Autor: Raquel

  • La ex

    Quedé de ver a Alberto en CU. Iba camino a la cita cuando recordé que una su ex (la última ex que tendrá en su vida, si de mí depende) sigue rondando por esa universidad (y ocasionalmente por su vida. Hay exes que sencillamente no se quieren ir, no quieren, dejan su olor o creen que porque pasa el tiempo se olvida que fueron pareja, que luego hirieron y fueron heridos/as, y llaman y saludan como si nada, como si de veras un silencio más o menos largo pudiera borrar lo de abajo; yo, por suerte, tengo sólo un ex que entra en esta categoría, y cada vez está más lejos… como que ya se dio cuenta de que una amistad no se basa en silencios).

    En fin, voy hacia CU y recuerdo que la ex anda por allá, y como sé que voy a llegar tarde porque mi camión-tortuga se arrastra sin prisa por Insurgentes Sur, me imagino que, cuando llegue, ella estará sentada a la mesa en la que él me espera y tendré que templar mi ánimo cavernícola para no hacerle mala cara, saludarla con amabilidad, sentarme a la mesa (porque en el otro lado de mi mente torturosa, entiendo que, por mucho que me extrañe la relación seudoamistosa de mi pareja con sus exes, no puedo, ni debo -y en realidad ni quiero- intervenir en eso: a fin de cuentas, toda persona tiene su pasado, y sería idiota, infantil y muuuuy egoísta pretender que una vez que alguien está conmigo su pasado se borra. Como bien dice Luisfe, ‘agua pasada no mueve molino).

    Total, que me imagino la situación y ensayo mi mejor cara, para que no suceda lo de una cierta vez, hace muchísimos años, casi diría en otra vida, que me cayó de sorpresa el ex con su pareja del momento, y yo estaba -horror- en el memorial de mi mamá, y al verlo sólo pude soltarme a llorar (como el cochinito que se cayó de la cama). Claro, me dije: la situación es muy distinta y han pasado 12 años. Ya no soy adolescente, soy una adulta (ja) civilizada (doble ja) y si me dan mi lugar y no está la x en las piernas de mi casimarido, todo bien.

    Llego, más calmada, pensando que a fin de cuentas no me toca a mí resolver los enjuagues que dicha ex traiga en su mentecita, ni me toca a mí dictar lo que hará Alberto con respecto a esos enjuagues. Y -sorpráis, sorpráis- lo encuentro… solo.

    Je.

    Nos sentamos. Comemos. Llega Moni, mi amiga, con quien quedamos de vernos, para un asunto de una Asociación Civil que quiere colaboración de Fatal Espejo. Nos cambiamos de mesa, platicamos en el plan más cool.

    Y llega una chavita, se para enfrente de nosotros. La volteamos a ver, yo la descarto: es muy joven para ser de mi generación, así que no es a mí a quien busca. Es de esas niñas tímidas, alumnas de Alberto -pienso- que viene a saludar un rato. Se me figura, un poquito, a cierta conocida mía de los tiempos de la iglesia (la gente de esa iglesia tiene del don natural de vestirse a la moda de edades lejanamente pasadas, cosa que platicaré en otra ocasión).

    Efectivamente, la chavita dice con una voz tan débil que creo que más que oírla, leí sus labios, que quiere saludar a Alberto.

    Y ahí viene Raquel-mamá, que aparece en escena cuando veo niñas frágiles. Me da la empatía, me da ternurita la chava, tan solita, con su torta en la mano, con una sonrisa vacilante, así que la saludo en muy buena onda (porque ogro no soy, caray), comento dos tres cosas con ella, le deseo buen provecho, casi la persigno y le doy para sus papas y su boing en la escuela (soy una matrona, claro, y adopto a las niñas huérfanas, o a las que tienen aire de huérfanas; pero sólo de vez en cuando, porque además de matrona soy todo lo demás que ustedes saben).

    Total, se va la niña luego de que le deseamos buen provecho (siempre mirándola a los ojos, claro, sonriendo con mis dientes chuecos a sus dientes chuecos, total, que somos una hermandad antibraquets) y entonces, cuando está lejos, le pregunto a Alberto que esa quién chingados es. Bueno: sin el chingados. Y resulta (muramos de risa) que es, nada más y nada menos, que la famosa ex. Caray.

    Hay una moraleja en todo esto: convienen más las relaciones amistosas muy estrechas, donde se da la endogamia, porque entonces, el ex de tu pareja es tu mejor amigo, quien a su vez anda con tu ex, quien fue pareja de un amigo mutuo y así, sucesivamente, hasta que renuncias a los celos y disfrutas las amistades y los cotilleos, o hasta que te vuelves paranoide y te alejas, te emborrachas diario y te quejas de lo mal que te pagaron esos amigos del mal.

    Chan-charrán-chan-chan.

  • Ferlinghetti en Bellas Artes

    Este jueves 26 de febrero, a las 19.00 horas, se presentará el libro ‘La noche mexicana’, de Lawrence Ferlinghetti, traducido por Sergio santiago Madariaga y Francisco Oyarzábal, en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

    En la presentación se contará con la presencia de los poetas José Vicente Anaya, Juan José Gurrola y John Ross. Además estará -pero por supuesto- el mismísimo Ferlinghetti.

