Autor: Raquel

  • Remedios caseros

    Cuando duele algo (la espaldalapanzaelriñónelpiederechoelalmaetcétera) y uno pone cara de damnificado, no falta una persona sabia y caritativa que venga a darnos un remedio casero para lo que nos aqueja.
    La gran pregunta no es si el tal remedio es realmente efectivo, sino qué tan viable de llevar a cabo resulta.
    Por ejemplo: para la tos se recomienda cortar en dos una cebolla y poner las dos mitades en un plato, sobre una cama de azúcar. Se dejan pasar algunos días y el jarabe resultante se toma a cucharadas, o en un té bien caliente con harto limón. Muy bien, claro, pero ¿realmente tenemos una cebolla justo el día que nos estamos muriendo de tos? ¿Podemos ir a comprarla o, en caso de sí tenerla, esperar los días que toma que el jugo de la cebolla se mezcle con el azúcar y forme el jarabe? ¿estamos en una situación tal que nadie podría llegar a limpiar el ‘experimento horroroso’ que está sobre la mesa? ¿vivimos suficientemente lejos de moscas, hormigas y otros bichos que podrían curiosear en nuestro medicamento hogareño?
    Y luego: ¿seremos capaces de meternos a la boca semejante mezcla?
    Lo más probable es que, si yo intentara realizar el experimento,
    1. no encontraría cebollas en casa (día uno)
    2. tendría que esperar al día siguiente para ir al super y comprar la cebolla (tarde/noche del día uno)
    3. pondría la cebolla en el plato hasta la noche, o la mañana siguiente (noche del día uno o mañana del día dos)
    4. esperaría impacientemente (levantando cada diez minutos las mitades de cebolla para ver ‘cómo va el guiso’) durante los días dos, tres y cuatro.
    5. encontraría una hormiga ahogada en el caldo (día cinco). Me valdría madres, pero trataría de aparentar interés por la higiene y todo eso, así que tiraría el coso a la basura y empezaría de nuevo
    6. tendría la mezcla lista para tomarse (día diez)
    7. pensaría en la posibilidad de tomarla (días once, doce y trece)
    8. intentaría tomarla en té, en cucharada, en una briaga, y justo antes de probarla me echaría para atrás (días catorce al dieciocho)
    9. descubriría que ya no tengo tos (ha pasado casi un mes) pero igual recomendaría el remedio como ‘milagrosísimo’.

    Pregunta a mis hipotéticos lectores: ¿cuál es el remedio más difícil de elaborar, más asqueroso, más impráctico o que más atente contra el sentido común que les han recomendado?

    PREMIO PARA LAS TRES MEJORES RESPUESTAS (y es en serio).

  • Argumentos chafas para películas ídem

    No estaría mal ser guionista de Hollywood. En realidad, ni siquiera parece que se trate de algo realmente difícil… una vez que se está dentro, claro. Es decir que la parte de matarse de hambre, trabajar de mesera en California y todo eso nomás no se me antoja.
    Replanteo: no estaría mal ser productora de hollywood. Despertar un día para encontrarme con que soy cabeza de un estudio y que tengo la opción de crear mis propios bodrios, sin preocuparme de nada. Es especial, sin preocuparme del dinero (al fin que, siendo obtenido en una noche de sueño, no hay mucha opción de encariñarme con el billullo. O billuyo. O biyuyo. Nunca había escrito la palabra).
    En fin, supongamos que ya soy famosa productora de cine basura, y que tengo que planear las pelis que filmaremos este año. O bueno, el que viene, para que no nos agarren las prisas. ¿Qué haría?

    1. Título: «La noche de los no-muertos no-muertos».
    Género: Horror
    Duración: 1h 48m
    Plot line: Un pueblo madederero se enfrenta a la peor invasión de zombies en la historia de la civilización. Esto no puede sino empeorar con la llegada de inmigrantes vampiros transilvanos, que buscan fundar un nuevo imperio. Vampiros y zombies se enfrentarán en una lucha «a muerte»… donde los únicos que mueren son los habitantes del pueblo. Sólo el valor de Jack el leñador y la pureza de Minnie Lou, la mesera del drive in podrán terminar con la amenaza antes de que vampiros y zombies lleguen a un acuerdo y unan sus fuerzas.
    Dirección: El hijo del primo del fotógrafo de alguna película de George Romero.
    Elenco: Vigo Mortensen como Jack y Sarah Jessica Parker como Minnie Lou; Jack Nicholson en el papel de ‘Master of Vampires’ y Rutger Hauer como el primer zombie pensante que se vuelve vampiro y le salen alas y todo eso.

