Resumen de esta entrega:
Exigentina encuentra al monstruo y su primera intención es huir, pero la curiosidad puede más que ella. El monstruo, que habla, le pide algo de comer y ella accede, súbitamente apiadada ante tanta fealdad. Cada día visita al monstruo y éste le platica historias maravillosas de una tierra lejana, donde reina el Caballero Perfecto. Exigentina decide que si con alguien se va a casar, será con ese personajo. El monstruo del árbol le pide que lo ayude a escapar y que a cambio, él la guiará al país del Caballero. Ella acepta, pero piensa que debe preparar muy bien la huída, porque la Bruja se enojará si descubre que ella había encontrado la llave y develado su secreto.
Esa misma tarde, la Bruja recibe dos visitas: la primera es un viejo mago a quien la bruja robó su equipo de pociones. El mago exige que le devuelvan lo que es suyo y la Bruja se burla de él, porque ahora todo lo que puede hacer es convertir a la gente en ranitas pequeñas y verrugosas. Lo echa.
El Mago apela al sentido de justicia de Exigentina, pero ella está demasiado ocupada planeando su escape y no considera oportuno ayudar a nadie más. El Mago se va, muy triste.
La segunda visita es la hija de la Bruja, una mujer joven y guapa -muy guapa!- que trata a su madre tan mal como la Bruja trata a los demás. Escondida, Exigentina escucha que la hija de la Bruja exige al monstruo del árbol para poder ser la Reina del País del Caballero Perfecto. La bruja confiesa que el monstruo está perdido y la hija, en un ataque de ira, le dice que tiene una noche para encontrarlo, o ambas perderán todo lo que han ganado hasta el momento.
Exigentina corre al árbol y pide al Monstruo que le explique por qué es tan importante, y cómo una hija de bruja se puede convertir en reina.
El sapo abre la boca para contar su historia.
Aparece la palabra CONTINUARÁ y corren los créditos.
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