Categoría: familia

  • Canción de América

    Canción de América

    La poesía de Margarita Paz Paredes llegó a mi vida porque mi mamá era su fan. Mamá me contaba que Paz Paredes le había dado clase en la Normal Superior y eso me alucinaba. Para bien, obvio. Mi mamá me leía poemas de Margarita Paz Paredes y me encantaba que tenían menciones a la lucha social, la justicia, sin que por eso dejaran de estar llenos de sentimiento.

    Luego de la muerte de mi mamá (muy cerca de su muerte, un año después, cuando mucho), participé en un concurso de declamación con un poema de Paz Paredes, «Canción de América». Me encantaría decirles que lo hice maravillosamente y que todo mundo me pidió información sobre la poeta… pero lo cierto fue que, mientras lo iba recitando, se me hizo de sal la garganta, se me olvidaron las palabras, se me llenaron los ojos de un ardor líquido y… salí corriendo del sitio del concurso. Adolescencia, luto, qué sé yo.

    Y después, cuando me casé, el libro de Paz Paredes (Litoral del tiempo, en la edición de Lecturas Mexicanas de la SEP) se quedó en casa de mi papá porque pensé que sería facilísimo de encontrar la obra de Paz Paredes en internet. Extrañamente no ha sido así. Por suerte, la editorial guanajuatense Ediciones La Rana tiene una edición muy guapa, que recién llegó a mis manos antier. Estoy muy emocionada. Y por eso, y porque tenía muy abandonado este blog, les comparto ese poema que no pude acabar de declamar cuando era morrilla:

    Canción de América

    Te amo, América,

    por el cauce infinito de tus lágrimas,

    por lo que tienes de solar y altiva,

    por tu sabor intenso de aceituna,

    por tu aroma de selva conmovida,

    porque juegas tu vida con la muerte

    y mueres de soñar viviendo herida.


    Te amo, América,

    porque vengo de un barro alucinado

    -sangre lustral y médula de estrella-

    donde una raza muerta y renacida

    forjó en la noche su auroral bandera.


    Te amo, América,

    por tu dolida infancia sin luceros,

    por tu rebelde juventud invicta,

    por tu callado grito subterráneo

    que sediento de jugos primordiales,

    hizo estallar las venas de la tierra.


    Yo siento

    que el tallo espiritual que me sostiene

    se hincha de amor para nombrarte, América,

    y adquieren los recintos de mi alma

    dimensiones de bóveda infinita,

    y una acústica grave

    para tu voz precisa.


    Te das a todos, multiplicada y única,

    Patria, gigante niña de almidón y alpiste,

    que cabes en la palma de mi mano

    como dormido pájaro en su nido.


    Amo tu arquitectura vegetal, tu corazón raíz,

    tu epidermis durazo,

    tu pie trigal que danza por el valle,

    y tus ardidos brazos campesinos

    sembradores de amor y de esperanza.


    Te amo como eres, tierra mártir:

    contradictoria, amarga y desolada,

    fértil y pródiga y sedienta,

    con el costado herido de miseria

    y el pecho tropical, pulpa y guanábana.


    Yo vivo para hablarte quedamente,

    casi en sordina por los barrios pobres,

    para contarles cuentos a los niños

    modelados de sombras y de angustia.


    Mi voz es tan pequeña que se pierde,

    se diluye en el barro estremecido;

    mi voz ya no es mi voz, se vuelve ajena

    y me llega después más íntima y profunda

    en el sollozo inmenso de la madre

    que lleva un hijo muerto entre los brazos.


    ENVÍO:

    Venid, poetas,

    traed a flor de tierra vuestro canto.

    El mensaje de amor es como un niño

    que siembra amaneceres en el campo.


    ¡Es aquí nuestro sitio!

    Soltad la voz desnuda

    y dejadla llorar a la intemperie.

    mañana ha de surgir, íntegra y pura,

    con el húmedo tallo florecifo.


    Venid, poetas,

    caminad conmigo

    por esas noches lentas y terribles

    en que seres proscritos de la aurora

    agonizan sin pan y sin palabras.


    Venid, poetas,

    purificad la estrofa y la conciencia.

    Volved los pasos a la infancia.

    Traed la voz más clara.

    Caminemos descalzos por América,

    y sea nuestro canto tan sencillo,

    tan íntimo, tan hondo, tan sincero,

    que lo entiendan los héroes y los niños

    y estremezca de amor toda la tierra.

