Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • Madrugadas

    Cansada y medio desganosa dormí toda la tarde. Desperté a las ocho, cené y ahora, dos de la mañana, sigo como lechuza (que no lechuga), ojoavisor, incapaz de dormir. Horror de horrores. Y mañana, día pesado (canal once, clase de francés, etc), seguro andaré como zombie por la vida.

    Qué remedio.

    Pa colmo, este blog sigue comportándose de forma errática, a veces jala, a veces no; será que anda también en fase desganádica. Chales.

    Hace un rato, luego de calificar tareas de los alucnillos, me puse a ordenar un poco mi recámara (desmadre de desmadres). Me encontré bajo la cama un periódico, el ‘Antartic News’. Era la sección de Aviso Oportuno y tenía varios anuncios encerrados con rojo (con un labial que me costó carísimo!).

    Decían:

    • «Se solicita pingüino bilingüe para cuidar iceberg calidad ISO 9000-2»
    • «Empresa en expansión solicita meseros y mayordomos para su club en zona polar»
    • «Claus, Claus & Elfs, Inc., solicita gerente. Indispensable vestir etiqueta».Es extraño, ¿no? Tengo el feeling de que Deíctico y su Pingüirena quieren emigrar a tierras más frías…
  • Reflexiones con la panza llena

    Desayuné con Erika, como cacareé varias veces desde el jueves hasta hoy en la mañana (cocorocó). Me la pasé muy cool y el tiempo voló como ocurre siempre que me la paso cool. Platicamos de mil cosas; blogs, grupos de yahoo, mails; pero también de seres que no son 0’s y 1’s, la familia, los horrores de la infancia, la vida dramática de los poetas locos… todavía a la hora de despedirnos seguíamos la platicada.

    La verdad, es muy reconfortante poder platicar así, escuchar, reír, confiar fobias y excentricidades (incluidos ciertos placeres culpables –literarios, televisivos, gastronómicos–). Es bonito tener amigas. Y tomar café. Y comer quesadillas de papa con queso. La verdad, es un poquito como jugar a las comadritas, pero diferente de cuando era niña.

    Llegué a casa acalorada, muy; y llena de nuevos planes de promoción para Fatal Espejo (promoción lleve uno, pague dos?). Estoy contenta. Hoy me gustan las flores.

    Vi en San Angel unos cuadros y me dieron ganas de comprar un par para decorar la casa que no tengo (jaja, y comprarlos con el dinero que no tengo, supongo). Escuché Horizonte camino acá, aprendí de Historia de México (y lloré mucho, soy un pollo encorazonado) y de poesía portuguesa de principios del XX.

    Mi hermano está haciendo un retrato de la Pingüirena por petición de Deíctico.

    *~*~*~*~*~

    Dice en el tagboard Ernesto Nava que le gusta lo que escribo. Me hizo sonrojar, es bonito leer eso. También dice que le gusta más lo que escribo yo a lo que escribe mi movio. Cuestión de gustos: lo mío es más chacotero, lo de Alberto es otra cosa. Hay cuentos suyos que me hacen llorar. Acá entre nos, me enamoré primero de sus letras y luego lo conocí (pero si le quitaran todas las letras y no pudiera escribir una sola palabra más, igual lo querría como lo quiero).

    En lo que no estoy muy de acuerdo es en lo del ruido: Alberto es una persona callada, bondadosa, tímida. Muchas veces tengo que ser yo quien le insista de forma casi (espero que sea ‘casi’) obsesiva que se mueva más, que le de importancia a las relaciones públicas. Se emociona cuando alguien le echa flores a sus textos, cuando lo invitan a dar una clase, cuando sus amigos le demuestran aprecio. No tiene el gandallismo ni la soberbia que permite subir en el escalafón político-literario, y probablemente nunca será un ministro de cultura. Pero tampoco es eso lo que quiere.

    En fin, basta de apologías innecesarias. Creo que el mundo es suficientemente ancho como para que Alberto tenga sus lectores y yo mi mundo color lila lleno de pingüinos y de gatos, sin que eso signifique un choque entre nosotros, o entre mi opinión y la de Ernesto, a quien le agradezco su honestismo y franquesitud :)

    *~*~*~*~*

    En un rato más me voy a una comida. Luego, a una fiestitita. Quería ir a la fiesta glam de Dada X, pero a la hora de la hora me dio flojerilla disfrazarme de diva del dark: hace mucho que dejé de lado los atuendos de drama queen. A ver si para la próxima me animo :P

    (Hoy este blog parece más diario que nunca, deben ser los chilaquiles con mole que me desayuné –o los huevos estrellados, las quesadillas, los frijolitos, el jugo de naranja, las muchas tazas de café, la crema, el queso o vaya usté a saber qué) :)

  • De los mensajes

    Marxxiana adivinó la mitad del contenido de la tina de Deíctico :)

    Señor Chimal, lamento el suspense… ya está puesto el remedio.

    Erika, ¡precioso gato! ya estamos preparándole la mudanza para que comparta habitación con Beakman y la Cuca (mis dos gatuelos no de bits).

