Estaba por irme a dormir cuando recibí este mensaje:
«…y me he dado cuenta de que los han estado chingue y jode en tu blog y en el de Alberto. La redacción (pésima) hace pensar que es una sola persona, que anda cabreadísima con que se casan. Su ip varía, lo que quiere decir que no tiene una conexión con cable (quizá es una conexión casera, de telmex, o tiene que andar de café internet en café internet). Si quieres, podemos fácilmente descubrir desde qué computadora se están escribiendo las cosas ésas, y te apuesto desder ahorita que se trata de alguien que te conoce más a ti que a Alberto, que fue tu pareja en algún momento, o quiso serlo; o una supuesta amiga fingiendo escribir como hombre. De ser esto último, su ardor habla de que ella no se ha casado, claro. Y que no tiene para cuando. En cualquier caso, es la envidia la que habla y yo no le haría mucho caso: quienes los conocemos a ti y a tu chavo, sabemos que es un intento bastante patético por hacerlos sentir mal…»
Me quedé pensando en el posible perfil de nuestro visitante. Una persona cobarde, pues se esconde en el no-rostro; con muy poquito vocabulario, bastante corriente; con inclinaciones homosexuales; con una vida muy triste… Ok, se reduce a cuatro o cinco opciones, si consideramos que es alguien que me conoce in the flesh. Creo que ya sé quién es, pero me da como penita ajena. Y aunque no fuera quien creo que es, me da penita ajena. Y me halaga un poco, debo ser sincera, que se tomen esa molestia… (ok, yo me la estoy tomando también, pero no todos los días, ja).
En todo caso, creo que lo más triste es su falta de imaginación. Cada mensaje que pone es casi idéntico al anterior, y termina por aburrir a los lectores. Ya ni siquiera difama, qué caray.
Si yo fuera él/ella, buscaría alternativas molestatorias más originales, más elaborados. Por ejemplo se me ocurre:
«Rax: me cogí a Deíctico y luego lo abandoné en un burdel australiano»
«Alberto y Rax: sé que los dos son adictos a Internet y que su vida social no incluye alcohol ni drogas. ¡Nerds!»
«Alberto: Raquel te engaña con Johnny Depp»
«Público en general: Raquel y Alberto son unos farsantes: es mentira que él escriba, es mentira que ella trabaje en canal once. En realidad, son ayudantes del ayudante de un ayudante de no sé quién, y ni siquiera les pagan un sueldo fijo»
«Cuidado: Raquel tiene VPH»
«Cuidado: Raquel platica con sus gatos»
«Mientras se casan, yo me voy a estar cogiendo a su gato»
«Muerte a los enemigos del dark»
«Raquel ya no se viste de negro y la odiamos por eso»
«Cuidado: Alberto tiene tos y no se le quita»
«Yo vi a Raquel y Alberto en un video de ‘hoteles de tlalpan’. Estaba muy aburrido»
«El dos de octubre me van a chupar la verga ustedes dos y sus gatos y sus amigos y sus hermanos y sus parientes cercanos y lejanos y sus jefes, compañeros de trabajo y subalternos y entre todos me van a dejar mi pobre pirilín más chiquito de lo que por sí es»
«No sé armar un blog pero ni hace falta porque acá llamo la atención bien sabroso»
«Buaaaaaaaaa»
Por otra parte, sugiero a los lectores amigos que sigan el ejemplo de Salinas. Pasemos a otro tema, veamos sus mensajes con benevolencia (debe ser muy duro tener solo dos neuronas, que además están peleadas), que entiendan que algunos tintes para el cabellos y ciertos licores dejan taras mentales graves, que piensen en el karma, que jueguen ajedrez… yo qué sé… que no tomen en cuenta al pobrecito ser, a quien hoy bautizo oficialmente (ya que no nos ha dejado nombre) como la Gallina Cocoguá.
Para terminar: tristemente, descubro que no es para sentirme privilegiada el que cuente con mi fan from hell (total, amor y odio son la misma cosa, nomás que de diferente lado), porque no soy la única que recibe visitas de esta naturaleza. Chequen, por ejemplo, un caso peor de lastimoso y éste sí muy indignante, aquí.
Y bueno, con respecto a la pregunta de varios: ¿ya se acabó este blog? No, todavía no, pero no le escribiré tan seguido (quizá le pague a la Gallina Cocoguá pa que ella que sí tiene tiempo ponga algunas cosas, ja). Y sí, estoy planeando uno nuevo, pero será hasta noviembre, yo creo.
PD. Amen a la Gallinita, visítenla en el blog de Alberto y díganle que la entienden, que la compadecen, que le regalan un diccionario si se porta bien. Háganle sentir por una vez que no es una pobre basurita que vive sus frustraciones a través de la felicidad ajena (pero no le digan que esa felicidad crece y crece, que pocas veces la pensamos y que cuando lo hacemos nos reímos mucho de sus comentarios, porque puede lastimarla todavía más).
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