Canciones que NO me gusta escuchar
Primero que nada, quiero agradecer a las personas que se han asomado a estas listas y a las que, además, han puesto sus propios ejercicios aquí en los comentarios o en twitter. Quiero decirles que he leído todos sus comentarios en el blog y todos los tuits en los que me han etiquetado; pero no he podido responder como se debe, en particular acá, porque algo pasa con los comentarios, que aunque yo le ponga «responder» a un mensaje en específico, quedan publicados aparte y desvinculados, grr. Pero les jurito que sí leo lo que han puesto y me encanta ver lo parecidas que son algunas respuestas y lo distintas que son otras. ¡Que vivan la diversidad y la empatía, yay!
Por cierto, no sé si a todos les pase, pero realmente esto de las listas funciona para que den ganas de escribir historias. Me la he pasado muy bien. —En fin, que sin más dilación, van mis rolas…
- El pepé-pepé-pepé –> esa canción brasileña que no falta(ba) en ninguna fiesta (¿se acuerdan de las fiestas?): boda, quince años, bautizo… tarde que temprano llega(¿ba?) el pepé-pepé-pepé. Y lo malo es que si lo escucho diez segundos se queda conmigo dos semanas. Grrrr.
- American woman. La detesto desde una noche en Oaxaca, en que la concurrencia eligió MI cuarto de hotel para hacer la fiesta, y nomás no se iban, y lo único que ponían una y otra y otra vez era esa canción, que dura como diez millones de años. Y me choca.
- La Marimorena en versión coro de niños españoles (onda Los Churumbeles). De hecho, cualquier villancico cantado en ese estilo, pero más más más La Marimorena. Mi odio por ella es como el de los elfos hacia los orcos: frío y amargo.
- La cabra. Sí, me refiero a la cabra, la cabra, la *beeeep* de la cabra. Me caía pésimo que la ponían todo el *beeep* tiempo y que se notaba que para algunos era nomás la dizque rebeldía de decir groserías. Bah.
- La gallina Cocoguá. Qué canción más malditamente triste, caray.
- El final de «Layla», de Eric Clapton. Es como musiquita de créditos de serie juvenil noventera. Guácala.
- Iba a poner una canción del Cuarteto Rufino, pero orita que me puse a buscarlas descubrí que es más el cariño con el que me hacen recordar a mi papá (a él le encantan, quién sabe por qué) que lo horrible que cantan. Tons… no sé, a lo mejor ya hice las paces con ellos.
- La canción que sea de The Residents. Perdón, no puedo con ellos.
- Cualquier canción puesta cerca de mí en contra de mi voluntad cuando estoy intentando concentrarme. Me molesta si es a todo volumen, pero también si es quedito. Y es que tengo oído de tísico, según me dicen, y se me desmadra la concentración con la música si no mimetiza bien con mi cabeza. Qué les puedo decir, soy medio freak.
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