    La entrada es libre.

  • Dicen que mucho ayuda…

    Ya estuvo: nos avisaron que entre los amigos más cercanos de Gerardo y Epigmenio están organizándose para administrar todo lo relativo al asunto. Así que luego de ponernos a las órdenes de dichos (pues a fin de cuenta, son quienes cuentan con información de primera mano), para lo que les haga falta, quedaremos (yo y este blog) en stand by al respecto, poniendo por acá las noticias (cuando las tengamos) y estando al pendiente y muy dispuestos para cuando fuere necesario.

    Cualquier duda acerca de lo que se hace, se deja de hacer, lo que se puede hacer y demás, sugiero acudir a la gente más enterada:

    Bef, Casierra y Tryno Maldonado, por mencionar a los que se me ocurren de momento. Seguro ellos darán más opiniones (y más centradas, y más inmersas en toda la complejidad del asunto) que esta su segura servidora :)

  • Gerardo y Epigmenio

    1. Me habían dicho que antes del viernes no era conveniente hacer ningún tipo de alharaca. Sonaba justo, y así me mantuve en silencio (al menos en el blog).

    2. Los resultados del viernes son un duro golpe a la Confianza que pudiéramos tener en la Justicia. Es absurdo. Totalmente.

    3. Me uniré a las muestras de apoyo a GS y EL en la vida real. Hoy quizá se pueda hablar de ello en cierta reunión a la que acompañaré a Alberto. n todo caso, preguntaré si se puede hacer un llamado desde Diálogos en Confianza, o algo así.

    4. En la página de Fatal Espejo están ya los datos, tal como los hemos recibido.

    5. Ay, Tiburón…. me preguntas si es justo apoyar a Gerardo y Epigmenio. Yo quisiera decir que lo que NO es justo es que tengan necesidad de ESTE apoyo, dado que no tendrían que estar en ESTA situación. Y de pronto, pesa ser una ciudadana común, sin una palanca contundente, sin un super título que agregar al nombre a la hora de firmar un desplegado… Yo lo único que espero es que esto termine pronto, y sólo puede terminar cuando Epigmenio y Gerardo estén de nuevo en sus respectivas casitas. NO ACEPTAREMOS NADA MENOS.

  • Antes del guión…

    Anoche soñé que escribía en mi blog. Qué tal. Sólo en mis peores momentos de adicción internética me soñaba frente a la compu (tuve un sueño que era puros mensajes de ICQ, qué cosa espantosa), así que no sé bien si reírme o preocuparme.

    En mi sueño escribía acerca de los examores. Para conjurar el sueño, voy a escribir más o menos lo que escribía ahí…

    Decía, más o menos, lo siguiente…..

    no, no puedo ser su amiga

    La novia de mi ex es buena gente. Simpática, divertida, todo eso. Y según mi ex (con quien somos buenos amigos ahora que el tiempo ha pasado) ella quisiera ser mi amiga. Yo… bueno, la verdad es que no puedo. Lo he pensado bien y creo que es absurdo, de mal gusto, fuera de lugar, poco ético… o algo así.

    Puesta a reflexionar, creo que no puedo ser ni amiga de la novia de mi ex, ni amiga de la ex de mi novio, ni novia del amigo de mi ex, ni exnovia del exnovio de mi examiga ni ninguna otra combinación por el estilo.

    Una mala experiencia: cuando cierto ex me presentó a su novia, yo no estaba preparada para verlo con alguien más. No es que lo amara con pasión: es sólo que uno no se entrena para imaginarse a sus querencias queriendo a otras personas (con todo lo egoísta que esto suene). Traté de superar el asunto, poner buena cara, pero cuando ella se me acercó a preguntarme cómo sorprender al fulano (es que me contó que tú eras muy detallista con él, me dijo ella) me di cuenta de que no, no puedo.

    No me gusta la idea de imaginarme a mis exparejas con sus actuales parejas, ni a mis parejas con sus exparejas; entiendo bien que agua pasada no mueve molino… pero hay tanta gente en el planeta, que creo que perfectamente puedo prescindir de la amistad de gente que, en algún momento, podría decirme cosas como «¿Que no le gusta que lo abraces? ¡Si conmigo todo el día quería abracitos!» (por lo menos). O de otras con las que la indiscreta podría ser yo.

    No me malinterpreten, no es que sea yo mala bestia (que quizá lo soy, pero no se ve en esto). Lo que pasa es que el morbo es parte de la naturaleza humana, y tarde que temprano alguno de los implicados caería en la tentación de sacar algún tema incómodo, que podría llegar incluso a lastimar o yo qué sé.

    Ahora bien: las cosas cambian cuando una amistad PREVIA se hace pareja de un ex, o algo así. En esos casos, por supuesto que pesa más la amistad….

    ***Ya no me acuerdo qué tanto más decía el post del blog soñado. Solamente quiero aclarar una cosa: el tal ex y su tal novia, por más que trato de hacer memoria, creo que no existen en la vida real. Pero fuera de eso, creo que estoy de acuerdo con el blablabla de mi alter-ego del mundo de los sueños ;)