Y las ronchas no se van.

Pero ya me vio el doctor. Me recetó avapena y dice que no es grave pero que NO me rasque.

Hm. No tengo mucho más que decir: cuando no estoy pensando en rascarme, me estoy preguntando cómo terminar de poner mis cositas en orden para el viaje.

Estoy vuelta roncha. Y las ronchas no se distinguen por su brillantez al pensar, o al escribir. Por lo menos deberían hacer descuentos en los vuelos transcontinentales a las ronchas simpáticas, je.


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