    Por cierto: ayer, 30 de marzo de 2022, fue el centenario del natalicio de Margarita Paz Paredes. Me estoy enterando justo ahora. Que precisamente hoy retome el blog para escribir sobre ella, que justo antier me haya llegado el libro, es una muy bonita coincidencia.

    Por cierto 2: Además de todo, me encanta pensar que este poema de Margarita Paz Paredes dialoga con esta canción de Residente:

  • Pregunta 03 del #RaxxieChallenge

    Pregunta 03 del #RaxxieChallenge

    ¿Qué música te llega al corazón?

    En días pasados estuve viendo la serie de Netflix Supongamos que Nueva York es una ciudad, en la que Martin Scorsese escucha con deleite a Fran Lebowitz, quien habla de un montón de temas, incluida la música. Y ella comenta ahí, entre otras cosas, lo sorprendente que es que una canción pueda hacernos felices aunque no nos guste (nomás porque era lo que se escuchaba en cierta época, por ejemplo). También se refiere al misterio que envuelve la composición musical, una forma de creación que ella no comprende (y me súper identifiqué, porque es algo que a mí también me maravilla). Eso me lleva a pensar en muchas posibilidades para desarrollar este tema: ¿Hay alguna canción que te transporte a otro momento de la vida? ¿Una que sea muy importante para ti y que nadie más conozca? ¿Alguna composición que defina tu personalidad o una etapa de tu desarrollo? ¿Algo que, al tararearlo, podría echarte de cabeza en algo que ocultas o quisieras olvidar (tu edad, tu gusto por cierto género, qué se yo)?

    Mi hermano y yo tenemos una historia con una canción. La conocemos como «El vaquero del sur», y mi mamá solía cantarla para nosotros, sobre todo en viajes en carretera. Se cuenta que alguna vez, siendo yo muy chiquita, lloré por horas diciendo «se fue» y creían que era porque extrañaba a uno de mis primos, pero resultó que era que quería que me cantaran la canción. Ahora que somos adultos y que mi hermano es músico (baterista que está aprendiendo a tocar la guitarra) y que yo soy obsesiva (pero con buenos sentimientos), hemos peinado la red en busca de la canción… y nada. Nadie la conoce, su letra no está en ningún sitio web. Mi papá sí la recuerda (fiu), pero dice que no tiene idea de dónde la aprendió mi mamá. Así que tenemos ese pequeño misterio. Me gustaría pensar que nadie, nunca, podrá resolvernos la duda y que la canción quedará así, como recuerdo misterioso; o que mi hermano la re-lanzará en versión de ska y que será su pase a la fama, jiji. En todo caso, me gusta recordar esos viajes por carretera en los que cantábamos a dos voces:

    Yo soy un vaquero del sur (del sur)
    al que sólo le queda cantar (cantar)
    porque el único amor que yo tenía
    para siempre se me fue.
    Ay, se me fue (ay, se me fue)
    mi único amor (mi único amor)
    y hoy sólo voy (y hoy sólo voy)
    con mi dolor...

    Ah, pero si alguno de ustedes sabe algo sobre esta cancioncita, me dará gusto enterarme. Y ustedes, ¿en qué piensan al escuchar la frase «música que llega al corazón»?

    PD. Los leo en los comentarios. No he podido responder, pero loa leo con gusto y atención. Me encanta que se animen a escribir, acá o en sus blogs/cuadernos/diarios/o-en-donde-prefieran sobre estos asuntos (o los que a ustedes se les ocurra).

  • Banffiversario: 18 de noviembre de 2014

    Banffiversario: 18 de noviembre de 2014

    Uy, día de berrinche. Lo bueno es que luego se me pasó:

    18 nov 2014

    Estoy molesta. Me quedan apenas cuatro días acá y hoy me tienen como mensa, esperando. No es justo. Quedamos de vernos a las 12 con mi papá, Mary y Fa. Llegué puntualísima al punto de reunión… y apenas vienen. Me pasé 15 minutos afuera de Front Desk helandome de a gratis.
    Y luego, vengo a la biblio, donde quedamos con Alberto (supuestamente tan pronto como recogiera a los otros en Front Desk) ¡y no está! Fue al baño.
    uff.

