Autor: Raquel

  • Buenos días: ¿ya amaneció?

    a Rasabadú

    Ya sé que son las cuatro de la tarde, pero es que me pasé la mañana durmiendo. La traía atrasada.

    Según un estudio de la Secretaría de Salud, las mujeres mexicanas duermen menos del 70% de lo que necesitan dormir. Pior si tienen hijos. En cambio, los hombres (incluso los papás) duermen arriba del 75% de lo que deberían. Algo así dice el estudio. Está canijo, ¿no? Porque eso explica en parte la depresión, el agotamiento crónico, la muerte prematura, etc, etc, etc.

    Hay que dormir de vez en cuando. De preferencia, hay que soñar. Aunque sean pesadillas, que luego se pueden convertir en películas de horror que nos hagan millonarios (ajá).

    A mí me pasa algo curioso: de día no sueño, aunque duerma profundo. De noche tengo sueños de todo tipo. Uno de mis favoritos fue en caricaturas. Tuve otro en inglés, con todo y subtítulos. Y pesadillas, he tenido algunas realmente macabras.

    También hay personajes y lugares que en mis sueños son muy familiares, pero que en la vida real no existen. Mis gatos visitan con frecuencia mis sueños: supongo que mientras duermo se sientan a los pies de mi cama… se concentran, mirándome fijamente… y me mandan las imágenes de sus cabecillas locas para que aparezcan en la mía. Estoy casi segura, porque cuando sueño a mis gatos, los colores son diferentes, las proporciones varían, y lo que me angustia no es lo que me preocupa cuando estoy despierta. Y abro los ojos para encontrarme a uno o dos de esos seres peludos en mi regazo.

    Pero sé que, de hacerlo, lo hacen en buena lid, así que no me enojo.

    Lo que más me aterra soñar es al doble maligno de la gente a la que quiero. El sueño más extraño a ese respecto va así:

    Estamos en la sala de mi abuelita, viendo la tele. Tocan a la puerta y yo me paro a abrir. Afuera está mi hermano, pero no es mi hermano: tiene la piel pálida, la cara estirada en una sonrisa extraña y las encías blancas. Pienso que está enfermo, porque afuera hace frío, y cuando giro para decirles a los de adentro quién está afuera, veo a mi hermano, mirando la televisión, mejillas sonrosadas, sonrisa de niño. Entonces grito, y despierto en medio de la oscuridad.

    Mi grito atrajo a mi madre. Se sienta a mi lado, me dice que todo está bien, que fue un sueño… pero algo en su voz me dice que ella no es ella. Prende la luz y la veo: pálida, sonrisa extraña, encías blancas. Vuelvo a gritar y esta vez sí despierto. Brrr.

    También sueño a menudo con el fin del mundo (la colita de una educación religiosa no del todo sana, me temo) , con invasiones de otros mundos (recuerdo de mi planeta de origen) y estancias forzosas en campos de exterminio. Sueño que vuelo y que vivo en una casa que no es la mía. Sueño a mis muertos y a mis vivos.

    En fin.

    El caso es que dormí desde medio día hasta ahora. Me gustan los miércoles por eso: son mi día libre y no tienen aire de domingo. Pero es hora ya de comer. Y mañana, que debiera ser día de trabajar en casa, entraré al canal a las 9.30 am. Un programa sobre ‘El arte de la seducción’. Creo que va a estar chiro.

    ¡Dulces sueños!

  • Los ultras

    Parece que en estos días está de moda adoptar una etiqueta política. A mí no me gustan porque me parecen, como las etiquetas religiosas y sociales, muy restrictivas. Cierro los ojos y me imagino a la gente, formada en una laaaaarga fila, cambiando su cerebro por una etiqueta: ‘ultraderechista’, ‘marxista-leninista’, ‘católico apostólico’, ‘metodista’, ‘punk’…

    Tiene su parte agradable: ya no tienes que pensar por ti mismo/a, pues tu ideología tiene ya un manifiesto, unos mandamientos, un código ético o un manual de estilo. La revista Eres indica hasta cómo se deben vestir y qué deben leer y escuchar los diferentes etiquetados sociales. Brrr.

