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  • Autoempleada, autojefa

    Autoempleada, autojefa

    Eso sí, con elegancia aunque sea en casita ;)
    Eso sí, con elegancia aunque sea en casita ;)

    A partir de mañana tendré que ponerme a trabajar en serio si quiero completar mis pendientes a tiempo. La verdad es que me da un poco de vértigo pero creo que si me organizo bien sí lo voy a lograr. Uno de los principales problemas que he tenido en los últimos diez meses es que no tengo un jefe que me diga qué hacer y qué no hacer, o que se disguste si hago o no hago. De esta forma, la vida ha sido un poco china libre y, si bien he logrado cumplir con mis deadlines, la verdad es que he tenido momentos de mucho estrés por no administrarme bien.

    Anoche, mientras escribía mi nota sobre los empleados que le hacen bullying a los consumidores para que el único que gane sea el dueño de la empresa para la que trabajan (la pueden leer aquí), me cayó un veinte en algo: si soy capaz de trabajar responsablemente para un jefe externo, si siempre me he jugado el todo y he dado mi mayor esfuerzo para instituciones a las que en realidad no les interesa qué tanto me esfuerce y me ponga la camiseta siempre y cuando cumpla con mis metas, ¿no debería trabajar con muchísimas más ganas cuando el resultado de ese esfuerzo me va a beneficiar a mí? Mi respuesta fue que sí, que debo respetar a este jefe buena onda y cariñoso y comprensivo que debería ser yo misma y cumplir sin tratar de robarle tiempo al trabajo (porque sería robarme tiempo a mí misma). También, claro, pensé que si he sido (porque, neto, lo he sido) una jefa amable, comprensiva, paciente y razonable con la gente que ha estado a mi cargo, debo ahora serlo también con esta persona que está bajo mis órdenes: yo misma.

    Ya sé que suena un poco psicótico, pero es que esto de ser el propio jefe de uno tiene su lado de personalidad dividida y todo eso (además de que, recordemos, soy hermana de mí misma, como pueden leer acá, y eso siempre genera algunos trastornos sin importancia).

    En resumen, que a partir de mañana trataré de ser mejor autoempleada y mejor autojefa, todo con miras a terminar a tiempo el siguiente proyecto de escritura que, acá entre nos, me tiene muy entusiasmada. Me muero de ganas de contarles al respecto pero por políticas de la empresa (ja) sólo platico de las cosas cuando son un hecho, así que mejor me apuro a convertirlas en un hecho y ya luego les cuento :) -En todo caso, si me ven menos en Facebook, Twitter y similares, ya saben que es porque hice un trato con mi jefa ;)

  • (Otras) escenas en (otro) centro comercial

    (Otras) escenas en (otro) centro comercial

    órdenes de la gerencia, según
    órdenes de la gerencia, según

    A lo mejor a Woody Allen le hubiera inspirado, pero a mí me sacó mucho de onda ver cómo los empleados se ponen bien pilas en contra de los clientes como si ellos -y no sus empleadores- fueran a sacar algo de ahí. Es más, pensándolo mejor, ni siquiera sus empleadores sacan algo de ahí: tratar mal a los clientes, tratar de verles la cara, ser jijos, pues, ¿podrá generar lealtad? Yo digo que no. Al menos yo ya decidi no volver a pararme en tres  lugares que me caían bien. Ahí les va la historia:

    Primer acto
    En cierto restaurante, pido un agua mineral.
    —¿Perrier o San Pellegrino? —me pregunta el mesero.
    Lo miro con seriedad un rato y le pregunto:
    —¿Con cuál preparan la limonada mineral que viene en la carta?
    No me sostiene la mirada cuando me responde:
    —Con ciel.
    —Pues ciel quiero, caray.
    Obviamente, el agua ciel cuesta la cuarta parte que las dos aguas importadas. A lo mejor un día me nace tomarme un agua cara o disolver una perla en vinagre, qué se yo. Pero, la neta, no dar la opción del agua ciel a la hora de darme las alternativas del agua es querer ver la cara. Y lo gacho no es pagar algo caro, sino tener la sensación de que te quisieron ver la cara, grrr.

