Uno y ya

No tiene sentido pasar el día en la compu, pero a veces no puedo hacer otra cosa: entre un guión y el siguiente, apenas tengo tiempo para descansar un rato y la sala con su tele me da tirria; la recámara con su librerito y su cama y su cobija es una tentación demasiado grande.

¿Y si mi cama me raptara, obligándome a quedarme ahí para siempre? Diálogos en Confianza se quedaría sin guiones para martes y jueves. Tendrían que pasar programas repetidos, o forzar a los otros guionistas a suplirme. Ellos, molestos, se pondrían en huelga.

Diálogos en Confianza se quedaría sin programas de lunes a viernes. Canal Once se quedaría sin transmisión 4 horas diarias, sin contar sábados y domingos.

Tendrían que pasar una película tras otra, lo que ofendería a las dos personas que conforman nuestro ‘público fiel’.

Las películas tomarían tiempo de Once Niños y de Noticias, por lo que sus respectivos directores renunciarían, ofendidísimos.

Escándalo. Maratones de 24 horas de cine al día, hasta que la gente de videoteca se diera cuenta de que son los únicos al pie del cañón. Se suman a la huelga de guionistas, canal once se queda con rayitas de colores, sin programación.

Las otras televisoras se sacan de onda, creen que es una nueva tendencia europea, y como no se quieren quedar atrás, ponen rayitas luego de varias juntas para decidir los colores, la intensidad, la disposición. Quedan igualitas, pero salieron mucho más caras.

Un éxito: la gente disfruta más las rayitas que las estupideces de adalito y los de hoy.

A televisa se le olvida que tenía gente en big brother, dejan la casa abandonada. Ellos ni se enteran de que nadie los ve, pero lo sospechan cuando se acaban de comer el pasto, las cabras huyen, y la nueva remesa de despensa no llega (además, el hermanote les hace la ley del hielo, o eso creen).

Mientras, la moda de las rayitas aburre a la gente. Sacan libros. Leen. Platican. Las televisoras lanzan una campaña más agresiva, rayitas neon vs rayitas pastel.

Votaciones.

Fox cambia su traje por uno de rayitas y se disfraza él mismo de rayita: se queda colorado, o verde, o blanco, pero calladito.

Sus bonos suben al no decir pendejadas, pero los periódicos se quedan sin notas y quiebran.

Revolución.

Y mientras, yo en mi cama.


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