Autor: Raquel

  • Me siento rara

    Lunes por la mañana. La fiesta del viernes vino y se fue, y puedo decir que me fue mucho mejor que en fiestas similares anteriores. El secreto: estar cerca de gente querida, alejarse de la gente desquerida. Tan simple.

    Bueno, eso y un par de cosas más: no beber y hacerse de la vista gorda ante comentarios categóricos de recién erigidos expertos.

    Así que me la pasé bien y estuvo chido, momentos kodak con otros bloggers (es raro eso de ‘El aljibe, te presento a De koalas y pornografía’, jijiji) y un final a las 5 de la mañana (horror). Un par de desilusiones -gente que no estuvo, gente que sí estuvo- y no mucho más que decir al respecto.

    Bueno, sí: que el pastel que Madame Erika llevó estuvo pocasumadre. :D

    (Bostezo)

    Van a dar las siete. Hora de vestirme y ponerme a punto para una junta estúpida en el trabajo. Ahora resulta, por otra parte, que me están echando grilla porque «me creo que escribo muy bien» (dicen).

    Recontra. No sé si enojarme o reírme. ¿Me creo que escribo bien? ¿De dónde sacan? ¿Escribir guiones de televisioncilla es escribir? ¿No será como decir que poner amalgamas es hacer esculturas con mercurio?

    En todo caso, hago mi trabajo porque me gusta y porque es mi trabajo. Y tengo derecho a ser exigente… creo. Ya ni sé. Necesito una beca para dedicarme a hacer amalgamas, esculturas con mercurio, no sé.

    Anoche tuve hartas pesadillas, culpa de la peli que vimos (Jacob’s ladder). Con todo, estuvo cool la peli.

    Recontra. Desperté sintiéndome vacía por dentro. ¿Habrá venido un alien nocturno a robarme las entrañas?

    Como me siento insegura, abro el primer libro a la mano y decido que lo primero que lea será mi guía para hoy (horóscopos express, se llaman). Horror, hoy no es mi día. Va letra por letra:

    «En palabras latinas: pix, nix, nox, vermis, flagra, vinculada, pus, pudor, horror, o sea: pez hirviendo, nieve helada, noche oscura, repugnantes gusanos, fuego ardiente, pesadas cadenas, supuración asquerosa, innoble vergüenza, horror sin fin».

    (Del libro de la imaginación, pag 228).

    ¿Querrá decir lo que me imagino, o sólo me aclara que estoy exagerando en mis percepciones tremendas? Ya veremos después de la junta y los trámites univeritarios…

  • Bloguerrota

    No hay caso: hay personas ocn las que de plano no hago click. Por más que me esfuerzo, cada que leo sus posts siento que el hígado me da una doble vuelta mortal con giro a la derecha. Quisiera evitarlo, de veras, pero no puedo. Más me merezco por andar de ociosa…

  • Preocupada. Muy. Muy preocupada

    Quizá se acuerden de la muerte espantosa de los peces de mi hermano (justo cuando estaban bajo mi responsabilidad, los infelices). Bueno, pues el caso me parecía extrañísimo, y no era cosa de dejarlo así. Así que contraté a un afamado investigador internacional (de esos que trabajan para la Interpol y el Liverpul y vaya dios a saber qué mas) para que resolviera el caso. Fue una decisión difícil, porque esos investigadores de fama internacional cobran carísimo; pero la verdad no tiene precio.

    De acuerdo: exagero un poco: no contraté a un afamado investigador internacional, sino que convencí a mi gato Beakman de que, en sus ratos libres (cuando no tiene que comer o dormir) buscara datos al respecto a cambio de latas de whiskas. Para quienes no lo conozcan, abajo hay foto del gato detective.

    Gato Beakman

    Pues el afamado gato internacional se dedicó a investigar y encontró, en el cuarto de mi hermano, la pecera del crimen… casi vacía. ¿Casi? Oh, sí. Sólo con un poco de agua, aparentemente.

