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  • Uno, dos, tres: ¡estás muerto!

    Una vez se me atravesó un libro sobre una Barbi de la edad de piedra (muy guapa, muy mona, muy cromagnon de ojo claro). De las cosas que me gustaron, hubo una en especial…

    Se trata de un ritual de ‘excomunión’ o alg así: cuando un miembro de la comunidad se vuelve non-grato, el jefe de la tribu la señala y dice ‘Estás muerta’ (tal vez no pasa exactamente así en el libro, ahora que lo pienso).

    El caso es que a partir de ese momento, los demás CREEN que la persona está muerta, y cuando la ven, piensan que es un fantasma (al que hay que ignorar para que se desprenda de la Tierra y vaya al Valle de los Grandes Bisontes Celestiales, o algún sitio por el estilo).

    Es como una ley del hielo extrema, donde se asume con naturalidad que el muerto puede seguir hablando/llorando/contaminando, y que basta con no pelarlo y limpiar los destrozos que ocasione (un poco raro, pelar y no pelar a la vez).

    En el vudú y algunas religiones africanas hay costumbres similares, pero en más intenso: el sacerdote señala con un hueso a la víctima y asevera: ¡ESTÁS MUERTO! (o le lanza algún hechizo). La impresión y la fe son tan grandes que la víctima cae muerta en el mismo instante.

    Hablando de vudú, me acordé de los zombis que venían en el Inverosímil, libro que sembró de miedos mi lejana infancia.

    Pero no sé por qué vengo a hablar de todo esto. (O quizá sí).

    Uno…. dos…. tres….

  • Con amor para un sin-rostro

    Estaba por irme a dormir cuando recibí este mensaje:

    «…y me he dado cuenta de que los han estado chingue y jode en tu blog y en el de Alberto. La redacción (pésima) hace pensar que es una sola persona, que anda cabreadísima con que se casan. Su ip varía, lo que quiere decir que no tiene una conexión con cable (quizá es una conexión casera, de telmex, o tiene que andar de café internet en café internet). Si quieres, podemos fácilmente descubrir desde qué computadora se están escribiendo las cosas ésas, y te apuesto desder ahorita que se trata de alguien que te conoce más a ti que a Alberto, que fue tu pareja en algún momento, o quiso serlo; o una supuesta amiga fingiendo escribir como hombre. De ser esto último, su ardor habla de que ella no se ha casado, claro. Y que no tiene para cuando. En cualquier caso, es la envidia la que habla y yo no le haría mucho caso: quienes los conocemos a ti y a tu chavo, sabemos que es un intento bastante patético por hacerlos sentir mal…»

    Me quedé pensando en el posible perfil de nuestro visitante. Una persona cobarde, pues se esconde en el no-rostro; con muy poquito vocabulario, bastante corriente; con inclinaciones homosexuales; con una vida muy triste… Ok, se reduce a cuatro o cinco opciones, si consideramos que es alguien que me conoce in the flesh. Creo que ya sé quién es, pero me da como penita ajena. Y aunque no fuera quien creo que es, me da penita ajena. Y me halaga un poco, debo ser sincera, que se tomen esa molestia… (ok, yo me la estoy tomando también, pero no todos los días, ja).

    En todo caso, creo que lo más triste es su falta de imaginación. Cada mensaje que pone es casi idéntico al anterior, y termina por aburrir a los lectores. Ya ni siquiera difama, qué caray.

    Si yo fuera él/ella, buscaría alternativas molestatorias más originales, más elaborados. Por ejemplo se me ocurre:

    «Rax: me cogí a Deíctico y luego lo abandoné en un burdel australiano»

    «Alberto y Rax: sé que los dos son adictos a Internet y que su vida social no incluye alcohol ni drogas. ¡Nerds!»

    «Alberto: Raquel te engaña con Johnny Depp»

    «Público en general: Raquel y Alberto son unos farsantes: es mentira que él escriba, es mentira que ella trabaje en canal once. En realidad, son ayudantes del ayudante de un ayudante de no sé quién, y ni siquiera les pagan un sueldo fijo»

    «Cuidado: Raquel tiene VPH»

    «Cuidado: Raquel platica con sus gatos»

    «Mientras se casan, yo me voy a estar cogiendo a su gato»

    «Muerte a los enemigos del dark»

    «Raquel ya no se viste de negro y la odiamos por eso»

    «Cuidado: Alberto tiene tos y no se le quita»

    «Yo vi a Raquel y Alberto en un video de ‘hoteles de tlalpan’. Estaba muy aburrido»

    «El dos de octubre me van a chupar la verga ustedes dos y sus gatos y sus amigos y sus hermanos y sus parientes cercanos y lejanos y sus jefes, compañeros de trabajo y subalternos y entre todos me van a dejar mi pobre pirilín más chiquito de lo que por sí es»

    «No sé armar un blog pero ni hace falta porque acá llamo la atención bien sabroso»

    «Buaaaaaaaaa»

    Por otra parte, sugiero a los lectores amigos que sigan el ejemplo de Salinas. Pasemos a otro tema, veamos sus mensajes con benevolencia (debe ser muy duro tener solo dos neuronas, que además están peleadas), que entiendan que algunos tintes para el cabellos y ciertos licores dejan taras mentales graves, que piensen en el karma, que jueguen ajedrez… yo qué sé… que no tomen en cuenta al pobrecito ser, a quien hoy bautizo oficialmente (ya que no nos ha dejado nombre) como la Gallina Cocoguá.