    Segundo acto
    En una tienda de ropa tienen un aparador darketón y muy mono.
    —Ah, le voy a tomar una foto pa decirle a la bandera en FB que venga a echar un ojo —le digo a Alberto.
    Apenas estamos tomando la primera foto, el ñor de vigilancia se acerca.
    —Oigan, no pueden tomar fotos.
    —Ok, ya no estamos tomando fotos. Pero ¿por qué? —le pregunta Alberto.
    —No sé, a mí nomás me dio la gerencia la instrucción de no dejar que tomen fotos.

    ¿Qué tiene la gerencia en la cabeza? ¿Guano? Es un centro comercial, ni que los vayan a asaltar a partir de una foto de su aparador. Ni que les vayan a robar las grandiosas ideas (que se parecen harto a las de los demás aparadores, nomás tenían más tartán y más negro). Y en vez de escribirle a los amigos «eh, vengan, vengan», les escribiría: «ni se paren por acá, los empleados no tienen criterio. Ah, porque para colmo, eso de «yo no pienso, sólo sigo instrucciones» es de terror. Eso decían los nazis, justo.

    Tercer acto
    Otro restaurante donde hay refill en la bebida.
    —¿Tienes coca zero o sprite zero?
    —Sprite zero, sí —dice el mesero y luego murmura más quedito— y coca zero también.
    Alberto no alcanza a escuchar que coca zero también y pide su sprite. Le traen uno de lata. Mientras yo pido una hamburguesa.
    —¿Tus papas a la francesa, curly o en gajos? —me pregunta el mesero
    —¿Algunas de esas vienen incluidas con el platillo?
    —No.
    —Ah, entonces no quiero, gracias.
    Alberto pide su refill.
    —Es que ese refresco es de lata, no tiene refill.
    —¿Y no tienes de máquina?
    —Sí, coca zero, pero sprite zero, no.
    A ver: ¿por qué no empezar diciendo eso? ¿Qué gana él con hacernos pagar dos refrescos en vez de uno? ¿Por qué no dice desde el principio que las papas serían una orden adicional? Yo, que ya estaba toda erizoescamada, y que ya conocía el lugar (y sabía que las papas se piden aparte), pregunté si estaban incluidas nomás para evidenciar su forma de dar por hecho; pero me pregunto cuánta gente no caerá en la treta.
    En lugares decentes te dicen: «¿Quiere una orden de papas para acompañar su hamburguesa?» y hasta te aclaran «Ese refresco es de lata y no tiene refill, ¿no hay problema?»
    Y -¿saben qué?- creo que en esos lugares ganan más. Porque la gente se siente a gusto y regresa. Porque el mesero que se porta legal recibe mejores propinas.

    Reflexión raquelesca
    A menudo la banda critica a los granaderos por ponerse del lado de sus patrones. Pero ¿qué pasa cuando un mesero trata de robar para su patrón?, ¿qué ocurre cuando una cajera de banco finge que la firma de tu cheque no es, aunque obviamente sí es pese a que tenga ligeras diferencias, nomás para hacerte dar más vueltas?, ¿qué decir del vigilante que se niega a ejercer su criterio y te prohibe cosas porque supone que eso le gustará a su empleador?, ¿qué pensar de la empleada de gobierno que se tarda dos o tres días en mandar tus papeles a la tesorería para tramitar tu pago porque le da hueva pararse a sacar una copia o buscar un email en su bandeja de entrada?, ¿qué onda con los maestros que esconden la biblioteca de aula para que los niños no maltraten los libros que se supone están para ser usados por los niños? —¿para quién estamos jineteando ese dinero, reprimiendo a esa gente, atesorando esos recursos? No vaya a resultar que en ocasiones somos más granaderescos que los granaderos que criticamos…

  • Hoy tocó cinito: Tekkonkinkreet

    Hoy tocó cinito: Tekkonkinkreet

    tekkonconcrete-2

    Hoy tuve un día movidito: en la mañana desayuno familiar con mi papá, mi prima Marysol y Alberto, seguido de larga y sabrosa plática con mi prima. Luego, visita obligada a la estética Romero 74  (ya era yo una facha total: desde agosto no me pasaban la navaja por la cabeza ). Como siempre, Javier hizo milagros. Quedé muy contenta.

    rax roja

     

    (¡Alberto también recibió su dosis de navaja, por cierto!)

