Trompo isotomacedro zurdo
Trampa totopomacero zurzo
Rampa topomacetera cuzca
Bamba octopocasera vasca
Basca sopotobacera mamba
Conga protopocantera bimbo
Y viene en una ‘Muy Interesante’, según me dijo Alberto.
Trompo isotomacedro zurdo
Trampa totopomacero zurzo
Rampa topomacetera cuzca
Bamba octopocasera vasca
Basca sopotobacera mamba
Conga protopocantera bimbo
Y viene en una ‘Muy Interesante’, según me dijo Alberto.
Soy una mala madre. Siempre lo he sido y es justo por eso que no tengo hijos. Pero a veces, Deíctico se porta como si necesitara camisa de fuerza, y parece que yo no entiendo. Me voy todo el fin de semana a mis asuntos y lo dejo encargado con mi hermano, o con los gatos.
Cuando se lo encargo a la Cuca, ella me dice muy seria ‘Miau’ a todo. Pero apenas me voy, se le olvidan las recomendaciones y deja que el animalillo haga y deshaga a su voluntad.
Para muestra, lo que sucedió este fin de semana:
el sábado me fui a hacerle un paro a Alberto con su clase. Dejé al pingu con mi hermano, y la Cuca se quedó como ‘asistente’ (de ellos).
Y llego al taller y… ¿quién creen que sale de la cajuela del coche? Por supuesto, Deíctico. Acompañado de Bjork y mi gato.
A estas alturas nada me sorprende, así que no pedí una explicación. Deíctico entró conmigo a la clase y Bjork dio varias vueltas subre su propio eje, como la mujer maravilla, y se convirtió en… ¡otro pingüino! (lo sabían, ¿verdad? todos están coludidos con los pingüinos menos yo). Y se fue junto con mi gato a dejar unas marcas extrañas, como graffittis, en las paredes de la ciudad.
Creo que dicen en sánscrito algo así como ‘Pingüinos del mundo, uníos’; pero no estoy segura. ¡No sé leer pingüinés ni islandés!
Cuando acabó la clase, Deíctico se quitó su disfraz (se había puesto uno de joyero de terciopelo rojo que le queda muy bien) y me acompañó al aeropuerto. No sé qué pasó ahí, porque se desapareció de mi vista en cuanto llegamos y ‘misteriosamente’, Alberto me encontró 15 minutos después de que llegamos por él (ya había salido y no me vio, dijo. Yo creo que salió escondiéndose de mí y se fue a poner de acuerdo con D., pero no sé para qué).
Cuando llegamos a casa, mi hermano dijo que D. se había portado ‘muy bien’. Hmm.
Y según yo, el domingo descansaría del pingüino, pero fuentes no identificadas aseguran que estuvo presente en la fabulosa sesión en casa de la profesora Mergruen, espiándonos, preparando algo que ignoramos qué sea.
(Como nota al margen, la reunión fue excelsa. A que no sabían que el verdadero nombre de los balones de soccer es ‘tronco hipopotamedro zunco’ y eso de ‘balones’ es sólo su pseudónimo)…
Empecemos por la grabación: hoy fueron de Diálogos en Confianza a grabar una cápsula con mis alucnos mostros. Estaban encantados y muertos de miedo, lo que es muy divertido, jejejeje. Ya les avisaré cuándo salen al aire, para que conozcan a mis tormentos. Mientras Irma grababa, yo me quedé platicando con Brenda, mi alumna consentida (nomás no le digan). Me contó una historia de desamor que se parece hartísimo a la que les contaba yo hace rato. Jejeje. Y quiere ser médica. Es muy inteligente, debería hacer algo mejor, escribir guiones por ejemplo. Jajajaja. No, no se preocupen: no se lo dije. Uno no puede ir por la vida destrozando el futuro de las jóvenes generaciones.
Pero fue cansado, horas de grabación y de niños latosos que por momentos quieren una mamá y por momentos una novia. ¿Así era yo en la adolescencia? Je. ¿Quieren ver una foto de yo, en la adolescencia? ¿No? Ok.
Sigamos con el pingüino desobediente.