    2. Título: «Rosa pastel como el pastel de mi boda»
    Género: Romance
    Duración: 1h 30m
    Plot line: Rose es una treintañera cursi y soltera, que desde sus dulces dieciséis está planeando su boda. El único problema es que no hay novio. Rose se dedica a buscar al amor de su vida en los más diversos (y ridículos) lugares, siguiendo los consejos de las revistas «del corazón» que lee, hasta que encuentra a un hombre rico, guapo y simpático que no la ama, pero que necesita casarse para acceder a su herencia. ¿Podrán encontrar juntos el amor mientras planean la boda de los sueños de Rose?
    Dirección: Algún director de películar románticas de los 80
    Elenco: Elizabeth Berkley (¿alguien se acuerda…?) como Rose y Robert Downey Jr como el galán en cuestión. Mark-Paul Gosselaar hace un cameo como novio que se arrepiente y huye (y regresa cuando ella ya está enamorada del otro)-

    3. Título: «Vaselina 3: Más rock and roll y menos canas»
    Género: Musical
    Duración: 1h 59m
    Plot line: Ante la noticia de que van a demoler la escuela secundaria Rydell, Frenchy (ahora dueña del salón de belleza más importante del condado) reúne a sus antiguos compañeros para intentar reunir los fondos necesarios para salvar la escuela. Pero el tiempo no pasa en balde: todos han cambiado, en especial Danny y Sandy, que tras un malentendido a los pocos meses de terminar la secundaria dejaron de hablarse hasta la fecha. Ahora, Danny es un divorciado gordo que se dedica a negocios poco claros (y a todas luces, poco lícitos) mientras que Sandy está atrapada en un matrimonio infeliz (pero con mucho dinero). En la lucha por su escuela, renace el amor entre ellos.
    Dirección: Jim Sharman (la vida es dura, amigo)
    Elenco: John Travolta, Olivia Newton-John, Didi Conn, etc. Mientras más haya del elenco original, mejor.

    Seguiría por horas, pero me acabo de enterar de que ya existe un bodrio llamado Vaselina 3 (agh). Mi vida como productora ha terminado, pierdo todo, acabo de mesera alcohólica en California. En fin, fácil llegó, fácil se fue.

  • obligarme a escribir

    De nuevo: me dan ganas de escribir, abro el chunche éste y se me olvida lo que iba a poner. Así que ahora la opción a es cerrar el coso y la opción b es escribir cualquier cosa, cualquieeeeeera, lo primero que se me ocurra.
    Y bueno, la verdad es que no es una elección fácil. ¿Qué hacer? ¿Qué no hacer?
    Lo pensaré de aquí a mañana.
    Chaíto

  • estando aquí, no estoy (nunca mejor dicho)

    ¿Por qué cuando me decido a postear algo sucede? No es la primera vez que pasa (ni creo que vaya a ser la última): estoy con hartas ideas en la cabeza (ideas grandes, ideotas) y el blog decide que, simplemente, mi url no está disponible para mí. Grrr.
    En fin, la función no debe continuar y todo eso. Quizás algún día encontremos una solución a este problema y blablabla.
    Mientras…. bueno, mientras… chale. Mientras ya se me olvidó lo que iba a escribir. Creo que era una historia de horror, o de risa, o un melodrama. O la reseña de las últimas semanas, de mi desventura laboral (¡no me han dado compu!), de mis planes de titulación o de mis planes para dominar el mundo.
    Chale, chale y rechale: ¿por qué cuando me decido a postear se me olvida todo, llega el jefe y, para colmo, mi url se niega a existir?
    Misterio….

  • Ni que fuera para tanto (dijo a la viuda el doctor)

    Pues recién me enteré de que algunos ya me dan por muerta; que otros han comenzado a poner mi foto en los cartones de leche (de lo cual tendremos que hablar con calma en un momento) y que algunos más ya ni siquiera se acuerdan de mí. También hay uno que otro caso sicótico de gente que no se acuerda de mí, pero pone mi foto en cartones de leche; o de los que se toman la leche de una muerta mientras tratan de olvidarme.
    En fin, la verdad es que no creo ser tan importante como para ofenderme de que me asesinen virtualmente o me borren del recuerdo; pero tampoco es para tanto: tiene apenas unos días más de un mes que publiqué por última vez. Cierto, fue poco personal y más bien político, pero…
    En fin, en fin: no importa.
    Me gustaría contar ahora todo lo que he hecho en los últimos días/meses/años, pero estoy en el trabajo (oh, yeah, trabajito de oficina, de 9 a 6; buen sueldo, cero prestaciones, bienvenida al México tecnocrático: tiene sus cosas monas cuando uno está del lado correcto del garrote… siempre que se haga el ejercicio mental de no pensar en las injusticias sociales, allá vamos otra vez, cambiemos de tema antes de que otros diez amigos nos retiren el saludo). Decía, estoy en el trabajo y no puedo ponerme a hacer crónicas personalistas (ni personatontas); además de que, fuera de la chamba, la nueva adicción al runescape (gracias a Diego, el hijo de Erika Mergruen) y mi aparición en la antología «Antes de que las letras se conviertan en arañas» (el responsable del librín es Edgar Avilés), poco o nada ha ocurrido de novedoso o portentoso. A menos que queramos considerar ‘portentoso’ el hecho de que mi gato aprendió a cantar ‘Las Mañanitas’, pero, sinceramente, no tiene una voz fuera de este mundo.

    ¿Tons? Nada, pues que no me he muerto. Por cierto, dije que tenía que comentar algo sobre los que ponen mi foto en los cartones de leche. Son unos amiguines con buenas intenciones, pero muy inocentes: lo que hacen es
    a) van a la tienda
    b) compran la leche de su preferencia (en cartón)
    c) le pegan con pritt o diurex una foto mía a cada cartón
    d) se preguntan, intrigadísimos, cómo es que funciona para que yo aparezca el que diario vean mi cara en su desayuno.

    PD. Pronto, una nueva imagen. ¿Qué le hace falta a este blog? ¿Qué habría que incluir en una reforma? Se aceptan comentarios y sugerencias.