Autor: Raquel

  • Ejercicios anti-aburrimiento

    Sección 1: En el metro

    a) Fíjese en la cara de cada una de las personas que pasan junto a usted y decida cuál es el nombre (con todo y apellidos) que más les conviene. Cuando encuentre uno especialmente resonante, imagine más datos sobre la persona: pasado, presente, gustos, disgustos. Qué hace en esa estación, cómo es su vida diaria, su rutina (a esto, le vamos a llamar ‘su estado inalterado’).

    2. Una vez armado el personaje (pues ahora es un personaje) imagine qué pasaría si un buen día éste cambiara su estado inalterado durante seis horas. Sea por gusto o por necesidad. Y todo lo que sucedería.

    3. Deje de lado a su personaje de nombre resonante: es hora de bajar del metro. Suba por las escaleras no-eléctricas PERO de la siguiente forma: primero, pie derecho, luego izquerdo; luego derecho, pero con la punta hacia adentro, luego izquerd punta adentro. Luego pie derecho punta afuera, seguido de pie izquierdo punta afuera. Y ahora, mezcladito: PI-PAd / PD-PAf / PI-PAf / PD PAd . Hágalo sin detenerse, y siempre respirando en cuatro tiempos: inhalación breve, inhalación prfunda, exhalación breve, exhalación profunda.

    4. ¿Llegó hasta arriba? Bien. Ahora camne por ese pasillo, pero sin pisar raya. Y alterne el avance de los pies con el bamboleo vigoroso de los brazos, como si marchara. Continúe con la respiración en cuatro tiempos. Y sin parar.

    5. Hora del transborde. Cuente el número total de personas en el vagón. Mentalmente, ordénelas por estaturas. Cuente cuántas hay más altas que usted y cuántas más bajitas. Saque el promedio de estatura. Imagine qué haría si de pronto, en la siguiente estación, subiera…

    a) su primer amor

    b) su peor enemigo

    c) su abuelo/a fallecido/a

    d) usted mismo, pero diez años más joven

    6. Baje una estación antes de la que le tocaba. Sólo porque sí. Vuelva a subir.

    7. Ceda el asiento (si le tocó asiento) a alguien. A quien sea.

    8. Sonría tanto como pueda de una estación a la siguiente. Luego, frunza el ceño, de ésa a la que sigue. Así, entre estaciones, pruebe a mostrar

    a) alegría

    b) tristeza

    c) enojo

    d) miedo

    e) hambre

    f) angustia existencial

    g) comezón en el dedo gordo del pie izquierdo

    h) piojos

    PERO SÓLO CON LA EXPRESIÓN FACIAL

    9. Imagine rimas infantiles con cada nombre de las estaciones de la línea.

    10. Diseñe mentalmente vagones y estaciones de metro posibles en caso de que los usuarios fueran

    a) orugas de 3 metros de longitud

    b) hermafroditas

    c) artistas de cine

    d) fantasmas shakespearianos

    e) amebas

    11. Lleve un buen libro, clave la nariz en él y lea hasta el punto de destino.

    Próximo capítulo: en el micro

  • A pie

    Lunes, martes y miércoles de esta semana hice huelga de automóvil. ¡Me encanta! Mi papá me da un raite hasta el metro Morelos (en el camino, vamos platicando blablabla), tomo el metro, transbordo, tomo un micro, y todo ese rato voy leyendo…

    ¡Llego a Canal más rápido y más fresca que cuando voy en coche!

    El regreso es similar: micro-metro-caminadita rica. Ayer, por ejemplo, caminé del metro Fray Servando a la casa de mi tía, cerquita de la delegación V Carranza.

    Pero hoy tendré que usar el auto, sniff.

    Así es esto de la vida, caray. Ni modo…

    (Saludos a todos, gracias por los parabienes, espero pronto estar un poco más relax…)

  • ¿No les gusta?

    Esta es Raquel, con la primera prueba de su vestido.

    A mi gusto, se ve un poco anticuado, pero el diseñador dice que es el último grito de la moda…. ¿será?

     Posted by Hello

  • Qué cansada estoy

    Hoy fue uno de esos días… trabajo, mucho trabajo, desde la mañanita hasta la noche. Pero me la pasé bien. Estoy en un curso de 2 a 6 (obligatorio, dura esta semana) con Guillermina Baena Paz. Me cayó muy bien, me gustó la clase.

