. Todavía ahora, cuando llego a un cuarto de hotel, lo primero que hago es explorar el baño y alegrarme si tiene tina. «Qué suerte tienen los que no se bañan», pienso o exclamo -así como lo exclamaba mi mamá. Y me da um gusto sincero, a pesar de que ya no me baño en tina -al menos no con la frecuencia de entonces.

 

***

 

Estamos a una hora de llegar a Vancouver. Leí el periódico. Es tan tierno leer un periódico que se refiere a cosas tan locales como un tipo que demandó a la ciudad por el ruido de las motocicletas :)
Estamos pasando por una zona montañosa, Monts Warner. Al oeste está el desert Black Rock (al suroeste, para ser más específicos).
En Mx son las 11:07, en Vancouver las 9:07.
Me gustan los mapas :)

banff mapa avion

 

 

***

 

11.54 tiempo de México y… ¡hay internet en el avión! (por 4 dlls). caí en la tentación, claro, y le mandé un mail a mi papá, otro a Karen y platiqué tantito con el Albert (¡ay, ya lo extraño!)

¡2470 millas viajadas!

También cambié mi foto en FB. Pensé en no usarlo más desde hoy, pero… ¿y si mejor desde mañana? ¿Esto cuenta como adicción? Ay.

Me llevo el periódico que me dieron para leer en el avión. Voy a necesitar unas tijeras y un pritt, por cierto :)
Y bueno, estamos a diez minutos de aterrizar. Iba a hacer un chiste tipo «si esta es mi última anotación en esta libreta—» pero ñé. Mejor digo: «pasando migración escribo de nuevo» (Esta libreta es como un blog analógico. espero no abandonarla).

Ah, por cierto: en Canadá, al lomo canadiencie no le dicen «lomo de acá»: le dicen «back bacon». Oooooooh…

[Todavía no aterrizamos. 4131 kilómetros hasta acá. ¡Estamos aterrizando!] :D

 

***

 

11.42, tiempo de Vancouver.

Ya en el segundo avión.

Según yo iba a tener tiempo suficiente para migración, aduana, ver las tienditas y comer algo. Nada de eso. Pedí instrucciones tres o cuatro veces (pero es que mejor preguntar de más que perderse) y, la verdad, fue sencillo. ¿A qué va? A escribir un libro. ¿A dónde? A Banff. Bueno, dije de la beca y tal. Luego, a las bandas por la maleta. El asiento 19 es la de emergencia!!!
Entregar el formato en la aduana. Pasar a dejar la maleta en la otra banda. Tomar un elevador. Formarme en una fila de 20-30 mins (eso decía la pantalla). Pasar el punto de revisión. Sabe por qué, decidieron revisar entera mi maleta azul. Qué risa:

      • una linterna (porque me da miedo salir de noche del estudio en Banff)
      • un cargador de teléfono
      • un kindle
      • un periódico y una revista
      • un monedero de gato
      • una libreta
      • otra libreta
      • otra libreta
      • un libro de gatos
      • una agenda
      • un cable para kindle
      • cables para laptop
      • ventilador para laptop
      • gorro y bufanda
      • pluma fuente desechable
      • pluma atómica desechable
      • chicles
      • ipod
      • cable para ipod

 

 

Ya que pasé, a guardar de nuevo la laptop en la mochila y otra vez a caminar: la sala para ir a Calgary estaba al otro extremo (sala 42, creo). Llegué apenas a tiempo para cargarle batería al cel, avisar a Alberto que ya estaba ahí y en eso nos llamaron para abordar.

 

Fotos que no tomé:

      • Una fuente con esculturas tipo arte nativo canadiense
      • una mesa con todas las botellas y vasos con diferentes cantidades y tipos de líquidos, acumulados en el punto de revisión
      • la pantalla onda disneylandia que avisa cuánto tiempo va a tardar la revisión
      • las maletas tipo bolso de dama gigante con rueditas y manija.