Resulta que Deíctico se siente muy protegido con eso de que Cinthya, Chema y Alberto lo alcahuetean, así que hoy, mientras yo me fui a la secundaria, él se salió de la casa. Dejó un recado que dice:
Sin pico: Fui a visitar a un vecino. Marbe sabe.
Y mientras la mafia lo persigue, Bjork es pingüina de clóset, y el taquero Joe prepara armas biológicas en su puesto de tacos, D. salió a la calle justamente el día nacional del No-Pingüino.
Hasta miedo me da preguntar qué fue a hacer…
Y por último: ¿hay algún médico en la sala? Hace cuatro o cinco días que tengo punzadas en el costado derecho, más o menos por donde da el llamado ‘dolor de caballo’, o ‘flato’. Sólo que no es agudo, constante, ni da por hacer ejercicio. Es… no sé. Una punzada ocasional (aunque el tiempo que transcurre entre una y otra se ha acortado cada vez más). Pero me preocupa. Y no sé si por tan poca cosa habría que ir al doctor.
(Como post-data, Cliff está mucho mejor, va a empezar el miércoles la segunda fase de quimio y su doctor está optimista. Me da pena ser tan quejinche cuando hay gente tan valiente jugándoselo todo…)
Y como la Semarnat exigió que todos los pingüinos se queden guardaditos hoy, soltaré choro de otra cosa que ni al caso.
Ja.
Antier vi a Maribel, mi mejor amiga de la secundaria. Es muy chido seguir siendo grandes amigas y que nuestras conversaciones no se reducen al ‘¿te acuerdas…?’. Tenemos un presente y lo compartimos y platicamos y todo. Pero -claro- también estuvieron ahí los ‘¿te acuerdas…?’. Y nos acordamos.
Yo, en particular, me acordé de algunas historias de amor frustrado. Las primeras que tuve. Se sufre bonito al recordar los pasillos de la secundaria, a Guerra caminando en sentido contrario y sonriendo, sonriendoME. No es tan lindo recordar a su novia, tan alta y tan mayor (yo a los 13 era una mocosita sin mañas, qué barbaridad).
Demoños! Estoy perdiéndome en los recuerdos y creo que hay cosas que es mejor no poner por escrito, a menos que me decida a hacer my very own teenager flick. Así que mejor me voy a clase y a pensar cómo evadir los mandatos de la semarnat.
PERO si alguien conoce a Edgar Guerra Guerra, dígale que le manda saludos un fantasma del pasado (estoy segura de que no se acuerda de mí, mucho menos de mi nombre. Mejor díganle que Deíctico le manda saludos).
Muy temprano fui a dejar a Alberto al aeropuerto. Se fue a Colima y regresa el sábado. Ojalá que le vaya bien.
Lo curioso es que, luego de que se fue, me puse a hacer tiempo en la librería y de pronto sentí que alguien jalaba mi bolsa. No era un ladrón. Era… ¡una caja de cartón con matasellos de Islandia!
Debí suponerlo: Alberto es cómplice del pingüino y todo su viaje es una mascarada para que YO fuera a recoger al animalillo. Está bien, se les perdona. A ambos.
Pero luego siguió una persecusión terrible por todo el aeropuerto, porque alguien les pasó el tip a los mafiosos. Nos estaban esperando, vestidos de monja en smoking. D. y yo corrimos a toda velocidad (es un eufimismo) y 30 centímetros después de empezar a correr a toda velocidad, caimos extenuados. Estuvimos a punto de ser ejecutados, pero en eso, un taquero salido de dios sabe donde les ofreció a los perseguidores una muestra gratis de taco al pastor. No bien se la acabaron, no se la acababan: es decir, comieron la muestra y se enfermaron de la panza. Yo creo entonces que la noticia que recibió cin es cierta.
Deíctico me llevó a paquetería, y sacó un estuche de violonchelo. Me puso a mí a cargarlo, claro. Y ya que llegamos a casa (después de ir a canal once y a la UVM), me permitió abrir el empaque…
¡Dioses! ¡Es Bjork! ¿Y ahora qué hago con un pingüino y una cantante, uno perseguido por la mafia y la otra raptada por el pingüino? ¿Qué diantes está intentando hacer Deíctico? ¿Por qué de pronto se comporta como pelota de playa? Si alguien sabe, dígame…