Autor: Raquel

  • El plomero

    Me despierto a las 7 de la mañana porque siento una mirada penetrante. Abro los ojos, junto a mi cama está parado un hombre de unos 40 años, muy muy gordo. Viste un mono y trae una caja de herramientas en la mano izquierda. Con la derecha blande una llave stillson.

    –¡Oiga! ¿Qué hace aquí? –le pregunto, indignada

    –Pos vine a hacer mi trabajo. Me llamó el señor P. Espín, reportando un grifo que gotea.

    –¿¿¿???

    –Así que con su compermiso…

    y acerca su llave stillson a mi nariz.

    –¡Oigame usted…! ¡Eso no es un grifo, es mi nariz! Gotea porque tengo gripa…

    Discutimos un rato y tuve que pagarle 200 pesos. Me regresé a la cama. La garganta todavía lastima y, efectivamente, tengo una fuga que puede resultar molesta para mis inquilinos gargantales. Pero insisto, ese P. Espín se está pasando de lanza: hace un rato llamó un decorador de interiores que tenía órdenes de ponerme papel tapiz en las amígdalas!

  • Post data

    Eso me recuerda: ¿qué dijo Tarzán cuando vio venir a una manada de elefantes con lentes oscuros?

  • Un puercoespín medio encajoso

    Vaya. Pues dejé -por lástima o caridad o vaya usté a saber por qué- que el tal puercoespín se quedara a vivir en mi garganta. Total, sólo picaba un poquito cada que respiro, y con eso de la contaminación, pues creo que no lo hago tan seguido…

    Pero hoy en la mañana descubrí con horror que mi puercoespín invitó a vivir con él a una colonia de alces suecos (cada quien sus parafilias; respeto las de mi inquilino, si bien preferiría que les diera forma en un hotel y no en mi garganta).

    Resultado: duele, causa tos, cosquillea y se oyen extraños ruidos cada que pasa el aire.

    Y aquí entre nos, me parece que fue Julio quien le pasó la idea al puercoespín (que se llama Señor P. Espín. La P. es de Pepe.) de que si mi gaznate ya era casa-habitación, bien podía convertirse en multifamiliar.

    La otra versión es que andaba yo malita de la garganta; y que en la fiesta a la que fui ayer fumaron tanto que terminaron de darme en la mutter. Por supuesto, esta explicación es aburrida e ilógica: cómo me van a hacer daño los cigarros que otros se fumaron? es como decir que si mi hermano se come un pastel entero én frente de mí, la indigestión va a ser mía y no suya!

    En todo caso, tendré que aprender a hablar a señas para tener una seria discusión con este puercoespín. Y sus invitados. Y el coche rojo (lleno de vacas australianas con cámara fotográfica y lentes oscuros) que se acaba de estacionar a un ladito de mi boca.

  • Unos links muy bobos

    ¿Saben ustedes qué hacen los economistas todo el día?

    ¿Conocen lo último en tecnología digital para dar la hora?

    ¿Cómo le pondrían una máscara antigás a su mascota?

    C’est tout :)

  • Un blog muy triste

    Este es un blog que dice poco y en el que su silencio dice mucho….