Cuando estaba en la secundaria, Raquel detestaba la clase de Educación Física. No estaba mal correr, tampoco eran problema las abdominales; pero el volleyball y las pruebas de atletismo eran insufribles. Todavía hay días en que fantaseo con encarar al maestro Nacho y decirle: «NO voy a saltar, ni de longitud ni de altura; y NO voy a jugar volleyball. Busque otra cosa, algo que vaya con mi personalidad, algo como esgrima».
Claro que nunca se lo dije (por eso lo fantaseo). En desquite, en la prepa me dediqué un poco a eso de esgrima (aunque detesté cada minuto de natación, que un tiempo fue obligatorio).
En todo caso, mi fobia a los deportes me llevó a desarrollar una técnica para soportar el menor tiempo posible la susodicha clase. Digamos que la clase era a las 11.30 de la mañana.
11:30 – Termina el recreo. Tiro la basura de mi lunch, me lavo las manos.
11:35 – Voy al salón a recoger mi mochila para i a la clase de EF. Decido dejar la mochila en el salón, al fin que tenemos otra clase acabando ésa.
11:37 – Llego al patio de deportes y recuerdo, súbitamente, que mis tenis y mi short están en la mochila. Paso lista, aviso que voy por mis tenis (el maestro tuerce la boca, pero no dice nada: supongo que un estorbo menos es bueno para él).
11:40 – Llego al salón, que ya está cerrado.
11:42 – Encuentro a la Prefe Cuca, le pido que me abra el salón, se hace la remolona, accede.
11:45 – Saco de la mochila los tenis (el short lo traigo puesto). Me quedo con la prefe en lo que cierra el salón.
11.48 – Bajo al patio. Voy al baño. Me pongo los tenis, me quito la falda, la doblo cuidadosamente.
11.50 – Me reporto con el maestro. Propongo ponerme al corriente y comenzar con el calentamiento (correr alrededor del patio). Accede.
11.55 – Termino de ajustarme las agujetas y comienzo a correr (los demás ya corrieron, ya hicieron abdominales y sentadillas, ya saltaron).
12:05 – Veo que mi falda ya no está tan bien doblada como yo la dejé. Voy a arreglarla de nuevo.
12:07 – Vuelvo a ajustarme las agujetas.
12:09 – Le pregunto al maestro qué sigue, después de correr. Me mira como si fuera un marciano (yo). Me manda a formarme para la onda ésa de salto de altura.
12:15 – Es mi turno de saltar, dentro de dos personas. Me salgo de la fila para ajustarme de nuevo las agujetas. Me formo respetuosamente al final de la fila.
12:17 – Salto la medida más cercana al piso. Me vuelvo a formar.
12:18 – Me salgo discretamente de la fila para ir al baño.
12:20 – Suena la campana. Salgo del baño para acercarme a los demás y escuchar las indicaciones del maestro.
(Ahora explicaría la relación de esta escena del pasado con el presente, pero ya es la una de la tarde y hay mucho qué hacer…).
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