    Para terminar: tristemente, descubro que no es para sentirme privilegiada el que cuente con mi fan from hell (total, amor y odio son la misma cosa, nomás que de diferente lado), porque no soy la única que recibe visitas de esta naturaleza. Chequen, por ejemplo, un caso peor de lastimoso y éste sí muy indignante, aquí.

    Y bueno, con respecto a la pregunta de varios: ¿ya se acabó este blog? No, todavía no, pero no le escribiré tan seguido (quizá le pague a la Gallina Cocoguá pa que ella que sí tiene tiempo ponga algunas cosas, ja). Y sí, estoy planeando uno nuevo, pero será hasta noviembre, yo creo.

    PD. Amen a la Gallinita, visítenla en el blog de Alberto y díganle que la entienden, que la compadecen, que le regalan un diccionario si se porta bien. Háganle sentir por una vez que no es una pobre basurita que vive sus frustraciones a través de la felicidad ajena (pero no le digan que esa felicidad crece y crece, que pocas veces la pensamos y que cuando lo hacemos nos reímos mucho de sus comentarios, porque puede lastimarla todavía más).

  • yo. hoy. Posted by Hello

  • El placer de ser cursi

    Le hice un dramita estúpido a uno de mis mejores amigos porque no soy muy hábil para enfrentar cierto tipo de bromas. Ahora me siento apenada con él, porque realmente lo quiero mucho. Y porque realmente me porté como una tonta.

    En cualquier caso, asumo que me va a perdonar como ya le perdoné la mala broma.

    Y más importante, me dejó pensando acerca de la cursilería como valor.

    Gracias, Cent.

    Y bueno… me salgo del clóset de la cursilería hoy hoy hoy, hoy que me casé y que me di cuenta de que soy querida no sólo por mi marido, sino por familia y amigos… hoy que usé una rosa en el cabello y que el Cent me dijo cosas tan lindas pese a mis panchos… hoy, pues, seré una cursi… y qué :)

  • Despedida en cinco tiempos

    Uno: Vizcaínas, hace dos millones de años.

    Ultimo día de clase. Maribel y yo pasábamos de segundo a tercero, nos quedaba un año más en la secundaria. Pero estábamos tristes. Hay despedidas que llegan antes de lo que uno se imagina.

    Nos encontramos un poema de José Angel Buesa. De ésos que luego iba a recitar al hartazgo Paco Stanley, antes de que lo mataran y la gente dejara de imitarlo en todo momento (ahora imitan a Adal Ramonez. Me pregunto si… bueh).

    Es un poema cursi, pero servía bien, nos prestaba palabras para despedir a ciertos álguienes. Decía:

    Te digo adiós y acaso te quiero todavía

    no sé si he de olvidarte, pero te digo adiós…


    Y, efectivamente, sigo sin olvidar a los que se fueron, pero aunque los volví a ver, están idos. Para siempre.

    Dos: Leo el texto de hoy de Casciari y se me figura un poco al poema de Buesa. No es cursi, no; pero me presta esas palabras que yo aún no sabría formular. Estamos cerrando un ciclo y yo no me había dado cuenta.

    Tres: Las diez plagas, los siete sellos, las 9 señales. Cada fin de ciclo se acompaña de señales que pueden ser o no reconocidas. En mi caso, hay algunas endógenas: la boda, el cansancio matutino, la ida a Vizcaínas, el desligue total y definitivo con algunos que fueron amigos queridos y que hoy sé hostiles (y hacia los que profeso la misma cálida hostilidad). Cure ya vino.

    Y están las exógenas: Putito, mi visitante anónimo, que tan fácilmente me hizo decidir quitar tagboard y comments; el cierre de otros blogs (Felisa, Mujer gorda, etecé); la huelga que sostuvo por un par de semanas mi modem.

    Cuatro: Nada ocurre sin contexto. Los hechos se concatenan. Hay momentos en que pienso en Putito, mi visitante anónimo (Mamá, ya le puse nombre. ¿Nos lo podemos quedar? ¡Es tan mierdita, tan tierno a su modo!), bien podría ser alguno de aquellos que un día consideré amigos y blablabla. Otro ejemplo: justo cuando estoy pensando en rediseñar esto, leo lo de Hernán.

    Otro: justo cuando va a salir la entrevista sobre blogs en televisa, me siento enhuevada para seguir escribiendo.

    Y hago las cosas y luego les pienso el por qué.

    Cinco: el asunto es que todavía no sé si esto es una despedida temporal o definitiva. Incluso cabe la posibilidad de que no interrumpa la escribidera; pero de que esto se acabó hace semanas, y de que hoy le estamos dando el cierre formal, no tengo duda. O bueno… al menos, no muchas dudas. Creo.

    Bueh.