 

Cosas que no hice:

  • tomar fotos
  • comer algo

 

Ah, pero sí hice otras cosas:

  • Ir al baño :)
  • Arreglar el reloj de mi fon al horario en Vancouver.

 

Y ahora estoy en el avión a punto de despegar (son las 12:03)

 

***

 

12.35 tiempo de Vancouver :)

Tomo café, agua natural y como una bolsita de pretzels. Como despecito porque sí tengo hambre pero no creo que haya comida en este vuelo (y si hay, no muy se me antoja pagarla). Leo en la revista de a bordo un reportaje sobre Tulum. Qué curioso. :)
Curioso y cruel: el texto habla de tacos al pastor y sopes de pollo. Bu. Claro que se me antojan. Pero al menos fue un paro la bolsita de pretzels (60 calorías) :)Estamos a media hora de llegar a Calgary. En el mapa de la pantalla frente a mí ya se ve con precisión Banff. ¡Qué emoción!
(En Calgary son las 13.50 y se calcula que llegaremos a las 14:10. ¿Trato de tomar el airporter de las 14:30 o me espero al de las 15.30? Dependerá de lo que tarde en salir la maleta. En todo caso, prisa no hay).

685 – 51 kms de Vancouver a Calgary.

En Columbia Británica hay un lugar que se llama Dawson’s Creek.

 

***

 

Diez de la noche

Ah, qué día más largo. Bajé del avión y la primera maleta en caer a la banda transportadora fue la mía. Caminé a donde el camioncito Calgary – Banff y me pudieron subir en el de las 2.30 (estaba agendada para el de las 3.30). Así que llegué al centro Banff sin problema.
En el camino, me llamaron la atención varias cosas que no pude fotografiar pero que, a cambio, guardaré en la cabeza:

  • Una yegua negra, con su potrillo, todo torpe, caminando hacia ella.
  • Caballos echados en el pasto.
  • Unos chavos haciendo esquí sobre ruedas :)
  • Aves echadas en un campo de beisbol.
  • ¡Los colores! El azul del cielo, los árboles verdes y amarillos y rojizos, las montañas, el pasto… todo es technicolor.

 

Llegué al Centro Banff y un señor de la recepción me trató lo máximo: me regaló un cuernito, me trajo en auto al edificio, me ayudó con la maleta y no me aceptó la propina. Mañana lo buscaré para ver cómo se llama y darle un beso indio (suena terrible, ya sé).

Estoy en el piso 6. Tengo cama king size pero no le hallo el modo al aire acondicionado y se escuchan muchos ruidos. Usaré tapones.
Descansé un poco y fui a tramitar la ID del centro. Luego fui al pueblo, compré postales, un prit, tijeras. Y mi real Simple.
Regresé apenas a tiempo para cenar en el restorán no-caro, el Vista. Comí sopa de pollo con pasta, sopa/crema de papa con brócoli y roastbeef con puré. pero ya tengo hambre :(
Ah, cuando venía del pueblo, al pasar por el cementerio, ¡me encontré dos venados!
Me emociona porque camino de Calgary me preguntaba cuántos días habrían de pasar antes de topar animalitos. Y que haya sido hoy, wow. Además, al verlos me quedé zonza pero un tipo que venía en sentido contrario en el mismo sendero me dio tips. ¡La gente ha sido súper amable! Y bueno… creo que me voy a dormir…

banff resumen


Comentarios

6 respuestas a «A un año de Banff»

  1. Qué genial. Gracias por compartir tu experiencia, ha sido un placer leerte.

    Saludos :)

  2. Muchas gracias, Athena :) El placer es todo mío :D

  3. Avatar de La Insomne
    La Insomne

    ¡Me encantó leer tu experiencia viajosa!!

    1. ¡Gracias, Saraí! Ahora estoy pensando si pongo las de los días siguientes o no :)

  4. Yo creo que sí que habría que seguir publicando los demás días :D. Un besito y gracias por dejarme acompañarte a la distancia.

  5. Wow!!!!!!!!

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