    11.43 pm
    Ok, el día mejoró. Fa se disculpó por la tardanza y eso ayudó. Antes, en la mañana, Alberto y yo tomamos el desayuno en el estudio (sandwich de jampon y queso, yogurt, zanahorias y chocolate caliente) y alguito trabajamos. Luego fuimos al lunch (stir fry de tofu, sopa de zanahoria, colibrócoli, chícharos, zanahorias, cheesecake y flan de custard con plátano).
    Con la fam fuimos a Fenland Loop y a los Vermillion. Mi pappa se bajpo a caminar en el hielo y seguimos su mal ejemplo :)
    Fuimos al thriftstore y luego a comer a Grizzly House: steak (de tira), fondue, sopa de tortellini con pollo, chea, vino. De ahí, a rolar en el auto. Fuimos a donde las góndolas y a Base and Cabin (¡Cave and Basin!) De regreso, topamos un elksote! Luego, en el hotel de ellos, tomamos chelas y comimos papas.
    De ahí fa nos trajo al Centro Banff.
    Estoy tratando se ser más paciente, tolerante y flexible…

    banff dia 43

  • Banffiversario: 15 de noviembre de 2014

    Banffiversario: 15 de noviembre de 2014

    Estoy abriendo esta segunda libreta de anotaciones por primera vez desde febrero de este año: continué usándola, después del viaje, hasta el día que fui a Tixtla y Ayotzinapa. Creo que no escribí estando allá por falta de tiempo; pero que no la continué a la vuelta porque llegué a DF para enterarme que Alberto se había lastimado el pie. Uff. Ahí empezó el caos de 2015.
    Veo, también, que mi llave del cuarto en Banff está entre las páginas de la libreta. Se me hizo un nudito en la garganta, caray. Y veo, también, que no hay anotación del 14 de noviembre. Culpo de eso a la llegada de Alberto a Banff: mis días de loba solitaria dieron pie a los días de compañía, donde los tiempos había que compartirlos. Pero que conste que no es queja.
    En todo caso, la entrada que toca dice:

    15nov2014

    1. Empecé a escribir la segunda parte de este diario en un cuaderno que compré aquí en Banff pero, aunque el papel está padrísimo, el tamaño era medio incómodo. Y Alberto me donó amablemente esta libreta, así que será la que use.

    2. La anotación del 13 de noviembre está aquí, doblada, en una hojita suelta. Es decir, está aquí, en una hojita suelta, doblada.

    3. Ayer, viernes 14, fue el primer día de Alberto por acá. Dijo que quería vivir la rax-experience, así que nos levantamos a las 8, tomamos café y una galleta de usana, fuimos al gym, nos bañamos, fuimos al lunch, a community services por dos cartas que llegaron, al estudio a trabajar un rato. De ahí fuimos a front desk a que reprogramaran mi keycard que se había quedado con el cel :P
    Fuimos a través de los Leighton para bajar por la carretera y ¡oh! ¡oh! nos topamos con ¡13 antes! A la primera, la vio Alberto. Yo, ciega de mí, ni en cuenta. Luego ya la vi. Wow, enorme. Y se fue dando saltitos. Con eso ya me daba por bien servida pero adelante estaba la manada completa, tomando el sol. ¡Qué grandotes! ¡Qué bonitos! ¡Qué bueno que no había ni un macho porque, la verdad, qué miedo!
    Camino a Front Desk vimos un venadito. Así que fue un día de avistamientos.
    Luego bajamos al pueblo, por la carretera. ¡Qué impresión! El río está casi todo congelado. WoW! De veras, súper impresionante. Y el frío, aunque menos intenso que el día previo, también tremendo. Fuimos a la biblioteca del pueblo, a Cascade mall a comprarle un cinturón a Alberto (y unos analgésicos porque trae un dedo lastimado, qué raro). Luego a comer a eddie’s Burguers. ¡Poutine! ¡Al fin! Y me encantó. Oh, sí. (Y una chela local de trigo y miel que se llama Grumpy Bear) (y una hamburguesa, claro).
    De ahí pasamos a la thriftstore para buscarle a A unos pantalones y una chamarra, pero la tienda estaba arrasada, supongo que por el frío de los días previos. Así que nomás un pants y algunas playeras de manga larga.
    Salimos de ahí y ya era de noche. Regresamos al Centro Banff entre el mucho frío.
    Pasamos al cuarto a dejar las compras y luego fuimos a Maclab a cenar un pecan pie y un chocolate caliente (y una ensalada y yo un rye and ginger).
    Nos regresamos al cuarto, vimos en netflix the IT crowd y a dormir :)
    Son las 9 am y ya nos tomamos el licuadito. A ver qué tal el día.

    banff dia 39

    Veo ahora que, por lo visto, cambié la hora de la anotación: en vez de que sea en la noche, es temprano por la mañana para contar lo del día anterior. Qué desmadre… Por lo menos, pondré la foto que corresponde al día narrado y no a la fecha. Por eso acá arriba está la foto del viernes 14.