    Pero bueno… se ha estado hablando mucho de las posturas ideológicas y me quedó la semillita de la duda. Porque unos se dicen derechistas orgullosos de serlo; otros, derechistas vergonzantes; otros, semiderechistas, y así. En la izquierda pasa lo mismo.

    Y yo meta a cerrar los ojos y meta a imaginarme… veo un fulano con los brazos extendidos a sus lados. Imposible que las puntas de sus dedos de la mano izquierda toquen las de los dedos de la derecha. Sipi, es una buena analogía. Derecha, izquierda: en los extremos, sólo hay uñas. Corrección: en los extremos, sólo hay mugre.

    Pero lo realmente cagado es que luego de la mugre y las uñas y los dedos y las muñecas y los antebrazos y los codos y los brazos y los hombros (todo simétrico y proporcional entre derecha e izquierda) hay un enmedio. Y ese en medio, ¡qué sorpresa! está un ser humano.

    Así que yo, muchas gracias, ni izquierdista ni derechista: me proclamo humanista. Que ninguna doctrina sea más importante que los sentimientos. Que nuestro lema sea ‘vive bien sin que tu buena vida afecte a otros’. Que, si tenemos chance, ayudemos a esos otros. Con una sonrisa, carajo. Con un poquito de respeto a sus necesidades. Con lo que esté en nuestras manos.

    Pero podemos ir más lejos: mero en medio del cuerpo (aproximadamente) está el ombligo. ¿Se han mirado con atención el ombligo?

    Me pregunto cómo podemos tomarnos en serio una teoría que jode a la gente cuando hay algo tan lindo, redondo y divertido como un ombligo.

    Propongo que todo mundo se dibuje un gato en el ombligo y salga a la calle con el gato al aire.

    Nota 1. Passè o no passè, me late el asunto de la conciencia social. Supongo que por eso soy feliz con mi trabajo y con mi side project :)

    Nota 2. Tengo un ombligo que me gusta mucho, así que todo este post es para no tomarse en serio a uno mismo. Mejor metamos el meñique en el ombligo e imaginemos qué pasaría si éste fuera un timbre: ¡din-dón!

    Nota 3. Hasta la palabra ombligo es bonita. Suena a canción antigua, o a chiste simplonzote.

    Nota 4. Bef volvió a escribir y cumplió su promesa. Desde acá le mando abrazos. Y se los mandaría aunque él no hubiera cumplido la promesa :)

  • Papelitos y papelones(1)

    Días y días sin escribir. La culpa es, por supuesto, de un gato. Creo. Pero también de una cuenta de correo que tuve que actualizar, contestando pinchecientosmil millones de mensajes. Y de un horario más raro que el de costumbre, en la chamba. Y de una auditoría de ‘calidad’. Y de los nuevos cursos de Fatal. Y de una limpieza a fondo.

    Mejor empiezo con lo de la limpieza.

    Resulta que Alberto me invitó a ayudarle a arreglar sus papelillos. A mí me encanta eso: revisar papeles, ordenar revistas, acomodar libros… creo que soy medio autista, porque me fascina. Así que si aguantan que meta las narices en cada papelito y lea y me invente una interpretación a cada recadito, invítenme a arreglar archivos y libreros :)

    El caso es que salieron tres bolsas grandes de basura. ¡Estuvo cansadísimo! También divertido, porque el gatuelo se porta vaciadísimo. Pero se nos fue todo el domingo en eso, y todavía nos faltan algunas cajas… emoción. ¿qué contendrán? :)

    El sábado, en cambio, estuvo de relax: desayunito con la fla-k, platicada sabrosona, un té en una mega super chida casa del té en la Roma (parecía casa de opio, pero sin opio, lástima); clase final del cursito de personajes, cenita deliciosa con Alberto.

