Ya no respetan nada, qué jijos. Puedo entender que los policías estén entre las víctimas: su mismo oficio conlleva ese riesgo. Pero ¿y los decapitados? ¿quién es tan malandrín como para atacar a un pobre, indefenso decapitado?
(La nota completa está aquí).
(Las fotos, pronto, prontísimo. Lo prometo)
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