Cuando uno piensa en una vamp, lo primero que le viene a la cabeza es algo más o menos así:
(Claro, la cantidad de ropa depende de la cochambrosidad del pensante en turno).
Pero hoy me topé con una imagen muy mona, de una vamp medieval recién descubierta:
la chica, una italiana, está quizá un poco delgada; pero no deja de verse sexy, ¿no?
Ah, el ladrillo en la boca es para que no vaya a alimentarse de la sangre de muertos enterrados en la misma fosa (o vivos de las casas circundantes).
En todo caso, dos cosas:
uno, la nota completa está acá
dos, yo por eso no soy una vamp: me gustan mis dientes sin adorno de ladrillo.
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