    El broche de oro fue culero, pero ya ni me acordaba: lo recordé ahorita al hacer memoria del día. Va así:

    Salgo de casa de Alberto y veo mi autito con la luz prendida. Eso no es normal. Me acerco…. y ¡sorpresa! la puerta de atrás estaba abierta, el estéreo había volado. Quitaron uno de los vidrios de atrás, con tanto cuidado que ni se rompió ni sonó la alarma. Y el jijo ratero, en el colmo de la sociopatía, me dejó el vidrio enterito en un asiento, mis lentes en otro, los discos que traía en otro. El muy wey ni se imaginó que en discos traía yo más de lo que vale el estéreo: tan sólo el disco de Geduldig und Thimann tiene un gran valor… sentimental.

    Total, hice berrinche y me dolió la panza del susto; pero todo fuera como eso… a fin de cuentas, lo que realmente vale, ningún ratero me lo puede quitar (llámenme cursi). Porque incluso si me mataran, no se pueden quedar con mi vida, lero, lero. Y adentro de mi cabezuela están los recuerdos cool, a ver, que me los quiten!!!

    Pus hoy, ya con el vidrio repuesto en su sitio, ni me acordaba del incidente. Total, canto yo, y que se joda el mundo :D

    Y así, cantando, me fui a C.U., donde di una especie de conferencia sobre mi trabajo de guionista. Fue para un grupo de taller de guionismo en la facu de ciencias políticas. Estuvo cool, aunque más tardado de lo que esperaba. Me cae que me late lo de dar clases de guionismo, son las dos cosas que mejor hago (bueno, hay otras, pero son más bien… orgánicas).

    De ahí fui a desayunar con Sandragoritas y Mergruencita, siempre acompañada por Albertito Chimalito. No sé ellos, pero yo me la pasé mega chido. La platicada genial. La comida en Kondorito(2), yummy. La compañía, absolutamente maravillosa.

    De la desayunada, nos fuimos Alberto y yo a ver Baraka. Wow. Qué chido verla, y en cine. No se la pierdan. Es la neta. No sé si yo estoy muy alucinada, pero me encantó lo que entendí sobre lo sagrado, lo humano, lo social. Me puse a pensar que qué triste es que la moda sea el individualismo a ultranza, que se justifique la injusticia social, que haya quienes suspiran por un sistema de castas como el de la India; también me da gusto ver que no soy la única con estos pensamientos tan fuera de moda (por eso leo la revista Colors, por eso trabajo en Diálogos en Confianza, por eso nadie me quiere todos me odian quiero comer gusanos).

    Creo que Alberto va a escribir algo sobre Baraka para Fatal Espejo, así que no tiene caso abundar más sobre el tema. Y este post ya está muy largo. Si me quedo con la inercia escribidora, me seguiré en el otro blog, porque sigo maravillada por Baraka, y reflexionando sobre lo que me preguntaron en la platicada en CU: ¿Piensas que tu programa hace algo por la gente? La respuesta me salió del esternón, bien espontánea y honesta: ‘Creo que sí. Creo que hacemos un trabajo social. Y me gusta mi trabajo más que nada en el mundo, justo por eso’.

    (1). Sin albur

    (2). Ya sé, se llama Konditori. Pero Kondorito suena más bonito.

  • Ya, prometo que es la última de hoy.

    Un kinder para señores. ¿Qué tal? Informes aquí.

  • Miscelánea

    1. Sin embargo, estoy en un buen momento amistoso. Muy linda gente llegó a mi vida en los últimos tiempos. Eso hay que aprovecharlo.

    2. Se me hace que ya sé por qué ya no escribe Bef : Me dijo Alberto que recién se enteró que Bef ganó una beca o coinversión o algo así. Lamento no tener los detalles exactos, pero chidísimo por Bef. Mil felicidades. Pero de todos modos… si no me dedica su post pronto, como prometió, le haré una manifestación/plantón para forzarlo a que me dedique su libro de comics :P

    3. Había olvidado agradecer sincera y profundamente a Rasabadú por cumplir su promesa y dedicarme un post. Además de todo, un post muy muy chido que me dejó pensando en mis propios sueños. Querido Rasabadú, en cuanto tenga un ratín le contesto con un post acá sobre mis propias ensoñaciones.

    4. Ya, alguien diga que sí quiere al gatito. Hoy durmió en mi cama. Y ronroneó. ¿Se dan cuenta de lo cerca que estoy de que me corran con todo y gatos? :)