Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • Cuarta parte de la farsa navideña

    Raquel e Irving siguen incapaces de trabajar: lo más que logran es que el abuelo de José (aka padre de Jesús) les cante una canción de temporada. Como el tiempo apremia, piden ayuda y se cuestionan sobre la viabilidad de conseguir al Chapulín Colorado. No resulta.

    RAQUEL:

    Ahora sí: piensa.

    Entra el Abuelo cantando.

    RAQUEL:

    ¡Irving! ¡Que te pongas a pensar! Deja de fantasear.

    Irving intenta convencer al Abuelo para que se salga, pero finalmente, el Abuelo lo convence a él. El Abuelo se sienta junto a Raquel, que no se percata de nada.

    RAQUEL:

    Ideas, necesitamos ideas…

    ABUELO:

    Ah, pues deje le cuento, a final de cuentas casamos a José con María…

    RAQUEL (lo ve y grita):

    Aaaaaaaah! ¡Un abuelo, un abuelo!

    ABUELO (orgulloso):

    Bisabuelo, jovencita.

    RAQUEL (furiosa):

    ¡Irving!

    El abuelo no para de hablar mientras tanto.

    ABUELO:

    ¡Ah, qué boda aquélla! José estaba más nervioso que la gelatina…

    RAQUEL (a Irving, entre dientes):

    Irving, ¡sá-ca-lo!

    IRVING:

    No, no, no. Espera, es el discurso más apropiado para esta ocasión que se nos ha ocurrido.

    ABUELO:

    El baile fue un desastre: al rabino le pisaron las barbas y se cayó. Se fracturó tres costillas y hubo que llamar al paramédico (entra Lucio con traje de paramédico-1-, saluda y se va). Y José que no dejaba de hablar de un tal Miguel Angel…

    IRVING (interrumpe):

    Arcángel Gabriel. Miguel Angel(2) se llama mi papá.

    ABUELO:

    ¿Es su papá? Entonces usted debió haber ido a la boda. ¿No le presenté a mi nieta Shulamit? ¡Ya está en edad de casarse! Y usted, así barbón, no parece mal prospecto.

    RAQUEL (explota):

    ¡¡¡Irving, ya sácalo!!!

    Irving saca al Abuelo, que no para de hablar de la boda. Mientras, Raquel se seca el sudor, respirando hondo y tratando de recuperar la calma. Entra el Angel.

    RAQUEL:

    Ay… me estoy volviendo loca.

    ANGEL:

    ¡Salve, muy favorecida!

    RAQUEL (sin mirar al Ángel):

    Irving, YA deja de estar fantaseando…

    Irving entra.

    IRVING:

    ¿Qué?

    ANGEL:

    No te preocupes, D’s está contigo.

    RAQUEL (cae en cuenta y es presa de un ataque histérico):

    ¡No, no! Yo no quiero tener un hijito, lo que yo quería era un perrito…

    IRVING (mira al Angel con curiosidad):

    Y a éste, ¿de dónde lo sacaste?

    RAQUEL:

    ¡Yo no fui! ¡Fuiste tú!

    IRVING:

    Pues no… yo no he sido…

    RAQUEL:

    ¡Ah! ¡Dile que yo no quiero!

    ANGEL (fastidiado):

    Raquel, yo no vengo a…

    RAQUEL (saca su cartera):

    ¡Tenga mi cartera, pero váyase, por favor, váyase! Soy muy joven para ser mamá… ¡y más de un niño! (súbitamente tranquila y para sí) Ahora que podría ser mamá de un hombre adulto, para que me mantenga… (de nuevo histérica) ¡Pero no de un hijo de D’s!

    ANGEL (enojado):

    ¡Bueno, ya! ¡No soy cigüeña, ni vas a ser mamá, ni soy fantasía de Irving, ni tuya, ni de nadie! ¡Soy un Ángel y los vine a ayudar a escribir una obra de teatro!

    Irving y Raquel lo miran, boquiabiertos. Se miran uno al otro y gritan:

    IRVING Y RAQUEL:

    ¡Aaaaaaaaah! ¡Nos estamos volviendo locos!

    Notas al pie:

    1. Lucio, gran amigo de Raquel e Irving, realmente dedicaba sus tiempos libres a ser paramédico.

    2. El papá de Irving se llama Miguel Angel Gatell. Lo cual suena MUY similar a Arcángel Gabriel. ¿No es sospechoso?


    continuará

  • Farsa navideña, parte tres

    En la entrega anterior, José se entera de que su novia, María, va a tener un bebé. La familia de José está furiosa (menos su abuelo, quien está feliz de que va a ser bisabuelo) y planean obligarlo a matrimoniarse (a José, que no al abuelo). Y todos los personajes hablan al mismo tiempo, unos, discutiendo una posible infidelidad del padre de José (y Raquel e Irving, discutiendo lo herético que resultaría poner eso en una obra de teatro para una iglesia).

