Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • Y el monstruo sigue hablando…

    La mujer era, por supuesto, la hija de la Bruja. Era muy bonita y sabía fingir que era muy buena. Le contó al joven príncipe que era huérfana y que la Bruja, (que en su narración no era una bruja, sino una mujer noble y de buen corazón) la había adoptado. También dijo que sus verdaderos padres eran de la aristocracia local y habían sido despojados y muertos por ladrones.

    Perfecto se quedó como huésped de la Bruja y su hija. En poco tiempo, la magnífica actuación de ambas mujeres le hizo pensar que había encontrado a la esposa que buscaba y decidió casarse con la hermosa joven. Y con eso en mente, iniciaron la cabalgata de retorno al castillo.

    Pero héte aquí que una noche, cuando pensaba que Perfecto dormía, la hija de la bruja se quitó su disfraz, pues era muy cansado fingir bondad y hermosura de tiempo completo. No contaba con que el principe estaba despierto, y la vio con su verdadera imagen, que era espejo fiel de su verdadera alma. Horrorizado, pero valiente al fin, la enfrentó. La joven, acorralada, tomó unos polvos mágicos que le había regalado su madre la Bruja, y convirtió al joven en el monstruo que Exigentina encontró en el árbol. Y con el monstruo escondido en su baúl, llegó al palacio.

    Volvió a fingir bondad y belleza, y dijo al rey que ya estaba desposada con Perfecto, quien misteriosamente había desaparecido. Los reyes la recibieron con cariño, pero dijeron que no podrían considerarla su heredera mientras no hubiera señal alguna de Perfecto.

    De esta forma, la única manera en que Perfecto volvería a ser un hombre consistía en aceptar casarse con la hija de la bruja (se llamaba Brunilda). Y para asegurarse de que no escapara, Brunilda lo envió de vuelta al cuidado de su madre la Bruja.

    Supongo que no es necesario decir lo sorprendida que estaba Exigentina: su príncipe azul, el Caballero Perfecto, ¡existía! Pero estaba convertido en un ser tan espantoso, que eso no resultaba ningún consuelo. Además, en el fondo se alegraba de que le hubieran dado una lección por presumido: ¿cómo que síolo se casaría con una mujer perfecta?

    A los pocos minutos, Exigentina se avergonzó un poquito, porque ella era exactamente igual a Perfecto. Sin duda, terminaría en manos de un brujo, o casada con un monstruo. Entristecida, cerró de nuevo el tronco y volvió a casa de la Bruja, preguntándose si habría algo en sus manos para ayudar al ex-joven.

  • La historia del monstruo del árbol

    «Yo era un príncipe rico, hermoso y feliz. Tanto así, que me llamaban ‘El Caballero Perfecto’. Mis padres me adoraban; mi pueblo se sentía orgulloso de mí. Corría el rumor de que mirarme hacía que los enfermos sanaran, pero eso no lo sé de cierto. Lo que sí sé es que era muy feliz.

    Crecí y mis padres decidieron que era tiempo de que me casara y asegurara una buena sucesión al trono. A mí me pareció buena idea, pero la soberbia anidó en mi corazón, y llegué a pensar que sólo podría casarme con una dama que fuera tan perfecta como yo.

    Conocí muchas mujeres, y todas tenían para mí un defecto: o eran bajas de estatura, o demasiado altas, o gordas, o tontas, o flacas y frívolas, o santurronas o…

    Mientras, mi padre el rey perdía la paciencia. Para evitar pleitos, ensillé mi caballo y salí en busca de la dama que sería mi esposa. Luego de mucho caminar, llegamos a un inmenso campo de margaritas y girasoles. En medio del campo había una casa. Toqué la puerta, buscando asilo, y me abrió la mujer más hermosa que hubiera visto nunca.

    (sigue luego)

  • Una pausa dramática

    La historia del monstruo tendrá que esperar a esta tarde: son las 10 de la mañana y tengo que entregar un guión para Diálogos a las 12… y estoy tan cansada como si hubiera trabajado toda la noche… o bailado… como las 12 princesas danzarinas (¿se saben ese cuento?)

  • CREDITOS

    El nuevo diseño del blog es cortesía de Alberto Chimal.

    La historia de Exigentina y el monstruo del árbol es cortesía de mi mente enferma.

    Los últimos mensajes en el tagboard son cortesía de Boo y Marbe.

    El uso de computadora es cortesía de Canal Once

    Chan charrán chan-chan

  • III. Donde Exigentina encuentra al monstruo viscoso

    Resumen de esta entrega:

    Exigentina encuentra al monstruo y su primera intención es huir, pero la curiosidad puede más que ella. El monstruo, que habla, le pide algo de comer y ella accede, súbitamente apiadada ante tanta fealdad. Cada día visita al monstruo y éste le platica historias maravillosas de una tierra lejana, donde reina el Caballero Perfecto. Exigentina decide que si con alguien se va a casar, será con ese personajo. El monstruo del árbol le pide que lo ayude a escapar y que a cambio, él la guiará al país del Caballero. Ella acepta, pero piensa que debe preparar muy bien la huída, porque la Bruja se enojará si descubre que ella había encontrado la llave y develado su secreto.

    Esa misma tarde, la Bruja recibe dos visitas: la primera es un viejo mago a quien la bruja robó su equipo de pociones. El mago exige que le devuelvan lo que es suyo y la Bruja se burla de él, porque ahora todo lo que puede hacer es convertir a la gente en ranitas pequeñas y verrugosas. Lo echa.

    El Mago apela al sentido de justicia de Exigentina, pero ella está demasiado ocupada planeando su escape y no considera oportuno ayudar a nadie más. El Mago se va, muy triste.

    La segunda visita es la hija de la Bruja, una mujer joven y guapa -muy guapa!- que trata a su madre tan mal como la Bruja trata a los demás. Escondida, Exigentina escucha que la hija de la Bruja exige al monstruo del árbol para poder ser la Reina del País del Caballero Perfecto. La bruja confiesa que el monstruo está perdido y la hija, en un ataque de ira, le dice que tiene una noche para encontrarlo, o ambas perderán todo lo que han ganado hasta el momento.

    Exigentina corre al árbol y pide al Monstruo que le explique por qué es tan importante, y cómo una hija de bruja se puede convertir en reina.

    El sapo abre la boca para contar su historia.

    Aparece la palabra CONTINUARÁ y corren los créditos.