Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • Desfile de medio tiempo. O bien: en Domingo no se trabaja

    Acabo de levantarme de la cama en medio de un susto: sonó el despierta-gente a las 7 y lo apagué con mi mantra: ‘es domingo, no se trabaja’, pero ya no pude dormir. Había un zancudete dando vueltas a mi alrededor y haciendo un ruidito como ‘bzzz’. De todos modos, decidí que NO me iba a parar. Me tapé la cabeza con la cobija y escuché al mosquito bzzzz y a mi gato prrr sobre mi cama.

    Y que se abre un poco mi puerta (y me dije, es mi hermano que ya quiere desayunar)…

    y que se inclina ese alguien sobre mí…

    y se acercó tanto a mi oído que pude oír su respiración (pero cerré los ojos para hacerme la dormida y no pararme tan tan tempras).

    Ahí pasó lo raro: Cuca dejó de hacer prr y el beso que imaginé que iba a darme el ‘buenos días’ (el ‘buenos días de Judas’: un beso de levantarse a trabajar) nunca llegó. En su lugar, un soplo de aire helado en mi nuca y una sensación de escalofríos. Me destapé la cabeza para explicarle a mi hermanoso que esos modos de levantar a la gente no son modos…

    pero –por supuesto– mi hermano no estaba ahí. Sólo mi gato, mirando fijamente un rincón de la recámara, con los pelos erizados y un gorjeo saliendo de su panza o su garganta o a saber de dónde… Me aseguré: mi hermano dormía en su camita. Y mi papá y su señora no están.

    En lo que averiguo si soñé o si pasó algo, mejor vine a la compu y prendí la luz y dejé cuidadosamente cerrada la puerta de mi cuarto. Y ni para decir ‘quiero a mi mamá’, porque si viene ahorita a consolarme me muero de un síncope…

  • Capítulo muchosmil:Donde Exigentina conoce a Laura Zapata

    ¿En qué nos quedamos? Exigentina quería ayudar al monstruo, más porque se veía reflejada en él que porque realmente quisiera ayudarle. O por las dos cosas, no sé: la mente humana es compleja. Lo importante es que ese día, fue a casa de la Bruja preguntándose qué diantres podría hacer ella para ayudar a un príncipe…

    Cuando llegó a la puerta de la casa, escuchó voces. ¡No, no era que se estuviera volviendo esquizofrénica! Las voces eran dentro de la casa, y seguramente eran la Bruja y su hija. La voz de la hija era a la vez hermosa y terrible, como las aguas claras que esconden un pozo sin fondo. Hablaba con una dulzura extraña, amenazante. Y la ira contenida la hacía temblar.

    –Madre, ¡necesito a ese monstruo ya! ¿Cómo es posible que lo hayan perdido?

    La Bruja sólo balbucía cosas sin sentido (¿se han dado cuenta que ‘balbucir’ tiene el mismo origen que ‘Balboa’? ¿será por eso que Rocky no sabe hablar bien?), tratando de disculparse.

    La voz hermosa continuó:

    –El rey empieza a dudar porque el príncipe no ha mandado una sola carta. Me dijo que si soy realmente su esposa, debo encontrar el anillo real, que el príncipe escondió en algún lugar del palacio cuando era niño. ¡Necesito que ese maldito monstruo me dé la información!

    Siguieron discutiendo. A la Hija de la Bruja no le importaba que el príncipe transformado pudiera estar hambriento o enfermo después de tanto tiempo preso: sólo le interesaba su reino. Exigentina, mientras tanto, escuchaba.

    –Madre, encuéntralo. Tendrá tanta hambre y odiará tanto la soledad y la vida de monstruo que tal vez ahora sí acceda casarse conmigo. Si no, podremos hacerle una vasectomía (por supuesto: la hija de la bruja pensaba en una lobotomía, pero además de mala y perversa era inculta).

    –Y si acepta casarse contigo, ¿cómo lo volverás príncipe? ¿O llegarás a su reino con un Monstruo Perfecto? ¡Te quemarán en la hoguera!

    La hija se quedó callada. Cuando volvió a hablar, su voz había cambiado. Era falsamente humilde y melosa.

    –No sé, mami. ¿Qué podríamos hacer para transformarlo?

    La Bruja habló, dándose importancia.

    –Hay una planta… es una planta que tiene el tallo y las hojas de plata. Sólamente crece cuando la riegan lágrimas de sufrimiento, pero de sufrimiento por otros. Al final, da un fruto que es negro, parece estar ya marchito. Nadie creería que sirve para nada. Quien lo ve, piensa que la planta se malogró. Pues bien: cualquier hechizo de transmutación se revierte sólo cuando se come ese fruto entero.

    –¿Y tú tienes esa planta?

    –Tengo una semilla… pero la perdí. Debe estar cerca de casa, y la encontraré pronto…

    La Hija volvió a ponerse furiosa y se fue, dando un portazo. Exigentina esperó un rato más y cuando entró le dio un masaje en los pies a la Bruja, a ver si con eso se le quitaba el malhumor. Luego se fue a su recámara y sacó el frijol que había encontrado: conque era mágico…

  • Día de fiesta nacional

    Atento aviso:

    Hoy no hay mensaje alguno aquí porque estamos de fiesta: es cumpleaños de la siempre querida profesora Mergruen.

    ¡Feliz cumple!

  • El cuento, los cuentos, los avisos

    Lo que pasó con Exigentina y el monstruo es que tomaron un receso para darme chance de trabajar un rato.

    Estoy leyendo cuentos de Andersen. Wow.

    Faustanás escribió pa felicitarme y me puso contenta: es un gran gran amibo, lástima que se parezca a los cometas….

    Por otra parte, estoy ideando algo, que a Alberto le pareció buena idea. Así que lo verán pronto muy pronto en Fatal Espejo. ¿Una pista? La palabra clave es

    trueque.

  • Inicio de semana

    La agenda es como sigue:

    1. Trabajar (qué remedio)

    2. Ir a mi exescuela para ver qué onda con el servicio social y mis constancias de idiomas

    3. Ver a Carmen del Mar, querida amiga de la prepa

    4. Felicitar a Mergruen por su cumple (prox. miércoles)

    5. Jugar scrabble

    6. Terminar, ahora sí, la historia de Exigentina

    De momento no se me ocurre más. Y mientras comienza realmente la semana, recomendación nueva: el blog de Libia quedó remodelado y bien bonitillo (obra de arte, si me permiten decirlo, coproducida entre ella y Erika). Deséenme suerte en este lunes inicio de tráfico pesado.