    Tuvimos que interrogar a mi hermano. ¿Dónde estaban los peces sobrevivientes y los nuevos peces que le regalamos de cumpleaños? El amasado gatective interdenominacional clavó sus uñas en las piernas del hermano sospechoso y yo clavé los dientes en una quesadilla. Al poco rato obtuvimos una confesión: mi hermano había pasado los peces a una pecera nueva que le regalamos, también, de cumpleaños (se me había olvidado, je).

    De todos modos, el afelpado gatactivo plurifuncional decidió mirar de cerca la pecera vacía. Y decubrió (horror)… que había seres vivos en ella!!!!!!!

    LOMBRICES!!!!!!

    No como las que puso mi hermano la fatídica ocasión en que se petatiaron sus mascotas… o bueno, sí como esas en cuanto al color y al diámetro. Pero mucho, mucho, MUCHO más largas.

    Y tenían tan poblada la pecera, que parecía que a las piedritas del fondo les había salido cabello…

    El abarcado radiactivo plurinominal renunció en ese momento y se fue a dormir. Mi hermano y yo nos quedamos horrorizados: después de todo, las lombrices SÍ pueden haber sido la causa de la desgracia: si se les ocurrió crecer dentro de las panzas de los péceses… ay, horror, no quiero imaginarme.

    En fin. Obligué a mi hermano sospechoso a lavar la cosa esa. Tiró el agua por la coladera, tiró las piedras a la basura, prometió no volver a darles lombrices a sus mascotas (en especial a los gatos), prometió que si otro pez muere, yo no seré responsable. Fiu.

    Pero anoche, soñé que de la coladera salía una lombriz gigante dispuesta a devorarme. Y el apelmazado duditativo centesimal ni siquiera quiso despertar para consolarme…

    PD: Y luego, en mi sueño, el acalambrado fedecitive infederanacional tenía goggles y se metía a la pecera mientras yo trataba de quitarme de los calcetines unos gusanitos de maguey chiquititos, pero que se reproducían a toda velocidad y que amenazaban, también, con devorarme, mientras un escarabajo gigante me miraba, curioso, desde una ventana….

  • Un último comentario

    Exigentina sabía que en sus manos estaba que el Monstruo dejara de serlo y volviera a su estado principoso. Sólo que no sabía cómo lograrlo. En todo caso, estaban lejísimos de la acción, y sería mejor que llegaran antes que la hija de la bruja, o la bruja misma. Así que mientras estas seguían discutiendo, Exigentina tomó su frijol mágico y la llave, fue al tronco del árbol y sacó al monstruo, y huyó con él con dirección al castillo.

    Todavía no sé cuál fue el medio de transporte. Tal vez la bruja tenía un burro alado, o quizá un par de zapatillas mágicas. También puede ser que Laura Zapata les haya dado un aventón.

    Lo importante es que Exigentina llegó al Palacio.

    (Rax bosteza. Tiene huevita. Mañana le sigue)

  • Una revancha

    Cada determinado tiempo me da por buscar en la red a mis autores favoritos. Lo hago por pura ociosidad (como hoy, día patrio, que estoy en casa en vez de andar de fiesta) y por masoquismo: la cosa se va poniendo fea cuando empiezo la búsqueda de ciertos autores especialmente esquivos…

    Por ejemplo, Jorge Mejía Prieto. Me encantan sus cuentos de ‘Los hijos del smog’. Pero fura de ese librazazo y unas cosas bien raras de política e historia, no he encontrado nada de él. Caramba, ni siquiera sé dónde nació. O si vive. O qué pedo.

    Otro ejemplo, José Vizcaíno Pérez. Tiene un par de cuentos que me caen rebién.

    Bueno. Pues hace rato lo busqué y… sorpresa: vi que había una página que hablaba de él. Horror. Era justamente ésta. Grr.

    Ya ni sé para dónde iba con este post. Se me hace que es hora de dormir.