    Como anduve a pie, del canal tomé el metro a Moctezuma, para visitar a mi papá y a Mary en la tinto. Y ¿qué puede hacer una Raquel decente, si no aprender aunque sea poquito del negocio?

    Me gustó lo de poner las notas en orden, hacer cuentas, y armar los pedidos. Es hasta cierto punto relajante…

    Pero ahora se me cierran los ojos. De sueño.

  • Biografía de la semana

    Rintintín fue una de las estrellas indiscutibles del cine en los años 40: joven, guapo, lleno de energía y vitalidad; inteligente y heroico (más que Lassie) era el prototipo de ‘la estrella’.

    Sabemos que nació en un hogar humilde, el cuarto de siete hijos (de esa camada), y que creció bajo los cuidados de su madre, doña Rina Tintina, y de su estricto padre -ministro religioso germánico, y orgulloso de su raza aria-, Fritz No-swartzenegger.

    Cuando era obvio que la segunda guerra sería perdida por los alemanes, la señora Tintina huyó con sólo 10 de sus 22 hijos: muchos de los otros estaban ya en el ejército, y se ignora su destino. De los diez que ella tenía, de los diez que se llevaba, uno se cayó en la nieve y nomás le quedaron nueve.

    Al cruzar la frontera suiza, una mujer piadosa se compadeció de verlos tan flacos y hambrientos. Les regaló un biscocho, que se comió de una mordida el más tragón. Se empachó y nada más quedaron ocho.

    Cosas extrañas fueron ocurriendo, hasta que llegó a Estados Unidos la señora Tintina con sólo uno de sus hijitos: Waschanwear No-swartzenegger. Como el nombre era francamente impronunciable, el vástago sobreviviente adoptó el nombre de su madre (recién fallecida por la tristemente célebre Gran Epidemia de Rabia que asoló L.A. en esa época) cuando comenzó a estudiar en la Academia de Perros Actores, Gatos de Doblaje y Tiburones Asesinos, SA.

    Grandes discusiones giran en torno a la vida sentimental de Rin Tintin. Se cree que tuvo un affair con Lassie. Las malas lenguas cuentan que en su vejez puso una agencia de representación de actores, y que a cambio de ciertos favores, lanzó a la fama a Benji y a Roxana Banana. Pero nada de eso está confirmado, y más bien suena a los típicos chismes de los papparazzi clase Vet, que son los más insidiosos.

    Lo que sí sabemos es que la fama le sentó mal a nuestro artista. Dejó de hacer ejercicio y se aficionó a la comida gourmet. Se sabe que durante dos semanas no comió otra cosa que croquetas para gato, sólo por excéntrico. Y que durante dos meses comió sólo Scoobygalletas, lo que dañó irremediablemente sus terminales neuronales.

    La combinación parecía fatal: fama, desempleo, fortuna inmensa y adicción a la comida y a los tranquilizantes (se sabe que lo inyectaban con sustancias de uso veterinario) lo hacían perfilar como un nuevo Elvis. Para colmo, su sobrepeso le cerró las puertas del cine, siendo ‘Las cachorras del pantano atacan de nuevo’, la última película en la que apareció (de serie B y medio porno).

    En ella jugaba el papel de galán joven y esbelto, pese a ya no cubrir el perfil. Por supuesto, el film fue un fracaso, y los críticos se dieron vuelo señalando el corset (discretísimo, según el agente de Rin Tintin) que, más que adelgazarlo, lo hacía ver terriblemente ridículo.

    Se cree que por eso Rin Tintin se intentó suicidar varias veces. La última, fue rescatado casi milagrosamente por Dulce Polly, una golden retriever que, pese a su nombre, nunca tuvo nada que ver con el mundo del espectáculo. Dulce Polly era rescatista voluntaria, y convenció a Rin Tintin de dejar el mundo de la frivolidad y hacer dieta, ejercicio, trabajo comunitario.

    Pronto nació el amor entre ellos y se casaron en una discreta ceremonia en San Bernardo. Si todos los datos son ciertos, Dulce Polly y Rin Tintin siguen viviendo en la Riviera Maya, donde pusieron una escuela de obediencia a finales de los 80.

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    Rin Tintin en el set de filmación de ‘Las cachorras del espacio»