    RAQUEL:

    ¡Ya basta!

    Salen todos, excepto Raquel e Irving.

    IRVING:

    ¡Chale! Nuestras fantasías están bien gruesas…

    RAQUEL:

    Bien gruesas… bien gruesas… con una cosa de ésas nos corren de la Iglesia… piensa en otra cosa.

    IRVING:

    Déjame pensar…

    Irving se sienta al piano. Entra el abuelo y canta la canción del abuelo(1).

    IRVING:

    Bueno, y a éste, ¿quién lo puso a cantar? ¿tú escribiste esa canción?

    RAQUEL:

    ¿Yo? ¡Yo no escribo canciones! ¡Tú eres el que escribe canciones!

    IRVING:

    Sí, pero yo no hice esa canción.

    ABUELO:

    No, joven, la hice yo. Soy compositor y cantor en la sinagoga de Nazaret.

    RAQUEL:

    Pero necesitamos una canción de Navidad, no de Januká.

    ABUELO:

    No sea burra, jovencita. Los judíos celebramos Januká, no la Navidad.

    IRVING:

    Pero esta es una obra de Navidad.

    ABUELO:

    Ay, ustedes me caen bien, les voy a hacer un favor. Vuelva a tocar.

    El abuelo canta la canción del abuelo II(2).

    IRVING:

    ¡Buen intento, viejo! Pero…

    RAQUEL:

    Irving, no es psicológicamente sano que discutas con tus fantasías.

    Sale el abuelo, despidiéndose del público.

    IRVING Y RAQUEL (con cara de agotamiento):

    Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

    RAQUEL:

    No empieces, ahorita se va a aparecer el chapulín colorado.

    IRVING:

    Eso sí será decadente; pero no te preocupes, no tenemos vestuario, no lo vamos a llamar.

    RAQUEL:

    ¿Por qué no? Es bien fácil. Necesitamos un muchacho (entra un muchacho). Le ponemos un suéter rojo (se lo pone). Antenitas de vinil (idem)…

    IRVING:

    ¡Y botas de bomberos! (el muchacho se pone una)

    RAQUEL:

    ¡No! Tenis amarillos. (el muchacho se pone uno en el otro pie). Helo ahí: ¡el chapulín colorado!

    Irving y Raquel lo observan, sumamente extrañados.

    IRVING:

    Raquel, eso más bien parece un marciano.

    RAQUEL (tras pensarlo un poco):

    Yep…

    Se va el Chapulín.

    Notas al pie:

    1. Las canciones realmente fueron escritas y musicalizadas (no por nada Irving es Irving). Supongo que él debe tener aún la letra y música de ellas. En este caso, se trataba de una canción sobre el festejo judío de Januká, y no tenía absolutamente nada que ver con la Navidad (que, como bien acota el Abuelo, no es celebrada por el pueblo judío).

    2. La segunda versión de la rola es idéntica en todo a la primera; la única diferencia es que la palabra ‘Januká’ se sustituye con ‘Navidá’. Pero sigue hablando del milagro del aceite, la liberación de Jerusalén, del Templo re-santificado. Es por eso que no aceptamos la contribución del anciano cantor de la sinagoga de Nazaret.

    continuará…

  • Farsa navideña, parte dos

    Resumen del capítulo anterior: Raquel e Irving se metieron en un verdadero brete: les encargaron escribir una obra musical para Navidad, que será presentada por el grupo de adolescentes de la Iglesia a la que, por cierto, ya ninguno de los dos asiste. Raquel ha optado por ser ‘libre de criterio’ e Irving ha vuelto a la sinagoga. Además, es junio, y el ambiente no es precisamente navideño. Así que se sientan, reluctantes, a escribir su obra navideña, que consiste en Irving y Raquel escribiendo su obra navideña. Ya en esto, lo primero que se les ocurrió fue hacer una actualización de Villancico de Navidad, de Charles Dickens. Scrooge aparece en escena, Irving le escribe una canción acerca del desperdicio que, según el personaje, es la navidad, y el viejo avaro la canta.

    RAQUEL:

    Y ahora necesitamos un fantasma (Entra uno con sábana blanca). ¡Irving! ¿qué estás imaginando? ¡No es ese tipo de fantasma! (piensa) Nop. Mejor Scrooge, no.

    Scrooge y el fantasma salen, desilusionados.

    IRVING:

    ¿Entonces?

    RAQUEL:

    No sé. Te toca.

    IRVING:

    Ah, ya sé. Imagínate a José entrando a su casa con sus cuadernos en la mano.

    Entra Pepe(1) cantando ópera.

    IRVING:

    ¡No! ¡Ese José, no! José el carpintero, el papá de Jesús, o bueno, en el momento en que su familia creía que él iba a ser el papá de Jesús.

