Autor: Raquel

  • Rarezas de un viaje

    Diez horas de sueño, un desayuno ligero pero consistente (?) y ¡lista! estoy como nueva.

    El viaje a Buenos Aires sigue siendo el tema (ahora extraño no sólo la comida, sino la tranquilidad de andar a pie y no en auto). Y bueno, qué puedo contar. Supongo que lo extraño del viaje, porque si espero más tiempo, ya no voy a saber si realmente ocurrió o si me lo inventé.

    Y es que desde el primer momento ocurrieron cosas raras. Rarísimas.

    Va como va.

    I. Llegamos al aeropuerto el viernes, con maletas y pasaportes y todo. No había fila en el stand (no es esa la palabra, pero no recuerdo la que sí es; si alguien la tiene raptada, por favor devuélvala). Preguntamos (a la gente de la aerolínea de junto, porque en LAB no había nadie) y nos dijeron QWUE LLOYD NO TRABAJABA ESE DÍA.

    Pero yo tenía boletos… con esa fecha!

    ¿Estaría en un mundo paralelo? (No sería la primera vez que me ocurre que, al tomar un atajo al aeropuerto, doy una vuelta antes o después de tiempo y termino en el Mundo Alterno).

    Verifiqué con mi realidómetro (es decir, consulté con Alberto) y vi que… no, no estaba en un mundo alterno. La aerolínea decidió tomarse el día porque les tocaba un solo vuelo y no había mucha gente… nos cambiaron para el atascadísimo vuelo del sábado (para que les valiera la pena trabajar) y… ¿avisarnos? ¿para qué? ¿no se supone que los superhéroes, además de volar, leen los pensamientos? (sí, claro, pero yo sólo vuelo en avión, así que no soy propiamente una súper-heroína (o una super-cocaína, o una super-mariguana…).

    En fin, derrotados y sacados de onda nos volvimos a casa (vía casa de mi tío Abel, donde mi tía Pina nos dio de comer deliciosisisísimo).

    II. Sábado en la mañana. Ya que no estábamos camino a Argentina, aprovechamos para ir a la boda de mi tía Estelita (70 años). Linda historia, pero para otro día. Mucha familia, todo bien, de ahí al aeropuerto y… esta vez… ¡sí hubo vuelo! (ya era hora, no?).

    III. ¿Quién dice que TODO el mundo está automatizado? Lloyd Aeroboliviano no usa computadoras: tiene la lista de pasajeros impresa y va tachando los que van llegando, y luego dos empleados se dedican a buscar los que faltan por todo el aeropuerto. Servicio humano y personalizado. Lento, ineficiente, pero humano y personalizado.

    IV. Sin novedad hasta Santa Cruz, Bolivia 8excepto que en la boda de mi tía Estela trataron de envenenarnos, o algo así, porque íbamos enfermísimos de la barriga los dos -aunque yo más. Debe ser por mi carácter dramático.

    V (y última por el momento). En Santa Cruz esperamos tres horas, y con horror vimos que había un vuelo a Buenos Aires 8el nuestro) y… ¡UN CLON! Oh, yes. Nuestro vuelo era el 910, y con 20 minutos de diferencia salía otro (misma línea, mismo destino) con el número 1910! La gente estaba vuelta loca.

    Y para colmo… la aerolínea sobrevendió boletos…

    Y para doble colmo… la solución que se les ocurrió fue ‘cancelar la numeración de los asientos’, así que cada quien se iba a sentar donde pudiera, conforme fuera entrando. Estábamos lejos de la entrada pero hice gala de mis conocimientos eslamísticos (no que no sirve aprender a usar diplomáticamente los codos? no que no sirve de nada ir a los conciertos de Lacrimosa, Los Cadillacs, Sisters of Mercy, Offspring*?)

    Así que entramos relativamente pronto y nos sentamos donde quisimos. Dos horas después de que salió el avión (luego de gente peleando por los asientos libres y sobrecargos tratando de embonar cuatro y cinco pasajeros por asiento**) llegamos a Buenos Aires y nos dispusimos a tomar un colectivo a Visha Elisa (se llama Villa Elisa, pero se pronuncia así, lo mismo que Fabulosos Cadishacs, La shama que shama y Mario Vargas Shosa).

    Y esa, señores y señoras, niños, extraterrestres y clones… ésa, es otra historia.

    * La falta de definición en cuanto a géneros musicales que frecuento en conciertos no tiene nada que ver con el tema de este blog.

    ** Ok, lo de las sobrecargos acomodando más de una persona por asiento es una exageración. Pero es la única en este blog. Todo lo demás pasó realmente, lo juro.

  • Post data

    POST DATA: Añadiciones (sí, lo sabemos, la palabra tiene pocos segundos en el diccionario) en los links de otros blogs que me caen bien. Primero que nada, la Puertita del Portero, quien tuvo a bien contarle cuentos a mi blog mientras no estuve -para que el blogcito durmiera sin pesadillas-. Además, el blog de Luigi Amara, de quien habló maravillas Martín Gambarotta en una cena de vino y empanadas. :)

    Y un link que no da a un blog, sino a un grupo argentino que no sé qué tal toquen, pero de entrada me cayeron de maravilla… Zingui Unktumi :)

  • Ir por partes

    Escribir un blog no es tan fácil, requiere de disciplina para evitar las dos caras del exceso: las verborreas mareadoras y la escuetez (sí, la palabra me la he inventado yo) que se reduce a interjecciones.

    Aunque no es mala idea: un blog que tenga una interjección distinta cada día…

    Me lo imagino así:

    DIA 1: Ouch

    DIA 2: Agh

    DIA 3: Bujú

    DIA 4: Yupi!

    Y así, sucesivamente, para que nos imaginemos las emociones y aventuras del blogueador.

    Ah, pero eso sería un side project, y no es momento para eso. Así que mejor volvamos a la necesidad de controlar los blogs para que se equilibren sin bandear en esos dos extremos.

    Hoy tengo muchas cosas en la cabeza: las vacaciones en Buenos Aires, un argumento para cortometraje, un par de quejas contra la vialidad defeña, mucho calor y sueño (no he dormido desde que bajé de ese infame avión que me tuvo horas y horas suspendida en el espacio).

    Ah, y un par de sueños que tuve en Buenos Aires (y uno en el avión). En uno de los sueños había una cantidad inmensa de cadáveres de niños. Y la única sobreviviente era una niña casi idéntica a Winona Ryder cuando niña -pero se moría también.

    En otro, volaba yo en una especie de avión-nave espacial que iba en reversa (?). Ése, por supuesto, fue el del avión.

    En fin, que estoy de vuelta, y mañana, sin duda, comenzaré a escribir con mayor logicismo (sí, la palabra es acuñamiento mío).

  • Volver

    He vuelto. Ahora, a volver a la rutina.

  • Triste, en BsAs

    Un mensaje corto, en lo que vuelvo. Es un secreto: de pronto me siento muy triste y no sé por qué.

    Por ejemplo, ahora sentí feo de ver tan solito a mi pobre blog. Pero antes, mi ánimo ha estado… como que de pronto me pierdo y la que se queda con mi cuerpo no soy yo. No es que sea otra, es que no soy del todo yo. ¿Seré un clon?

    Rax, en Bueno Aires