Equis pasa 12 horas diarias sentad@ en una oficina. Se aburre. Odia lo que hace. Por la ventana mira siempre a la vecina de enfrente. ¡Es tan bonita! Claro, no la ve todo el tiempo: la vecina de enfrente llega cuando quiere y cuando quiere se va. Hace locuras o estupideces (Equis no sabría decidirlo, depende de su propio estado de ánimo), ríe, llora, se emputa o se divierte pero sin aceptar que su pequeño, absurdo, nimio espía es parte de su vida.
Equis la odia. Precisamente porque no le acepta como parte de su vida, porque no le hace un guiño. Porque ni siquiera voltea a verlo.
Ella, mientras tanto, se enamora, va al cine, se indigna por las injusticias sociales, hace maldades sin nombre que sólo un par de personas saben(Equis no, porque puede espiarla, pero no entrar en sus pensamientos).
Y Equis, mientras tanto, la odia.
Junta todo su odio, lo acumula en un frasquito, lágrima a lágrima, y entonces se decide: una mañana, antes de que la vecina de enfrente llegue, Equis derrama todo ese odio, que ahora es veneno, en un vaso. Y se lo deja enfrente a la vecina de enfrente.
Ella llega. Bebe. No sé si lo apura de un trago y se siente muy mal, o si lo toma a pequeños sorbos y se siente un poco mal muchas veces.
Pero al final, se limpia los labios y se pierde en sus pensamientos, en la necesidad de cambiar de universo o por lo menos de país, en lo feliz que es cuando hay días de sol.
Cuando se toma el segundo, el tercer vaso de veneno, ya apenas le sabe un poco amargo. Cambia de actividades. Vuelve a las de antes. Sigue con sus locuras y estupideces. Hace otras cuantas maldades. Una que otra buena acción.
Y mientras, Equis, pobre y triste Equis, sigue hora tras hora frente a la ventana, esperando a que ella se descuide para aventarle un poco de veneno, que sencillamente no llega a su destino.
Creo que al final quien muere de envenenamiento es Equis, pero la verdad es que no me interesa.
Categoría: Varia invención
Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.
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Historias tristes
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Tiempos de canción
Días de estrés, de andar a las carreras, de hacer cuentas que no cuadran y de hacer llamadas kilométricas largamente aplazadas; de ultimar detalles en Canal Once y recibir más felicitaciones de las imaginadas, de dar clase a un grupo maravilloso… bueno, después de todo esto, ayer nos dimos una escapada a El Breve Espacio. Objetivo: ver a Alex Rizo para darle su invitación para la boda.
Paréntesis. Alejandro Rizo estudió en la ENEP Aragón, pero no fue ahí donde nos hicimos amigos. La amistad llegó cuando tomamos juntos el ya mítico curso de Guionismo para televisión educativa. Creo que del semi-grupito de personajes más o menos cercanos que formamos en aquel entonces, sólo Alex y yo agarramos chamba de guionistas luego luego. Yo me seguí por esa ruta, él le dio la espalda para contar historias de otro modo. Hoy canta aquí y allá, y yo le auguro éxito (gran voz, grandes rolas).
Cierro paréntesis.Pues fuimos. Justo llegamos y comenzó Alex con sus cuates Silverio y Francisco. No fue su mejor presentación, pero estuvo linda. Tocaron ‘Tiempos de canción’, que es una de las rolas de Rizo que más me gustan. Algo de Chava Flores, algo de Virulo, etecé. Luego, se quedó Alex solito en el escenario y (soy cursi, lo sé) nos dedicó una rola a Alberto y a mí. Momento séntido. Lagrimita.
Bajó del escenario, platicamos los cuatro (él y Moni, su esposa; Alberto y yo). Nos felicitaron y desearon buena fortuna, se ofrecieron a ayudarnos en la mudanza que se avecina (se agradece, se agradece) y quedamos de vernos el sabadito.Fue un relax que nos hacía falta a Alberto y a mí. Y fue un recordatorio (¡uno más!) de que los buenos amigos permanecen, pase lo que pase.
Y a todos esos buenos amigos, amigos entrañables, les mando desde aquí abrazos y toda mi gratitud por el apoyo, la complicidad y la buena vibra.Una cosa más: nos iremos de viaje post-boda. Creo que regresamos por ahí del jueves. Obviamente, no escribiré en esos días (y me encargaré de que Alberto tampoco lo haga).
Pórtense bien mientras :) -
Uno, dos, tres: ¡estás muerto!
Una vez se me atravesó un libro sobre una Barbi de la edad de piedra (muy guapa, muy mona, muy cromagnon de ojo claro). De las cosas que me gustaron, hubo una en especial…
Se trata de un ritual de ‘excomunión’ o alg así: cuando un miembro de la comunidad se vuelve non-grato, el jefe de la tribu la señala y dice ‘Estás muerta’ (tal vez no pasa exactamente así en el libro, ahora que lo pienso).
El caso es que a partir de ese momento, los demás CREEN que la persona está muerta, y cuando la ven, piensan que es un fantasma (al que hay que ignorar para que se desprenda de la Tierra y vaya al Valle de los Grandes Bisontes Celestiales, o algún sitio por el estilo).
Es como una ley del hielo extrema, donde se asume con naturalidad que el muerto puede seguir hablando/llorando/contaminando, y que basta con no pelarlo y limpiar los destrozos que ocasione (un poco raro, pelar y no pelar a la vez).En el vudú y algunas religiones africanas hay costumbres similares, pero en más intenso: el sacerdote señala con un hueso a la víctima y asevera: ¡ESTÁS MUERTO! (o le lanza algún hechizo). La impresión y la fe son tan grandes que la víctima cae muerta en el mismo instante.
