Autor: Raquel

  • Días después

    El día que prometí llegar a escribir sobre Exigentina… no lo hice (ya sé, ya lo notaron). Se debió a que, al llegar a casa me encontré con que no había luz (mi papá, amablemente, puso una vela junto a mi compu, pero no es lo mismo. ach, ya sé de dónde saqué este humor tan raro). Y ¿qué hacer cuando se va la luz? Dormir, no hay de otra.

    …..

    No. No dormí desde entonces hasta hoy. Pero ya saben, las múltiples actividades, los atentados poéticos, la vida misma…

    Je. No tengo vergüenza.

    …..

    Estuvo chido jugar al poeta-terrorista. Dan nervios. Dejé un libro aquí, otro allá, otro por más allá… uno especialmente querido se quedó con la maestra MergruenAlberto tiene una linda historia con respecto al atentado. Pero mejor será que la cuente él mismo y no yo.

    …..

    Cuento nuevo, pero sin final. Lo mismo que el de Exigentina. ¿Será mi destino?

    …..

    Sé que no. Pero necesito tiempo. Mi reino a quien me de una beca para dedicarme a escribir la historia de Exigentina. En estos días, me ha tocado hacer guiones de (chequen cuánta cosa alegre):

    • cáncer de mama
    • cáncer cervicouterino
    • robo de niños
    • esclerosis múltiple
    • enfermedad de Huntington
    • enfermedades de los recién nacidos
    • infidelidad
    • lucha de poder y desconfianza en la pareja
    • sexualidad creativa (nice, pero delicado de escribir)

      ¿Se vale?

  • Ayer y los calendarios

    Pues señores: vencido el miedo a las reuniones de high society, me apresté a disfrazarme para el evento de ayer: maquillaje, peinado, vestido negro y largo de ciertopelo, bolsita chirriminúscula en la que no cabe nada (pero yo, digna discípula de Mary Poppins, logré meterle unos dulces, unas obleas para el aliento, un polvo compacto, mi licencia de manejar, mi credencial de canal once, un brillito labial sabor frambuesa y las llaves del coche), abrigo largo, también negro (para parecer viuda de la guerra), zapatísimos de tacón kilométrico, aretes, collar, pulsera…

    Sí, damas y caballeros: eso es un disfraz. Se ve nice oh so nicey, sipi, pero no deja de ser tan extraño a mí como un hábito de monja (que me muero de ganas de ponerme, con medias de red y los zapatísimos de ayer, muahahaha).

    En fin. Ya disfrazada llegué al canal once de donde salió nuestro transporte. Yo seguía sin saber exactamente a dónde íbamos. Los retazos de pláticas que escuchaba no me ilustraban para nada…

    Finalmente llegamos a un teatro de Fela Fábregas. Y ahí vi que era la ‘Entrega del Calendario Azteca de Oro’. Torpe de mí, pensé que íbamos a posar para un calendario, con tan sólo una botella de tequila en la mano… Pero no :(

    Una vez más se aplaza mi debut en el mundo del soft porn :D

    Asegún parece, el premio de la ARMPIT, el Calendario Azteca de Oro, tiene 49 años de edad y se le da a gente cool, como mi jefa. Oh, yeah.

    Lo más chido no fue que cantara Manoella Torres (¡dios! fue taaaan extraño) o Gualberto Castro (raro asunto), sino que –ya en serio– mi jefa agradeció su premio entre más aplausos que el resto de la gente, y dijo que le agradecía a su equipo (ése, del que yo formo parte) porque sin nosotros no sería posible hacer tan buen trabajo…

    Qué quieren: me sentí orgullosa de trabajar en Diágolos. Me pasa de vez en cuando, pero nunca lo había sentido tan contundente.

    Y bueno, no tuve que bailar ni hablar, hice un par de ositos, pero tan peques que casi nadie se dio cuenta, me la pasé cool, no me caí con los zapatísimos, no perdí la chiquitirribolsa…

    Gracias por las porras y los consejos.

    Y ahora sí: en la tarde -si nada se atraviesa- volverá Exigentina :D

  • Dos asuntos

    Mapa

    De nuevo, mil y un gracias a quienes se han dado vuelta por el guestmap (abajo del tablero de comentarios, es un letrerín que dice ‘view my guestmap’). Dice (el guestmap) que se siente mejor. De todos modos, sigue aceptando visitas y mensajes (tengo mensajitis, lo sé).

    Para terminar

    Tengo que ir a un evento de gala hoy. Estoy que se me retuerce el estómago de nervios. No sé qué ponerme. No sé cómo portarme. Se aceptan:

    a) consejos para estar acueducta con la situación

    b) pretextos que ponerle a mi jefa para no ir.

