La última tentación de Raxxie

Más de 20 años asistí puntualmente a la iglesia en Semana Santa. Más de 20 años de sermones de 3 horas sobre ‘Las 7 palabras’ (en viernes), de jueves santo de comunión, de servicio a las seis de la mañana el domingo de resurrección.

Es decir: ya me sé bien la historia, y como el gore sólo me gusta cuando trae zombies, no voy a ver ‘La pasión de Cristo’, porque aunque el protagonista vuelve de entre los muertos, no lo hace como zombie. Demasiada sangre para un filme ‘serio’.

Además, se muere la gente en el cine. Y se siente culpable y llora. Y sale y se flagela. (¿Se han dado cuenta, por cierto, que vayas a ver la peli que vayas a ver, los empleados del cine te dicen ‘bienvenido, sala tal, que se divierta’? Como si fuera una diversión ver eso.)

En fin. No iré.

En cambio, fui ayer con Alberto a ver ‘La última tentación de Cristo’. Menos sangre, claro. Y trata de ver el bisne desde otro punto. Me gustó, sips.

Pero me dejó con una duda. ¿No hay más historias en la biblia? ¿Por qué siempre hacer películas de eso -y bueno, la que hubo sobre Moisés?

Podría hacerse una cinta tipo ‘Vengador Anónimo’ basada en la violación y muerte de la Concubina (ver Libro de los Jueces) o un chick flick basado en la historia de Ruth.

Podrían hacer un melodrama amodovariano con base en Esther, o un super peliculón del fin del mundo apoyado en Apocalipsis 13 y nada más.

Ya se están tardando con la biografía de Pablo; no han hecho una serie de cortos animados de las parábolas de Jesús.

Uno de mis libros favoritos es Jueces. Tiene muchas historias de aventuras. Algunas protagonizadas por mujeres. ¿Por qué nomás películas sobre Jesús?


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