Michael Jackson…

Michael Jackson…
Ellos también sufren…
Acabo de leer una entrevista con un actor porno japonés. Uno imaginaría que se trata de lo mucho que goza el glamour de su vida, lo feliz que es porque le pagan por cogerse a las fulanas más voluptuosas del Japón… pero no, no es así.
Comienza diciendo que tener sexo tantas veces a la semana lo ha vuelto estúpido, porque no puede pensar en otras cosas, y porque pierde muchos nutrientes en sus… en… emisiones, digamos (ya sé, se dice eyaculaciones, pero estaba tratando de ser eufimista).
Luego, narra la cantidad de infecciones de transmisión sexual que ha pescado como parte del trabajo (clamidia, virus de papiloma, herpes) y cuenta de actores que han tenido que ser hospitalizados por realizar esfuerzos muy grandes (sin más detalles).
Al final habla de otras practiquillas que son populares en el porno parafílico y concluye con que es un trabajo de la chingada. Si quieren leerlo completo, vayan a este link.
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En otras noticias: casi no me acuerdo del sueño raro de antenoche. Nomás me queda claro que era una especie de juego de realidad virtual, en el que chavitos ultrarreligiosos de entre 8 y 11 años me perseguían con la intención de crucificarme… creo que casi al final me tocaba el ‘game over’, y los chavitos, con metralletas, me mataban… pero como yo sabía que era un juego, platicaba con la otra persona del coche mientras nos desangrábamos.
Lo terrorífico venía después: una falla en el juego me hacía regresar una y otra vez, en cotnra de mi voluntad, en momentos insospechados, y cada vez sentía más reales las sensaciones…
desperté con la preocupación de que la realidad virtual del juego me estaba devorando, y cuando acabara de asimilarme, me volvería personaje pa siempre (pero siempre era un decir, porque en cuanto los chamaquitos me atraparan, goodbye rachel).
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Voy a descansar un ratón. Seeya.
Velocità
Mo es justo que hoy, que tengo tanto que contar, me tenga que ir tan rápido. Pero estamos en ‘esa semana de noviembre’…. uff. Se trata del aniversario luctuoso de mia mamma. Y hoy, precisamente, nos toca salir volados para ir a comprar flores, pasar al panteón y desayunar, los tres juntos, pa demostrar al mundo que le guste o no, seguimos siendo una familia. A huevo.
Más detalles a mi vuelta.
Digamos que eso es el teasser, y que, por si fuera poco, ayer pasaron cosas MUY buenas.
Ah, y que tuve un sueño MUY loco :)
El susto, el fin de semana, el final del juego
1. El susto fue que me asomé a la ventana y vi a mi gato echado en el techo del vecino. Hacía un frío de los mil carámbanos, y mi gato acostumbra dormir en mi cama, así que me sorprendió verlo tan lejos… y tan inmóvil. Ya me ha tocado ver cadáveres de gatos en el techo de los vecinos, así que llamé a mi papá, toda espantada. La jija Cuca no se movía ni lo necesario para respirar. Abrimos muy despacito la puerta que da al techo de los vecinos (?) y…
el sólo ruido del pestillo recoríéndose bastó: mi gatuela cobró vida de nuevo y corrió a la casa… mientras un ratón, feliz, corrió a esconderse en algún rincón de la casa de mi vecino.
Así que estaba de cacería, y no muerta.
Así que de ahí saca los ratones que nos ofrenda por las mañanas.
Vaya.
2. El fin de semana fue tan largo, que siento como si hubieran sido dos semanas. Demasiadas distancias, primer viaje en carretera (manejando yo) y de noche; más cerveza de lo usual, nuevos y viejos conocidos… necesito descansar del finde.
3. Se acabó el juego de inmersión de Matrix y fue casi tan insatisfactorio como la peli. Bueno…. todo iba mucho mejor que matrix reloaded y matrix revolutions, pero una de dos:
o se les acabó la paciencia
o se les acabó el presupues…
No: una de tres:
o se les acabó la paciencia
o se les acabó el presupuesto
o nunca tuvieron un buen guionis…
No: una de cuatro:
o se les acabó la paciencia
o se les acabó el presupuesto
o nunca tuvieron un buen guionista
o el fracaso estrepitoso de matrix 3 los hizo apresurarse, para que ya salga el juego de paga, antes de que la gente olvide por completo la ‘emoción’ de comprar artículos periféricos a la película.
No sé. En todo caso, deja un mal sabor de boca…
(8.23, hora de salir corriendo de aquí. Y yo que quería contarles otra noticia extraña… ya será aluego).
Menudo susto
Ayer comimos en casa de Mergruen, gran cocinera. Espero que Sandrágoras suba las fotos pronto. El periférico es una porquería, lo están reparando en todos lados, y tardamos un ratote en llegar, pero al fin, casi a las doce, Alberto y yo llegamos a la agreste Iztapalandia. Pobre Alberto. Está con el cierre del segundo número de la revista, y se le ve cansadísimo.
Y yo pregunto: ¿por qué los cierres de número implican desvelones fenomenales? Nadie me ha podido explicar cuáles son las bondades de trabajar de la una pe eme a las 4 a eme del día siguiente, para irse a dormir y volver al mismo horario; en vez de trabajar, digamos, de 7 a eme a 10 pe eme y dormir como Dios manda. ¿Glamour? ¿Vampirez? ¿Mala costumbre? En todo caso, cada vez que me he visto involucrada en una revista, pasa lo mismo. Los días (las noches) de cierre son mortales, y una se queda sin novio por temporadas largas.
Agh. Me quedé mirando la página de Alex Melchor, quien fuera mi coordinador en los tiempos de Editorial Alce (que según veo, ya no existe), y ya es tiempo de desayunar. Así que este mensaje queda mocho. Ni mocho. De todos modos, nadie deja saludos en sábado. O casi nadie, pues.
PD. El susto tiene que ver con mi gato. Mañana les cuento.