TERCERA.
Alberto me lee. Qué curioso. Yo lo leo, él me lee, y en el ínter, platicamos de todo. Hacemos planes para el futuro -o para el presente no inmediato, que está más cerca que el futuro.
Platicamos poco de los blogs, y sólo de casualidad sale a tema que vio mi opinión sobre su intento de dejar los blogs. Yo no tengo que intentar dejar los blogs. Por el contrario, debería tratar de escribir más; pero el problema es mi método (o falta de): lo que hago es acordarme un día de que esto existe y soltar todo lo que se ha ido acumulando…
todo no. Todo lo que alcanzo a escribir antes de cansarme/aburrirme/distraerme
Y vuelve a pasar el tiempo. Y voy a saltos.
Como las ranas.
Imaginemos que las ranas anduvieran a patines y no a saltos.
¿Serían igual de caras sus ancas? Yo creo que no. Probablemente la gente comería piernas de cartero o de futbolista. O de pollo.
Basta?
Deja un comentario