  • Banffiversario: 22 de octubre de 2014

    Banffiversario: 22 de octubre de 2014

    El 22 de octubre fue mi día no 16 en Banff. El resumen en Facebook dice:

    Día 16 en Banff: desayuno con vista a la montaña, visita a los estudios de artes visuales (y una historia caprichosa que quiso empezar a formarse después de las diez de la noche).

    El diario corresponde:

    22oct2014

    Soñé que vivía en Perú y que Primo y Morris eran semi-ferales y que Ruy, el etólogo, era un chamaquito de 13, 14 años (era Francisco Javier, un compañero de Estrella en Vizcaínas!) pero que yo sentía que el chavito estaba suplantando al verdadero Ruy.
    Me levanté a las 7.30 pero tardé en ponerme en acción: apenas a las 9 estaba desayunando. Comí espinacas al vapor (kale mata a espinaca, definitivamente), un huevo al horno, a medio camino entre tibio y cocido (muy bueno), manzanita al horno, champis, yogurt y un pancito que creí que tenía crema pastelera. Y no, era crema de limón, yumi. Riquísimo.
    Luego fui al gym. Vi un poco las noticias: hubo tres tiroteos en Ottawa! :( Le cambié al Food Channel, lo confieso.
    Regresé al cuarto, hablé con mi papá y Alberto, me bañé y ya estoy en el estudio, pensando en ir a hacer lunch o hacerlo acá. Qué difícil. (Lo haré aquí, para cenar en Vistas, creo).
    Estoy haciendo cuentas, y creo que de los diez cuentos que llevo, sólo dos no son de amor. :( Chale. Necesito escribir algo que vaya de otra cosa.

    12 de la noche

    Sí, luncheé en el estudio (yogurt, zanahorias y una maruchán) y luego fui a los pone studios de artes visuales. Realmente tenía la itnención de ir a una tocada de música indie a las 7.30 y al festejo de Alejandro, pero me regresé al estudio, fui a Vistas a cenar y de nuevo al estudio. Y es que traigo el ánimo cucho.
    Mañana se van a Texas mi papá y Mary -sé que es ridículo extrañarlos más, pero así es. Además, la cosa con los gatos no va bien. Y, para colmo, los estudiantes de Guerrero desaparecidos. Yo sé que es absurdo sentirme así, pero como que estar yo acá y ellos desaparecidos, y tantos asesinados, y tantos en pobreza extrema, y Alberto lidiando con los gatos, me hace sentir de algún modo indigna :(
    Para más colmo, hoy no trabajé. Me choca cuando pasa.
    Eso sí, cené bien: pollo en salsa de blue cheese, tantita pasta a la florentina, verduras, pastelitos (un trozo de cheese cake, uno de banana-chocolate y uno de sandcake). Café.
    Y otra vez mientras digo lo que comí me siento culpable. Habrá que trabajar en eso, porque al mismo tiempo creo firmemente que la literatura, el arte, importan. Ayudan a curar. A impedir que asumamos la violencia, la injusticia, como una «normalidad», dice Alberto, y creo que tiene razón.
    Pues eso. Ah, y creo que ya tengo un plot para otro cuento.

    banff dia 16

    En Facebook, además, escribí esto:

    El otro día 16 en Banff: la impotencia, el coraje, la esperanza. No logro articular las palabras y por eso tomo prestadas las de María Elena Walsh. Se me quiebra la
    Voz y por eso tomo prestada la de Mercedes Sosa. Dice:
    Tantas veces me mataron,
    tantas veces me morí,
    sin embargo estoy aquí
    resucitando.
    Gracias doy a la desgracia
    y a la mano con puñal,
    porque me mató tan mal,
    y seguí cantando.

    Cantando al sol,
    como la cigarra,
    después de un año
    bajo la tierra,
    igual que sobreviviente
    que vuelve de la guerra.

    Tantas veces me borraron,
    tantas desaparecí,
    a mi propio entierro fui,
    solo y llorando.
    Hice un nudo del pañuelo,
    pero me olvidé después
    que no era la única vez
    y seguí cantando.

    Cantando al sol,
    como la cigarra,
    después de un año
    bajo la tierra,
    igual que sobreviviente
    que vuelve de la guerra.

    Tantas veces te mataron,
    tantas resucitarás
    cuántas noches pasarás
    desesperando.
    Y a la hora del naufragio
    y a la de la oscuridad
    alguien te rescatará,
    para ir cantando.

    Cantando al sol,
    como la cigarra,
    después de un año
    bajo la tierra,
    igual que sobreviviente
    que vuelve de la guerra.

    Y la liga es ésta: