Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • ¿Y ahora?

    Durante diciembre pasado estuve publicando casi diario aquí. Y me gustó. El problema es que ahora que se acabó me estoy preguntando qué podría hacer para que el pobrecito blog no caiga en un nuevo, largo periodo de inactividad.

  • Lista #31

    ¡Y llegamos a la última lista del #RaxxieChallenge! Con sus dificultades (culpo a las fiestas y su caos natural), pero con muchas ideas y ganas de escribir. ¿Cómo les fue a ustedes? ¿Les dieron ganitas de escribir algo más largo a partir de alguna de las cosas que salieron en las listas? Mi amiga Su decía que no quiere que el ejercicio se termine y pensé que, en una de esas, podríamos continuarlo una vez a la semana o al mes. ¿Qué opinan? (Dejaré la encuesta en twitter, por si quieren opinar al respecto).

    Entre que sí o que no, les quiero dejar un regalito de fin de año: el kit de listas que hice para el RaxxieChallenge, listo para descargar, imprimir, recortar y jugar con él :) Lo pueden bajar acá.

    Dicho lo anterior, la lista final, de acuerdo a estricto azar, es

    10 palabras favoritas

    1. ¡Ufa! (No es que me encante, pero la uso mucho mucho mucho)
    2. Miriñaque (no la uso mucho, pero me encanta)
    3. Hapaxlegómeno (me la enseñó Alberto. Es bien acá, ¿no?)
    4. Acámbaro (en vez de «acá»)
    5. Payasito (en vez de «para allá»)
    6. Prosopopeya (otra que rara vez uso pero que me encanta porque suena a «Popeye, escritor de novelas»)
    7. Deíctico (hasta como nombre para un pingüino, como puede verse acámbaro)
    8. ¡Ájale! (onda interjección).
    9. Burundi – Buyumbura (son dos palabras, pero dichas juntas son lo máximo, tienen súper ritmo).
    10. Madre(s) (debe ser la palabra más versátil del español mexicano).

    Y pues, como decía Porky, ¡eso es todo, amigos! (Pero nos leemos, espero yo, en 2021) :)

  • Lista #11

    Canciones que NO me gusta escuchar

    Primero que nada, quiero agradecer a las personas que se han asomado a estas listas y a las que, además, han puesto sus propios ejercicios aquí en los comentarios o en twitter. Quiero decirles que he leído todos sus comentarios en el blog y todos los tuits en los que me han etiquetado; pero no he podido responder como se debe, en particular acá, porque algo pasa con los comentarios, que aunque yo le ponga «responder» a un mensaje en específico, quedan publicados aparte y desvinculados, grr. Pero les jurito que sí leo lo que han puesto y me encanta ver lo parecidas que son algunas respuestas y lo distintas que son otras. ¡Que vivan la diversidad y la empatía, yay!

    Por cierto, no sé si a todos les pase, pero realmente esto de las listas funciona para que den ganas de escribir historias. Me la he pasado muy bien. —En fin, que sin más dilación, van mis rolas…

    1. El pepé-pepé-pepé –> esa canción brasileña que no falta(ba) en ninguna fiesta (¿se acuerdan de las fiestas?): boda, quince años, bautizo… tarde que temprano llega(¿ba?) el pepé-pepé-pepé. Y lo malo es que si lo escucho diez segundos se queda conmigo dos semanas. Grrrr.
    2. American woman. La detesto desde una noche en Oaxaca, en que la concurrencia eligió MI cuarto de hotel para hacer la fiesta, y nomás no se iban, y lo único que ponían una y otra y otra vez era esa canción, que dura como diez millones de años. Y me choca.
    3. La Marimorena en versión coro de niños españoles (onda Los Churumbeles). De hecho, cualquier villancico cantado en ese estilo, pero más más más La Marimorena. Mi odio por ella es como el de los elfos hacia los orcos: frío y amargo.
    4. La cabra. Sí, me refiero a la cabra, la cabra, la *beeeep* de la cabra. Me caía pésimo que la ponían todo el *beeep* tiempo y que se notaba que para algunos era nomás la dizque rebeldía de decir groserías. Bah.
    5. La gallina Cocoguá. Qué canción más malditamente triste, caray.
    6. El final de «Layla», de Eric Clapton. Es como musiquita de créditos de serie juvenil noventera. Guácala.
    7. Iba a poner una canción del Cuarteto Rufino, pero orita que me puse a buscarlas descubrí que es más el cariño con el que me hacen recordar a mi papá (a él le encantan, quién sabe por qué) que lo horrible que cantan. Tons… no sé, a lo mejor ya hice las paces con ellos.
    8. La canción que sea de The Residents. Perdón, no puedo con ellos.
    9. Cualquier canción puesta cerca de mí en contra de mi voluntad cuando estoy intentando concentrarme. Me molesta si es a todo volumen, pero también si es quedito. Y es que tengo oído de tísico, según me dicen, y se me desmadra la concentración con la música si no mimetiza bien con mi cabeza. Qué les puedo decir, soy medio freak.
  • Diez cosas que…

    Diez cosas que…

    ¿Un mes de listas?

