Y seguimos atrasadines, pero acercándonos, creo. Esta entrada está en una hoja suelta, arrancada de una libreta que iba a usar. Es una libreta bonita, tamaño italiano, de papel muy grato para la escritura; pero al final no la usé porque Alberto me donó su moleskine del hobbit. Por cierto, esa fue otra particularidad de mi viaje a Banff: al final de mi estancia, me visitaron, primero Alberto, y luego mi papá, mary y Fabien. Fue lindo, como que me sirvió para reacostumbrarme a la gente. Y sirvió, también, para compartir con mi gente querida esos espacios que fueron mi casa los treinta y tantos días previos. En fin, que la entrada en cuestión dice:
13 nov 2014
¡Hoy llegó Alberto!
Y empiezo nuevo cuaderno.
Y tomé el taller de manejo del estrés.
Pero, por partes:
Me levanté no tarde, tomé una leche con chocolate y una barra de usana, escribí unas cartas y me fui al tal taller. La instructora se disculpó por no llevar copias para todos, por no llevar la musiquita que tenía que llevar, por no saberse todo de memoria. Mal.
Empzó bien: la parte fisiológica del estrés, causas y efectos, formas de tratarlo mediante ejercicio, alimentación, agua. Actividades. Luego empezó lo uincool: chakras. Reiki. Ángeles. Digo, meditar para desestresar suena bien pero ¿ángeles? Chale. No, no me encantó. Luego fui al lunch. El chef del stir fry me dijo «oh, llegaste tarde. Pensé que no vendrías». Ji ji. Fue de tofu con brócoli. Tilapia con limón. Crema de zanahorias con coco y harta verdura. Cuadrito de cheesecake y té. Luego fui al estudio pero no pude trabajar, estaba a la espera. Fui por Alberto a frontdesk, yes! Cuarto. Cena. Bisteces de cerdo, puré de papa, espinacas. Cheesecake de chocochip, yumi. Y mousse de chocolate. Fuimos a la biblioteca, luego al estudio. Le hice un chocolate a Alberto y comimos galletas. Y ya estamos de vuelta en el cuarto :) Un día de tránsito.
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