Autor: Raquel

  • Fin de historia

    Y entonces, se deshizo el hechizo de la bruja y todos fueron felices por el resto de sus días.

    FIN

  • PS

    Sí, la historia de Exigentina sigue… y sigue… y sigue…

    pero será después de arreglar los pendientes de hoy :)

  • Infiel

    Sí, los engaño con otro blog. Lo confieso. Buaaaaa. Y mis malviajes madrugativos los puse allá. Sob, sob. Pero es que eran tormentosos y feillos, así que no iban con la decoración y el clima actual de este sitio. :D En todo casó, cuando no posteo aquí, posteo allá. Y si no, pues es que no posteo en ningún lado (casa grande y chica, pero fiel a ambas)

    En fin: aquí puedo y tengo que agradecer por las muchas y muy lindas felicitaciones cumpleáñicas. Me sentí querida, como hace años no me sentía en mi cumple (¿les conté del año en que lo olvidé? ¿del año en que el que era mi novio pasó mi cumpleaños con la fulana con la cual me ponía el cuerno? ¿del año en que me puse un malviaje gigantesco con la fórmula nocomida+vino+cerveza+mota+barralibredemuppets? ¿del año en que fui obligada a tener fiesta de 15 años? ¿Del año en que (y así, etcétera)…?

    De veras, fue un gran cumpleaños y agradezco sinceramente a quienes felicitaron.

    PD. El post de allá, que en cierta medida boicoteó al de aquí, bien pensado, es bastante idiota. Recomiendo que no lo vean. De hecho, recomiendo no visitar el sitio de allá. Visto en retrospectiva, ya me dio pena. Mejor visiten mi guestmap y dejen constancia de su paso por este sitio deshonrado por la infidelidad virtual de su servidora (o sea, yo).

  • Las disculpas de hoy

    No escribo hoy porque…

    1. no sé si escribir lo que sigue de Exigentina, o el cuento de las 12 princesas

    2. los moscos me están devorando

    3. jugué scrabble toda la tarde y ya no quiero saber de letras

    4. los moscos (malditos) me siguen devorando

    5. ya escribí en mi otro blog, y me quedé sin inspirancia

    6. mañana es mi cumple

    7. hoy no es mi cumple y me siento envidiosa de mí misma mañana porque estaré celebrando y hoy no estoy

    8. no me he bañado y es impúdico escribir mugrosa

    9. etcétera

  • Y el monstruo sigue hablando…

    La mujer era, por supuesto, la hija de la Bruja. Era muy bonita y sabía fingir que era muy buena. Le contó al joven príncipe que era huérfana y que la Bruja, (que en su narración no era una bruja, sino una mujer noble y de buen corazón) la había adoptado. También dijo que sus verdaderos padres eran de la aristocracia local y habían sido despojados y muertos por ladrones.

    Perfecto se quedó como huésped de la Bruja y su hija. En poco tiempo, la magnífica actuación de ambas mujeres le hizo pensar que había encontrado a la esposa que buscaba y decidió casarse con la hermosa joven. Y con eso en mente, iniciaron la cabalgata de retorno al castillo.

    Pero héte aquí que una noche, cuando pensaba que Perfecto dormía, la hija de la bruja se quitó su disfraz, pues era muy cansado fingir bondad y hermosura de tiempo completo. No contaba con que el principe estaba despierto, y la vio con su verdadera imagen, que era espejo fiel de su verdadera alma. Horrorizado, pero valiente al fin, la enfrentó. La joven, acorralada, tomó unos polvos mágicos que le había regalado su madre la Bruja, y convirtió al joven en el monstruo que Exigentina encontró en el árbol. Y con el monstruo escondido en su baúl, llegó al palacio.

    Volvió a fingir bondad y belleza, y dijo al rey que ya estaba desposada con Perfecto, quien misteriosamente había desaparecido. Los reyes la recibieron con cariño, pero dijeron que no podrían considerarla su heredera mientras no hubiera señal alguna de Perfecto.

    De esta forma, la única manera en que Perfecto volvería a ser un hombre consistía en aceptar casarse con la hija de la bruja (se llamaba Brunilda). Y para asegurarse de que no escapara, Brunilda lo envió de vuelta al cuidado de su madre la Bruja.

    Supongo que no es necesario decir lo sorprendida que estaba Exigentina: su príncipe azul, el Caballero Perfecto, ¡existía! Pero estaba convertido en un ser tan espantoso, que eso no resultaba ningún consuelo. Además, en el fondo se alegraba de que le hubieran dado una lección por presumido: ¿cómo que síolo se casaría con una mujer perfecta?

    A los pocos minutos, Exigentina se avergonzó un poquito, porque ella era exactamente igual a Perfecto. Sin duda, terminaría en manos de un brujo, o casada con un monstruo. Entristecida, cerró de nuevo el tronco y volvió a casa de la Bruja, preguntándose si habría algo en sus manos para ayudar al ex-joven.