    El los últimos meses he tomado varios cursos online en la plataforma Domestika. Desde algunos que, espero, servirán para hacer mejor mi trabajo, hasta los que son del puritito gusto de aprender algo nuevo (por ejemplo, tejer). Por supuesto, me enrolé en algunos de escritura -ya saben ustedes: soy fan de cursos, manuales, talleres… ¡siempre hay algo nuevo que aprender! (Y, por supuesto, me inscribí al de Alberto, que está bien chiroliro).

    En uno de esos cursos (éste), me gustó una recomendación: hacer listas. De ahí pueden venir ideas para historias, características de personajes, problemas que han de enfrentar… qué se yo. Y en otro de los cursos (éste de acá) se recomienda hacer proyectos de duración específica, como para ir agarrando callito (o disciplina). Así que pensé: ¿y si combino las dos ideas?

    Así que durante diciembre del 2020 trataré de poner en este, su blog amigo, una lista distinta cada día. Es decir, haré alrededor de 31 listas de alrededor de 10 items (trataré de que sean las 31 listas, pero en 2020 uno no sabe…). Y, por pura diversión, les invito a hacer también sus propias listas a partir de cada propuesta, sea que quieran compartir o guardar; que quieran hacerlas todas o sólo alguna(s) que les llame la atención. El chiste, obvi, es pasarla bien.

    Ah, me faltó decir una parte: hoy, 30 de noviembre, hice una lista con muchas más de 30 posibles listas; las imprimí y convertí en papelitos doblados para que sea el azar quien decida cada día la lista a elaborar. ¿A poco no está simpaticón el asunto?

    Por último: ya que yo soy MUY indisciplinada y la idea es que el proyectito ayude a meterme un poco en cintura, me puse algunas reglas:

    1. Todo va primero al cuaderno y luego lo paso al blog (y a twitter y facebook, supongo). Estas reglas y la introducción de arriba, de hecho, están en el cuaderno. Y los temas de las listas originales, también.
    2. No se vale cambiar de papelito
    3. Se vale que sean más o menos items (pero cuando menos ocho y máximo 20, que tampoco es kermés).
    4. También se vale darle la vuelta al tema de la lista, siempre y cuando siga habiendo relación entre éste y la lista.

    Y eso es todo. ¿Juegan?

  • Cuarenta y cuatro

    Cuarenta y cuatro

    Hoy cumplo cuarenta y cuatro años. Como Sam Gamyi cuando llegó al borde de sus rumbos conocidos, me detengo un momento para mirar hacia lo que queda atrás y, luego, hacia lo que me espera adelante. Con Sam, puedo decir: esto es lo más lejos que había llegado hasta ahora. Y entiendo el vértigo y la expectación del hobbit, si bien me queda claro que la vida es siempre eso: dar un paso adelante de lo más lejos que habíamos llegado hasta el momento anterior.

    Ha sido un año intenso y sorprendente. Si al cumplir los 14, los 24 o los 34 me hubieran dicho cómo iban a estar hoy las cosas, seguramente me habría costado creerlo. Es más: si me lo hubieran dicho al cumplir 43, igual me habría parecido increíble. Pero eso es lo que tiene la vida: una capacidad enorme para sorprendernos y demostrarnos que, por control freaks que seamos, al final ella hace lo que se le da la gana.

    Lo curioso es que, control freak como soy, estoy conforme con eso. Últimamente he estado dándole muchas vueltas al tema (tema: «la vida». Ahí nomás) y me ha gustado la idea de que el chiste de vivirla es tratar de dejar el mundo un poquito mejor de como estaba. Quizá no en términos absolutos, pero sí en lo que queda a nuestro alcance. Me gusta por eso una frase famosona de John Wesley, fundador del metodismo:

    “Do all the good you can,
    By all the means you can,
    In all the ways you can,
    In all the places you can,
    At all the times you can,
    To all the people you can,
    As long as ever you can.”

    Es decir:

    “Haz todo el bien que puedas,
    por todos los medios que puedas,
    de todas las formas que puedas,
    en todos los sitios que puedas,
    a toda hora que puedas,
    Ta toda la gente que puedas,
    tantas veces como puedas.”

    En fin. Que hoy cumplo cuarenta y cuatro años. En los últimos 365 días he tenido material suficiente para enojarme, indignarme, entristecerme y desesperarme. Pero también para conmoverme, alegrarme y esperanzarme. He perdido a seres queridos, me he acercado más a otros e incluso he podido forjar nuevos afectos. Se detuvieron los viajes, pero descubrí aspectos de mi casa que ignoraba. Se alejaron algunas personas, pero otras se acercaron. Es como si la vida fuera un vals o como las olas del mar.

    Y sí. Los cuarenta y cuatro me encontraron en modo cursi. Pero, ¿qué le hacemos a eso? Disfrutarlo, ¿no? Sobre todo porque me siento querida. Corrijo: Me sé querida. Y eso me impulsa a esforzarme más para dejar un mundo un poquito mejor del que recibí, aunque sea sólo a través de lo que mejor sé hacer, que es inventar historias :)