Mi primo Andrés Morales era una oveja negra cuando yo cobré conciencia de que había otros en el mundo. Su cuarto estaba pintado de negro y escuchaba Pink Floyd cuando yo comenzaba a oir Parchís. Las tías hablaban de él entre susurros y ceños fruncidos.
Ah, pero tenía tantos libros… ¡tantos!
A mí me gustaba platicar con él. A veces se ponía en plan sabiohondo y me regañaba por no haber leído aún Cien Años de Soledad o alguna cosa de Ibargüengoitia… eso me gustaba, no me recomendaba libros para niños ni me trataba con condescendencia.
Me prestaba libros y por él conocí a Jean Genet.
Hoy, mi primo Andrés está en el hospital. Los médicos dicen que es cuestión de horas, y no hablan precisamente de darlo de alta.
Hmmm… no estoy muy inspirada para escribir.
Una disculpa
Ándrés
Comentarios
7 respuestas a «Ándrés»
-
Hola, tal vez los buenos deseos a veces no son demasiado utiles (y pudiera ser que aun menos viniendo de mi que rara vez los tengo o los doy) pero de todo corazon, espero que todo salga bien para tu primo
SaludosBloodbat
-
Abrazos muy fuertes.
-
Que lo que suceda sea lo mejor.
Un abrazo. -
Me uno a los buenos deseos. Un abrazote, Rax
-
Un beso y un abrazo, Sister Ray.
Si me necesita, ya sabe cómo y dónde contactarme.
M
-
Contigo Rax. Un abrazo
-
Lo mejor para tu primo. Que, sea lo que sea que haya sucedido, guarde en el fondo paz y armonía con el mundo. Un abrazote, mi estimada Rax.
Deja un comentario