    Alberto pelicorto

    Para cerrar el día, comida y peli con mi queridísimo Guillo, amigo adorado, con Burbuja, su roomie (me volví fan, ¡yo quiero que Primo y Morris sean como ella cuando sean grandes!) y, por supuesto, con Alberto mon amour. Vimos Tekkonkinkreet, película animada de 2006, dirigida por Michael Arias.

    Guillo y Burbuja

    ¡Qué buena peli! La trama es un poco enredada pero, en corto, narra la vida de dos niños huérfanos que viven en la calle: Kuro (Negro) y Shiro (Blanco). Aunque sus personalidades pueden parecer opuestas, se complementan y se adoran. Lo malo es que su ciudad y sus vidas mismas están amenazadas por un villano horroroso que lanza contra ellos primero a yakuzas y luego a unos asesinos sobrehumanos. Hasta ahí de la trama. Mejor les cuento que lo que más me gustó fue, por un lado, el estilo de la animación, super detallado y a ratos estilo acuarela; y, por otro lado, la manera en que los sucesos sobrenaturales son contados como si fuera el realismo más costumbrista. ¿Que los niños vuelan? Ah, sí. ¿Que los asesinos son sobrehumanos? Sí, claro. En el mundo diegético de esta historia eso es lo cotidiano y a nadie parece sorprenderle ni tantito, mientras uno como espectador se pregunta si hay que tomarlo literal o como metáfora, y, sobre todo, mientras lo disfruta uno con la bocota abierta.

    Por cierto: ahora me entero de que Tekkonkinkreet ganó, entre otros premios, el de Mejor Película Animada de la Academia Japonesa en 2008.

    ¿Mi consejo? Tengo varios:

    1. Frecuenten a sus familiares queridos, dense tiempo de tomar cafés y platicar con ellos por horas.

    2. No dejen pasar mucho tiempo entre una visita a la estética y la siguiente ;)

    3. Compartan tardes bonitas con los amigos queridos, sobre todo si tienen gatos guapos :P

    4. ¡Vean Tekkonkinkreet!

    (Claro, si no quieren, pus no y ya).

    Burbuja

     

  • Era broma, Señor, era broma

    Era broma, Señor, era broma

    Entre los oscuros pasados que conforman mi Oscuro Pasado (a partir de ahora, OP), hay uno relacionado con la Iglesia Protestante. No voy a ahondar en eso  esta vez (porque no quiero aburrir a los que se saben la historia y porque me desviaría del tema del que quiero hablar hoy) pero, como parte de ese OP, obtuve dos legados interesantes. Uno, conozco bastante bien la biblia y sus contenidos (y sus estilos literarios, ja) y dos, me sé un montón de chistes relacionados con la fe, las religiones, las sectas, las diferencias entre una iglesia y otra, los pasajes bíblicos y un montón de etcéteras. Lo malo es que ambas virtudes le son completamente intrascendentes a las personas no metidas en algo similar a mi OP, y, peor aún, que la mayor parte de la gente que sí le entiende a estos chistes suele ofenderse al escucharlos. Es un verdadero desperdicio. Sólo por eso me gustaría formar un grupo onda AA de ex-protestantes, para poder sentarnos a contar chistes y reírnos de ellos y discutir horas y horas sobre tal o cual pasaje bíblico pero sin sacar el argumento de «está bien porque está en la biblia».

    En fin, el chiste es que algunos de estos chistes (que escuché de pastores y laicos por igual) son realmente divertidos y oscuros como mi OP. Cuando los cuento, generalmente tengo que explicarlos, bu, aunque los hay que se sostienen solos, como éste:

    ¿Sabían que «Pérez» es el primer apellido que existió en el mundo? Sí, porque cuando Dios expulsó del paraíso a Adán y Eva les dijo: «Y pérez-serán».

    (¿Le entendieron? Perecerán, Pérez-serán, waka waka waka). Menos claros son estos:

    ¿Sabían que Pablo fue el primer torero del que se tiene noticia escrita? Porque en un de sus epístolas dice: «Dejé mi capote en Troas».

    ¿Quién era más rápido, Pedro o Juan? Juan, porque Pedro tiene primera y segunda, mientras que Juan tiene primera, segunda y tercera.