    Nota: si alguien le dice a mi jefa de este blog, tendré que matarlo. Tengan cuidado. Pasen buen día.

  • Lunes por la morninga

    • Blogger estuvo en huelga todo el fin de semana. Es molesto porque tenía un montón de cosas que escribir (me sentía extrañamente inspirada) y pues ya no se pudo.
    • Acabo de despertar luego de una pesadilla: tenía 35 minutos para pasar en limpio una obra de teatro (coescrita por un tal ‘Jorge’, a quien no conozco IRL, y por mí) mientras el director de la obra (Mario, amigo mío de la secundaria) me veía feo y me trataba de hacer sentir culpable por no tenerla lista a tiempo.

      Los actores ya estaban reunidos, vestidos de negro, cotorreando entre ellos y mirándome de reojo, y el tal Jorge (maquillado como bufón) supuestamente me ayudaba (pero no: sólo estorbaba). Y mientras, una excompañera de la primaria me trataba de llenar la copa de vino (es fiesta, no funeral, repetía constantemente) sin importarle que derramaba el vino sobre mi cuaderno (yo copiaba de un blog amarillo, recuerdo. El último parlamento decía algo de «mientras yo me encargo del aspecto crítico, tú puedes hacerte cargo del co… co… cómico». En el block amarillo estaba escrito con tinta café. En mi transcripción era imposible seguir los renglones y me iba yo chueca…)

      Al terminar de escribir ese parlamento, algo en mí se rebeló: supe que aunque terminara a tiempo, no era tiempo suficiente para que los actores leyeran siquiera el texto, y que la obra sería un fracaso. Así que me levanté de donde estaba escribiendo y… desperté.

      (El sueño, fragmentario, también incluía partes en las que tomaba clase de psicología en la azotea de mi ex-casa (sentados en bancas hechas de Lego). Una compañerita de unos 6 años decía que ella tenía 4 años y estaba preocupada por sus trastornos de personalidad: angustia, depresión, la casa, la escuela y los cuentos (?). Y nos contaba un cuento que yo encontraba muy similar a una película (pero ya no recuerdo a cual). Yo era la consentida de la maestra pero dejaba la clase para hacer la transcripción de la obra de teatro. Al bajar de la azotea, alguien me contaba un cuento que en el momento me parecía de mucho horror (o lo contaba yo?) pero ahora, al recordarlo, no tiene pies ni cabeza.

      Y más tarde (y antes de empezar la transcripción realmente) me jallaba a Pablo Mancilla, quien me decía que estaba en un nuevo proyecto relacionado con venta de relojes importados, o acciones de valores, o algo así.

      Si alguien me hace una interpretación del sueño que me parezca contundente, le doy un premio…

  • A toda prisa

    Estoy en un café internet, a punto de correr para encontrarme con la profesora Mergruen. Les digo, así, de poquita gente (y en especial en casos como éste, que es persona muy muy querida) no tengo problemas de antisocialidad y tal.

    Bueno, escribo porque ya acabé mi guión y me quedan dos minutos.

    Y porque hoy mi día empezó más surreal y asesino que nunca.

    Desde ayer, la vida ha estado agresiva:

    mi hermano se fue de vacaciones y me encargó a sus peces. ¡y cinco decidieron morirse! Me sentí toda la tarde en shock. Creo que la muerte de los peces me removió residuos de la muerte de Cliff. Pa colmo, me sentí toda idiota de no poder cuidar peces ni dos días (creo que fue algo que comieron, pero no lo puedo asegurar).

    Finalmente llegó la noche y dormí y soñé peces muertos flotando en mi recámara. Raro.

    Pero luego…

    desperté. Me levanté. Todavía estaba oscuro. Tenía que ir al coche por unas hojas que necesitaba para hacer mi guión y bajé sin prender la luz.

    Mi hada madrina estaría despierta por una vez, ya que sentí el impulso inusual de ponerme zapatos (me encanta andar descalza).

    Bien.

    Bajé a tientas las escaleras… y algo sonó CRACK!

    PISÉ UN RATÓN MUERTOOOOOO

    Mi maldita gata dejó UN RATÓN MUERTO en las escaleras…

    y yo…

    LO PISÉ.

    Tronó, y era resbalosito. Me agarré del barandal para no caer. cuando llegué a un lugar iluminado, todavía luchando con las ganas de golver la panza (modo fino de decir gomitar), vi mi pie. La sangre del ratón me había salpicado: tenía el empeine lleno de ella….

    oh dios.

    Qué inicio de día.

    No gomité, y tengo hambre :)

    Pero me siento asesina de animales.