Hablando de vudú, me acordé de los zombis que venían en el Inverosímil, libro que sembró de miedos mi lejana infancia.
Pero no sé por qué vengo a hablar de todo esto. (O quizá sí).Uno…. dos…. tres….
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Con amor para un sin-rostro
Estaba por irme a dormir cuando recibí este mensaje:
«…y me he dado cuenta de que los han estado chingue y jode en tu blog y en el de Alberto. La redacción (pésima) hace pensar que es una sola persona, que anda cabreadísima con que se casan. Su ip varía, lo que quiere decir que no tiene una conexión con cable (quizá es una conexión casera, de telmex, o tiene que andar de café internet en café internet). Si quieres, podemos fácilmente descubrir desde qué computadora se están escribiendo las cosas ésas, y te apuesto desder ahorita que se trata de alguien que te conoce más a ti que a Alberto, que fue tu pareja en algún momento, o quiso serlo; o una supuesta amiga fingiendo escribir como hombre. De ser esto último, su ardor habla de que ella no se ha casado, claro. Y que no tiene para cuando. En cualquier caso, es la envidia la que habla y yo no le haría mucho caso: quienes los conocemos a ti y a tu chavo, sabemos que es un intento bastante patético por hacerlos sentir mal…»Me quedé pensando en el posible perfil de nuestro visitante. Una persona cobarde, pues se esconde en el no-rostro; con muy poquito vocabulario, bastante corriente; con inclinaciones homosexuales; con una vida muy triste… Ok, se reduce a cuatro o cinco opciones, si consideramos que es alguien que me conoce in the flesh. Creo que ya sé quién es, pero me da como penita ajena. Y aunque no fuera quien creo que es, me da penita ajena. Y me halaga un poco, debo ser sincera, que se tomen esa molestia… (ok, yo me la estoy tomando también, pero no todos los días, ja).
En todo caso, creo que lo más triste es su falta de imaginación. Cada mensaje que pone es casi idéntico al anterior, y termina por aburrir a los lectores. Ya ni siquiera difama, qué caray.
Si yo fuera él/ella, buscaría alternativas molestatorias más originales, más elaborados. Por ejemplo se me ocurre:
«Rax: me cogí a Deíctico y luego lo abandoné en un burdel australiano»
«Alberto y Rax: sé que los dos son adictos a Internet y que su vida social no incluye alcohol ni drogas. ¡Nerds!»
«Alberto: Raquel te engaña con Johnny Depp»
«Público en general: Raquel y Alberto son unos farsantes: es mentira que él escriba, es mentira que ella trabaje en canal once. En realidad, son ayudantes del ayudante de un ayudante de no sé quién, y ni siquiera les pagan un sueldo fijo»
«Cuidado: Raquel tiene VPH»
«Cuidado: Raquel platica con sus gatos»
«Mientras se casan, yo me voy a estar cogiendo a su gato»
«Muerte a los enemigos del dark»
«Raquel ya no se viste de negro y la odiamos por eso»
«Cuidado: Alberto tiene tos y no se le quita»
«Yo vi a Raquel y Alberto en un video de ‘hoteles de tlalpan’. Estaba muy aburrido»
«El dos de octubre me van a chupar la verga ustedes dos y sus gatos y sus amigos y sus hermanos y sus parientes cercanos y lejanos y sus jefes, compañeros de trabajo y subalternos y entre todos me van a dejar mi pobre pirilín más chiquito de lo que por sí es»
«No sé armar un blog pero ni hace falta porque acá llamo la atención bien sabroso»
«Buaaaaaaaaa»
Por otra parte, sugiero a los lectores amigos que sigan el ejemplo de Salinas. Pasemos a otro tema, veamos sus mensajes con benevolencia (debe ser muy duro tener solo dos neuronas, que además están peleadas), que entiendan que algunos tintes para el cabellos y ciertos licores dejan taras mentales graves, que piensen en el karma, que jueguen ajedrez… yo qué sé… que no tomen en cuenta al pobrecito ser, a quien hoy bautizo oficialmente (ya que no nos ha dejado nombre) como la Gallina Cocoguá.
Para terminar: tristemente, descubro que no es para sentirme privilegiada el que cuente con mi fan from hell (total, amor y odio son la misma cosa, nomás que de diferente lado), porque no soy la única que recibe visitas de esta naturaleza. Chequen, por ejemplo, un caso peor de lastimoso y éste sí muy indignante, aquí.
Y bueno, con respecto a la pregunta de varios: ¿ya se acabó este blog? No, todavía no, pero no le escribiré tan seguido (quizá le pague a la Gallina Cocoguá pa que ella que sí tiene tiempo ponga algunas cosas, ja). Y sí, estoy planeando uno nuevo, pero será hasta noviembre, yo creo.
PD. Amen a la Gallinita, visítenla en el blog de Alberto y díganle que la entienden, que la compadecen, que le regalan un diccionario si se porta bien. Háganle sentir por una vez que no es una pobre basurita que vive sus frustraciones a través de la felicidad ajena (pero no le digan que esa felicidad crece y crece, que pocas veces la pensamos y que cuando lo hacemos nos reímos mucho de sus comentarios, porque puede lastimarla todavía más).