    También son divertidos los que tienen que ver con las diferentes ramas del protestantismo (porque no, señores, no todos los cristianos no-católicos creen exactamente en lo mismo!). Por ejemplo, está uno que yo escuché en boca de un metodista para burlarse de los pentecostales y otros «avivados»:

    Estaba una congregación de esas bien avivadas dale que dale al baile y los aplausos y hablando en lenguas y cantaban: «Manda fuego, Señor, manda fuego». Y más se prendían y más bailaban y levantaban las manos y cantaban: «Manda fuego, Señor, manda fueeeego». Y en eso cae un rayo en el techo de la iglesia y ésta se empieza a incendiar. Y los avivados cambian la letra de su alabanza: «Era broma, Señor, era broma».

    Se los cuento porque alguna vez le conté este chiste a Alberto, le gustó y ¡hasta lo hizo cuento! Y ahora… ¡incluso es el título de un libro! Para mí, como cuentachistes, es un verdadero honor. Y más porque el martes 21 de enero, a las 19:00 horas, ese libro será presentado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Ojalá se animen a acompañarnos, la entrada es gratuita. Prometo que a quien se me acerque y diga: «Raquel, quiero un chiste bíblico» le contaré alguno de los mejores de mi repertorio, ¡completamente gratis! (además de que podrán comprar el libro de Alberto, que está bien chido).

    manda fuegp

  • Ensalada raquelette

    Ensalada raquelette

    Hoy hice mi famosa ensalada raquelette (sí, yo la bauticé; sí, lo hice hace medio segundo) -y quedó tan pero tan buena que decidí ser linda y compartirles la receta.

    Van a necesitar:

    • Verduras varias. Yo hoy usé cuatro calabacines, un chayote, un pimiento verde, uno rojo y uno amarillo -el paquetito «semáforo», le dicen. Otras veces uso champiñones, ejotes, pepinos, apio, zanahorias, brócoli, chícharos y/o granitos de elote :)
    • Jugo Maggi bajo en sal
    • Aceite de oliva
    • Sal de mar
    • Limones amarillos (dos)
    • Limones verdes (mínimo uno)
    • Semillas de girasol o pepitas de calabaza (un puñito)
    • Cacahuates tostados sin aceite ni sal (otro puñito)

    Pasos a seguir:

    1. Laven todas las verduras. Bien. Que no queremos que nadie se enferme, ¿verdad?
    2. Piquen tooodas las verduras en cubitos. Yo procuro que queden como de dos centímetros cúbicos.
    3. Rebanen un limón amarillo. Uno nomás.
    4. Partan el otro limón amarillo por la mitad.
    5. Pongan un sartén en la lumbre con un chorrito de aceite. Mi chorrito es como de una cucharada sopera porque es nomás para dar sabor y los cositos grasos saludables que necesita el cuerpo. Ni siquiera espero a que se caliente demasiado, nomás a que corra bien. Como mi sartén es de esos teflonosos, nada se le pega. eso es bueno, diría yo.
    6. Echen la verdura, los cacahuates y las rebanadas de limón amarillo en el aceite, nomás a que se ablande tantirri. A mí me gusta casi cruda, que cruja, pues. Así la recomiendo pero cada quién.
    7. Pónganle jugo maggi al gusto. Yo le pongo hartito, por eso uso el bajo en sal, para que no me dé tanta culpa luego ;)
    8. Ya que esté con la textura adecuada, pásenlo todo a un tupper que tenga tapa y exprímanle el jugo del otro limón amarillo y de todos los limones verdes que quieran (aguas con la gastritis).
    9. Añadan las semillas de girasol o calabaza.
    10. Tapen el recipiente y agiten todo con vigor y entusiasmo.

    Y listo.

    Acá en casa la comemos así, tibiecita, recién salida de la estufa, o a temperatura ambiente, o directo del refri. También la usamos como base para sopa y queda buena ;)

    Les iba a poner una foto pero fui al refri, saqué el tupper con la ensaladilla, me comí dos cucharadas y no fotografié nada. Vine, me senté, me acordé a qué había ido, me paré de nuevo, volví a ir al refri, saqué de nuevo el tupper y me comí otra vez un par de cucharadas y no tomé fotos. Así que les quedo a deber la foto :( Pero a cambio les dejo una de una ensalada de gatos :D

    No hagan esto en casa
    No hagan esto en casa