    Sale Pepe, sin dejar de cantar. Entra la familia de José: papá y mamá, con cara de consejo de guerra, hermanita y abuelo, evidentemente loco. Luego, desde el otro lado del escenario, entra José.

    JOSÉ:

    ¡Santas caras, Batman! ¿Por qué esas lúgubres expresiones?

    MAMÁ:

    ¿Por qué? ¿te atreves a preguntar por qué? ¡Los papás de María nos lo han dicho todo!

    JOSÉ (no tiene idea de lo que le hablan):

    Les han dicho ¿qué?

    ABUELO:

    ¡Bisabuelo! ¡Voy a ser bisabuelo! ¡Yes! ¡Yes!

    HERMANITA:

    ¡Mami, mami! ¿Dónde consiguió María la dirección de la cigüeña para encargar al bebé? ¡Yo también quiero uno, pero güerito y con bucles!

    JOSÉ:

    ¿De qué me hablan?

    PAPÁ (con acento ranchero):

    Ay, amigo, se me hace que te dieron toloache. Así me hizo tu mamá.

    IRVING:

    No, no, no. Corregimos:

    PAPÁ:

    Ay, amigo, se me hace que te dieron toloache. Así me hizo tu tía y por eso tu primo se parece tanto a ti.

    MAMÁ Y RAQUEL (ESCANDALIZADAS):

    ¿Qué?

    La mamá discute con el papá y Raquel con Irving. José toma el teléfono y llama a María.

    JOSÉ:

    Bueno, ¿María? Es que… ¿qué? ¿bebé? ¿quién? ¿El espíritu sant…? (a los otros) ¿se quieren callar? (nadie le hace caso) ¿qué? ¿Juan Gabriel te hizo… qué? Ah. Angel Gabriel… ya decía yo que Juan Gabriel es incap… pero, ¿quién es ese ‘Angel Gabriel’? ¿qué? Ahora caigo…

    José se desmaya.

    Notas al pie:

    1. Pepe (Suárez) era miembro del grupo que iba a presentar la obra de teatro (de no haber sido censurada). Su rasgo característico es que canta muy bien, y prefiere, precisamente, la ópera.

    continuará…

  • Explicación del texto azaroso

    Muy adecuado a las fechas, creo. Es un fragmentito (el completo es de 11 páginas, sin incluir las partituras) de una obra navideña que escribimos entre Irving Gatell y yo hace unos años. La íbamos a montar en una iglesia, pero al final, no nos lo permitieron ‘por herejes’.

    Mañana pongo otro fragmento… digo, si quieren.

  • Farsa Navideña

    Irving y Raquel están sentados. Ella, ante una mesa. Él, ante un piano cerrado, que usa como escritorio. Cada uno tiene un cuaderno y un lápiz o pluma. Los dos, muy concentrados, aparentemente están pensando.

    RAQUEL:

    Mmm…

    IRVING:

    Mmm…

    RAQUEL (botando el lápiz):

    ¡Por más que pienso, no pienso nada!

    IRVING:

    Entonces no estás pensando. Y yo tampoco.

    RAQUEL:

    Es que no se me ocurre nada para la obra de Navidad. ¿Por qué me metí en esto?

    IRVING:

    Probablemente porque… no, mejor no te digo. ¡Pien-sa!

    RAQUEL (inspirada de repente):

    ¿Y si hacemos la obra sobre un viejito cascarrabias que no cree en la Navidad, y que la gente trata de convencerlo, pero él no se deja hasta que finalmente un milagro lo transforma?

    IRVING (sarcástico):

    Muy buena idea. Si quieres, el viejito se puede llamar Scrooge.

    RAQUEL:

    ¡Ay, no! ¡Con razón parecía tan buena idea! Ya estaba escrito eso… Pero… ¡espérate! ¡Lo podemos hacer moderno! ¡Sí! ¡Imagínate! En el escenario, aparece Scrooge.

    Entra Scrooge. Se queda parado, mirando hacia ningún lado. Raquel lo observa, complacida, mientras Irving lo mira, intrigado.

    IRVING:

    Bueno, ¿y qué va a hacer Scrooge?

    RAQUEL:

    Aaaaah… no sé, te toca pensar. No, sí sé. No, no sé.

    IRVING:

    ¡Que cante una canción! Yo lo acompaño al piano. (se pone a escribir)

    Raquel observa por encima del hombro de Irving.

    RAQUEL:

    ¿Qué escribes? (lee) Sublime.. ¿sublime éxtasis de amor? Ah, no… ¿Sublime pérdida de tiempo? ¡Ah! ¿Es la canción de Scrooge?

    IRVING:

    ¡No! ¡Es la canción del Pato Lucas!

    RAQUEL:

    Pero si el Pato Lucas no sale…

    IRVING:

    Pues claro que es la canción de Scrooge. (Abre el piano y dice a Scrooge): Canta.

    Scrooge canta la canción de Scrooge.