Autor: Raquel

  • Fireside

    Fireside

    Ayer me llegaron varios regalos muy lindos de cumpleaños, y entre ellos este:

    ¡El nuevo número de Fireside Quarterly!

    El año pasado, varios autores y autoras de México tuvimos la oportunidad de ir a la World Science Fiction Convention en San José, California. Participamos en conferencias, presentamos nuestro trabajo y fuimos parte de la MexicanxInitiative, un proyecto para comunicar a la gente de aquí con los mexicoamericanos de allá (y si entonces nos preocupaba a todos el racismo que se veía, imagínense ahora, ay). Algo de lo más bonito que salió es que varios de nosotros hemos podido empezar a colaborar en proyectos binacionales, y uno de ellos está en Fireside, una revista independiente que ha empezado a publicar, en español e inglés, a gente de México.

    Ahora me tocó a mí (con un cuento titulado «Gallinas», o «Chickens») y estoy muy contenta. Si quieren conocer más sobre la revista, o ver algo de lo que han publicado ya (y estaría muy lindo que así fuera) lo pueden hacer visitando su sitio. De hecho ¡ya hay otro cuento mío allí!

    Muchas gracias a Pablo Defendini y Julia Rios.

  • Algún tiempo después…

    Algún tiempo después…

    Esta es la primera nota en este sitio en un buen rato, pero ahora tengo la intención de publicar más aquí. No en abundancia, pero sí con un poquito más de frecuencia, para compartirles alguna que otra cosilla.

    Por ejemplo, este video, que se me había pasado publicar, y en el que Alberto y yo hablamos de nuestros libros más queridos. ¿Cuáles son los de ustedes? ¿Qué historias los han acompañado durante más tiempo?

    La foto no me hace la más feliz, pero yo sé que ustedes me quieren como soy. ;)

    Gracias a José Ramón Calvo, Marina Taibo y todos nuestros amigos de la Brigada para Leer en Libertad.

    También les cuento que seguimos con el canal de nuestros propios videos y que algunos de ellos están ya disponibles en formato de podcast (los pueden hallar en los podcasts de Apple). ¿Nos acompañan en ese proyecto?

  • Un año nuevo diferente (#Escritura 2018)

    Un año nuevo diferente (#Escritura 2018)

    Por cuestiones de trabajo, estoy revisando las efemérides en Wikipedia y me encontré con que mañana es el Año Nuevo de los bereberes, un grupo de etnias del norte de África. «Bereber» viene de la adaptación árabe del término griego «bárbaros» así que, como ustedes imaginarán, no es como se llaman ellos a sí mismos. En su idioma, el gentilicio es amazigh (en singular) e imazighen (plural), que significa más o menos «hombres libres». La cosa es que como su cultura era de transmisión oral, lo que se sabe de ellos es gracias a los registros de otros pueblos (como los griegos -que los llamaban «libios»-, romanos y fenicios) y no tanto desde su propia visión del mundo. El simple hecho de que alguien te diga «bárbaro» cuando tú te autonombras «persona libre» dice muchísimo, ¿no creen?

    Bueno, la cosa es así: mañana, 12 de enero, se celebra el Yennayer, o año nuevo bereber. Pueden buscar en wikipedia los detalles sobre la fiesta (está súper interesante) pero, en resumen, pasa que, al establecer su calendario (hace bien poquis, en 1980) eligieron como fecha de inicio de su cronología el año 980 antes de la era común, porque fue cuando el rey bereber Sheshonq accedió al trono como Faraón de Egipto y fundó una dinastía. Este rey incluso aparece en la biblia judía (y cristiana, pues), con lo que se vuelve el primer bereber mencionado en forma escrita.

    Y eso nos lleva al ejercicio que quiero proponer:

    1. Reflexionar en cómo cambia una narración dependiendo del punto de vista que elegimos para contarla. Así como para la biblia es un dato apenas poco más que trivial todo lo de Sheshonq y para los bereberes es el inicio mismo de su historia, ¿qué hecho podría ser totalmente trivial para un personaje y absolutamente relevante para otro?
    2. A partir de esa reflexión, escribir esa historia, contada primero desde la visión del personaje para el que el hecho es intrascendente y luego contada desde el otro. No es necesario que sean en primera persona (puede ser un narrador omnisciente, pues) pero sí que los detalles en los que se fijan y las maneras en que cada uno percibe su alrededor debe ser consecuente.

    (Y bueno, si quieren, podemos festejar el Yennayer, ¡claro!)

  • Una foto del siglo pasado

    Una foto del siglo pasado

    No sé si les he contado, pero una de las grandes felicidades de mi vida es que sigo manteniendo una relación bien bonis con mis amigas de la secundaria (donde «de la secundaria» es un decir, porque algunas son mis amigas desde la primaria y otras, ¡desde el kinder!). Y bueno, mi amiga Heis nos mandó al grupito de whatsapp (sí, tenemos un grupito de whatsapp) una foto de sus XV años.

    Uff.

    La de recuerdos que me generó la fotito, caray.

    (Sí, se las voy a compartir, pero luego de echar mi choro. Y espero que el morbo no les gane y primero lean mi choro y luego vean la foto).