    JeRe, no conocía a Cooper, pero encontré una pag y se ve… ¡wow! Gracias por la recomendación.

    Julio, ¿se consiguen pingüirenas en Suecia? ¿Fue un souvenir de allá? (estoy tratando de averiguar de dónde la sacó D.)

    Estoy tocando de oído, quiero decir, contestando mensajes con la sola ayuda de mi traqueteada memoria –porque mi chatterbox está ‘temporalmente inusable’ y no puedo ver los demás comentarios. Una disculpa. Pero en cuanto sean visibles de nuevo, platicaré por acañas al respecto :P

    Va foto del gato que me regaló Erika:

    mi gato nuevo!

  • El secreto de Deíctico

    Lágrimas y risas presentaaaa

    El secreto de Deíctico

    En nuestro capítulo anterior, descubrimos que Deíctico estaba en el baño, en estado de sublimación total (término sentimental, no químico/físico), mirando el contenido de la tina. Agradecemos a los gritos y sombrerazos que preceden a los programas de Diálogos en Confianza el suspense involuntario.

    …lo que Deíctico tiene en la tina es…¡una sirena! Pero no es una sirena como las de los libros, mitad mujer y mitad pescado. Ni como las antiguas, que eran como pollos de Bachoco con cabeza de mujer con agruras. ¡Oh, no! La sirena de Deíctico es mitad pez y mitad pingüina, claro. La mitad de arriba es la pingüinal, la de abajo es la… ¿pezal? ¿pescadal? ¿ictial? Bueno, la cola, pues.

    Debo decir, en descargo de Deíctico y su costumbre de traer invitados a casa sin preguntar (y esconderlos en la tina, clausurando la posibilidad familiar de acudir al baño), que es una pingüirena muy bonita: en vez de blanquinegra, su parte superior es color azul polar con índigo muy oscuro. Y su cola no parece de huachinango ni de mero. Ni de carpa. Y menos de carpa de circo. Es verde intenso, con coquetas escamitas iridiscentes.

    Se sienta sobre la jabonera flotante y chapotea con la cola mientras canta no sé qué canciones en su idioma, que se parece mucho al de Deíctico, pero con un acento islandés (¿será pariente de Björk?).

    En fin… Cuando Deíctico me vio ahí, parada en medio del baño, con la boca y los ojos bien abiertos, se puso muy nervioso. Me aseguró que hay una explicación, que las Pingüirenas están en peligro de extinción, que no la compró por Amazon (menos mal). Y lo que es más importante: que está enamorado de ella y en cuanto consiga un trabajo digno (¿cuál puede ser un trabajo digno para un pingüino?) le va a proponer matrimonio. ¡Ay, los hijos que crecen y se van! Espero que los genes recesivos no me jueguen una mala pasada y me conviertan en una ídishe mame. :)

    En todo caso, el amor de Deíctico por la Björk-pingüina (olvidé preguntar su noimbre… ¿me estoy convirtiendo en ídishe mame?) es palpable: el pescado es la comida favorita de este pingüinito, y en vez de comerse la cola de su amada (o darle un par de mordisquitos, o siquiera lengüetearla), en vez de todo eso, digo, mira esa cola de pescado como una parte intrínseca de la esencia del ser amado (quéeeee tal el término mamuco?).

    También me explicó que guardaba el secreto para buscar el momento oportuno para contarme la historia (?). Tendré que esperar con paciencia. Pero al menos, me siento aliviada de que no fue una compra con mi tarjeta de crédito. Y hablé a la Secretaría del Medio Ambiente y me dijeron de forma poco amable que no hay un reglamento que prohíba tener pingüirenas en casa.

    Otra buena noticia: El zoo ya dejó de buscar a Deíctico: dijeron que lo encontraron, y ayer fue la gran fiesta de ‘Reinaguración del Pingüino’ (?). En las noticias de las 7 vi el reportaje. Dijeron que encontraron al pingüino extraviado en el metro (jo!). Cuando hicieron un zoom in al pingüino, vi que era una de esas Madres del Perpetuo Bostezo, con su hábito negro y blanco, y cara de azoro. A mí no me engañan con sus trucos para tener tranquila a la ciudadanía (es como cuando perdieron un león y metieron a su jaula a un french poodle con la melena alaciada. Bah.).

  • Por otra parte…

    Anoche me desperté como a las tres de la madrugueta, con ganas de ir al baño. No quise prender la luz, porque detesto sentirme lampareada. Además me sé el camino, pues.

    La puerta del baño estaba cerrada, y por la rendija se veía luz. Dentro, sonaba el güuurrrrrrrrrrr-briiiiiiiii-trrritriiitrüit de otras veces. Me armé de valor y abrí la puerta….

    Sobre el depósito de agua de la taza de baño estaba sentado Deíctico. Se veía arrobado. Una lagrimita con olor a atún escurría de su ojito derecho.

    Seguí su mirada hasta la tina y…. ¡no es una foca! (balaría). Lo que Deíctico tiene en la tina es