Trascendencia

Ayer discutía con alguien sobre la tan llevada y traída trascendencia humana: ¿sólo se consigue teniendo hijos? ¿todo mundo quiere trascender? ¿me arrepentiré cuando sea una anciana de no haber tenido trascendente descendencia? (¿llegaré a anciana?).

Tanto me quedé pensando en eso que soñé que descubrían el modo de ser todos inmortales; pero que, para controlar la cantidad de gente en el mundo, la opción era: o inmortalidad o hijo (sí, sólo uno/a por persona). Y en mi sueño, muchos que ya tenían hijos mentaban cuanta madre, diciendo que era injusto que les negaran la inmortalidad porque cuando tuvieron a los hijos «no sabían» que habría luego la posibilidad de no morir; otros, en cambio, preferían tener al hijo que vivir por siempre; y otros más planeaban el asesinato de sus hijos para ver si aplicaba la nueva ley a su favor…

Era una especie de fin del mundo, pues. Muy divertido, aunque sin zombies.


Comentarios

3 respuestas a «Trascendencia»

  1. Avatar de 7mo Sentido
    7mo Sentido

    wow!!! muy cinematográfica la idea… me gustó. yo ultimamente he pensado en si estaríamos preparados para vivir infinitamente, si con una vida promedio a veces no podemos!

  2. Dice la RAE

    trascendencia.
    (De transcendencia).
    1. f. Penetración, perspicacia.
    2. f. Resultado, consecuencia de índole grave o muy importante.
    3. f. Fil. Aquello que está más allá de los límites naturales y desligado de ellos.

    No me suena a tener hijos por ningún lado…
    La acepción número tres incluso me podría poner a pensar que la única forma de lograrlo es convirtiéndose en zombie místico, mágico y musical (sin las dos primeras partes, no es necesariamente TAN sobrenatural, por ejemplo, si la err…mutación es producto de un virus). O volverse…espíritu.

  3. Y luego están los gatos. Uno podía tener hijo, ser inmortal o adoptar un gato – el que, si es bien cuidado, le dará a amo algunas de su siete vidas. Algunas veces se darían casos en las que, por ahí de los 350 años, gato y amo se dieran cuenta que ya estaban un poco cansados del mundo. Entonces, saldrían al parque, conversando, con una mantita. El dueño humano se sentaría con la mantita y el gato encima y cerrarían los ojos por ahí de la caída del sol, siempre, siempre en verano.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.