    Ahí tienen que aparecemos Lupita, Maribel y yo, en el chisme total. Lupita, aunque está como de ladito, tiene clarísima una expresión que conserva a la fecha: inclinada ligeramente hacia adelante, con el índice levantadito, a punto de hacer una observación. Casi me atrevo a pensar que es una confidencia o, probablemente, un comentario ingenioso sobre la apariencia de alguien, quizá de alguna persona en la pista de baile. Maribel, junto a ella, está como camino a una sonrisa. Yo, con el vaso en la mano, como a la fecha acostumbro (je). Muy probablemente era refresco, como ya no acostumbro (osh, malpensados: es de que ahora tomo agua mineraltz). Estoy inclinada hacia ellas como para no perderme del chisme, pero miro hacia donde discretamente señala Lupita, así que sí: probablemente estamos apreciando el desempeño o atuedo de alguien en la pista, jeje. Por cierto, mi expresión es idéntica a la que ponía mi mamá a la hora de las maledicencias, qué bárbara.

    A mi lado está Eréndira, a quien hace mil años no veo. Me caía muy bien aunque me intimidaba un poco: era explosiva, extrovertida, malhabladísima y con novio (todo lo contrario a mí, jajaja. Imagínense que empecé a usar malas palabras hasta la universidad, ¡demoños!). En la foto se ve como perdida en sus pensamientos, pero con la expresión firme, decidida, que le recuerdo. Por cierto, me encantaba su cabello.

    Junto a Eréndira está Jessica con cara de aburrida. Bonita como ella sola, justo como la recuerdo, aunque lo de verla aburrida -¡y en una fiesta!- sí me sorprende. También que esté al otro extremo de donde está Lupita, porque normalmente estaban juntas. En una reunión normal, el acomodo habría sido: Jessica – Lupita – Maribel – Yo – Heidi – Eréndira, creo. O no: en un acomodo normal seríamos una bolita y no una línea.

    Vuelvo a mí (ash, egocéntrica que es una). O, mejor dicho, a mi vestido. No había pensado en él en años pero al verlo me acuerdo perfecto: pocos meses antes de la fiesta, mi mamá había ido, por trabajo, a Chetumal. Que yo recuerde, fue la primera o segunda vez que salió de viaje sin nosotros. Y me acuerdo que, de regalo, me trajo esa tela a rayas azul con negro. Era como satinada. «Para hacerte un vestido de noche», dijo. «Yo no salgo de noche», debo haber respondido. A mí me gustaba más la tela que trajo para ella misma, una pieza de georgette en tonos morados. Súper quiut. «Ah, pero ya vienen los quince años de tus amigas», dijo mi mamá. «Okei cool», dije yo en tono de Batman Lego (mentira vil, pero seguro dije algo por el estilo). Y pos mandó a hacer el vestido, que es ese de la foto y que yo aluciné de inmediato porque sentía que era demasiado vistoso y notorio y qué oso porque yo quería que nadie me volteara a ver nunca, ¿me escuchan?, NUNCAAAAAA.

    (Está bonito el vestido. Bien de la época, jejeje, pero bonito. Mi mamá tenía buen gusto y una cultura de la modistería que yo no heredé, pero que envidio).

    Y que llego a la fiesta con el chingado vestido.

    Y que veo a la quinceañera… ¡de jeans!

    Me quería morir, claro.

    O eso recordaba yo. Que me la había pasado incómoda y fuera de lugar y sacada de onda.

    Pero en la foto me veo a gusto y divertida, con mis amigas. Así que quizá mis recuerdos estaban desbalanceados, uy. Además, ahora recuerdo que hasta bailé. Con mis amigas (Jessica era la que nos sacaba a bailar, recuerdo, y nos animaba a que no estuviéramos aplatanadas; por eso me extraña que en la foto sea ella la que se ve aburrida) y ¡con el maestro de biología! (con razón, cada vez que escucho el «Rap de mi Bella Genio» -el original en inglés de Dimples D, no el de Memo Ríos- me acuerdo del Chinchulín (como le decíamos, de cariño, al maestro César).

    Heidi cumplió quince años el 26 de junio de 1991 Imagino que su fiesta fue el 29, sábado. Yo tuve mi festejo alrededor del 13 de agosto , probablemente el 17, sábado también (el 10 seguro que no, porque ese día fui al teatro con un grupo de la Escuela Bíblica de Vacaciones. Lo recuerdo perfeeeecto porque fue el día que empecé a andar con mi primer novio). Mi mamá murió el 25 de noviembre de ese mismo año. No sé qué habrá pasado con el vestido: estoy casi segura de que nunca lo volví a usar. Pero a mis amigas Heidi, Lupita, Maribel y Jessica las sigo teniendo cerca, familiares y cercanas y admirables y sorprendentes (en serio: pese al tiempo que llevamos de conocernos, todavía dicen y hacen cosas que me sorprenden).

    Y bueno, como les prometí, he aquí el video de Dimples D:

    Jajajaja. ¿Qué dijeron? ¿Que mi memoria, como mi vieja mula, ya no es lo que era? Pues sí pero pues no. Acá va la foto. Nomás no se rían de mis anteojos, porque de eso hablaré en otra ocasión :)

     

     

     

  • Otra FIL

    Otra FIL

     

    Como en 2016, este año tuve chance de ir a la FIL casi completa y de escribir sobre una de mis pasiones en el suplemento FILIAS, de Milenio (¡No! ¡No escribí sobre gatos ni sobre CandyCrush!). Por supuesto, estoy que no me la acabo de felicidad (eso de que confíen en ti es rebonito) y fue una experiencia muy intensa (eso de escribir un artículo diario…). Me sentí más hábil que Pistachón ZigZag, se los juro :P

    La onda de la columna, que se llama «Cosas de niños» es hablar de las cosas de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) que podían encontrarse en la FIL Guadalajara. Por supuesto, me faltó mencionar un montón de cosas (por falta de tiempo o espacio) pero eso también es bueno:así queda la semillita para la siguiente vez.

    Y bueno, acá les dejo las ligas a los textos, por si quieren echarles un ojito ;)

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