Autor: Raquel

  • Quinta y última

    Un ángel llega a escena. Raquel cree que es para avisarle que será madre de El Señor (parte dos: El Regreso), pero parece que no: que el Angel quiere ayudarles a escribir la obra de Navidad. Por supuesto, ellos no lo creen y piensan que se están volviendo locos (como si no lo estuvieran ya de entrada).

    IRVING Y RAQUEL:

    ¡Aaaaaaaaah! ¡Nos estamos volviendo locos!

    Entran todos los personajes y cantan la canción de la locura.

    ANGEL:

    No, no se están volviendo locos… Bueno, un poquito. Pero realmente estoy aquí para ayudarlos.

    Irving y Raquel lo miran, boquiabiertos. Se miran uno al otro y gritan:

    IRVING Y RAQUEL:

    ¡Aaaaaaaaah! ¡Nos seguimos volviendo locos!

    ABUELO:

    Necios, necios. Los jóvenes siempre son necios. Todavía una noche antes de la boda, José seguía de necio con que él no recordaba ser el papá.

    SCROOGE:

    ¿El papá de quién?

    ABUELO:

    ¡Ah! ¡Esa es toda otra historia! ¡Qué muchacho! Todavía parece que lo veo…

    ANGEL (interrumpiendo):

    A ver, a ver, a ver. Creo que mejor lo cuento yo.

    El Angel se avienta el discursi navideño(1).

    IRVING Y RAQUEL:

    ¡Momento! No tienes derecho a evangelizar a nuestras fantasías sin nuestro consentimiento!

    ANGEL (Observa al Abuelo, luego a Scrooge, luego a los otros y pone cara de terror):

    ¡Creo que me estoy volviendo loco!

    Raquel ayuda al Angel a sentarse, y habla en voz baja a Irving, mientras el Angel solloza con el rostro entre las manos. Todos los demás personajes hablan y discuten entre sí: Pepe canta ópera, Lucio platica con José (el de María), la mamá y el papá de José pelean agriamente mientras Scrooge platica animadamente con el Abuelo.

    RAQUEL:

    Irving, ¿qué hacemos?

    IRVING:

    No sé, no sé.

    RAQUEL:

    A ver, vamos a ver: tenemos un ángel a medio enloquecer evangelizando fantasías y un montón de fantasías de las que perdimos el control.

    IRVING:

    Y una historia de Navidad que no hemos contado nosotros, sino un viejo que no existe, pero que padece demencia senil.

    ABUELO:

    Si yo padezco demencia, usted padece hippie con esas badbas despeinadas.

    IRVING:

    Silencio, por favor.

    Todos los personajes callan, menos José, quien habla resentido.

    JOSÉ:

    Claro, cuando yo les pedí que se callaran, nadie me hizo caso, pero usted ha de ser muy importante para…

    Irving discute con José y todos vuelven a hablar unos con otros. El Angel sigue sollozando ruidosamente.

    RAQUEL (interrumpe):

    ¡Ya cállense, por amor de Marx!

    Entra Karl Marx y todos callan.

    MARX:

    Entre los individuos, como entre las naciones…

    RAQUEL (interrumpe):

    Irving… dile a tu activa imaginación que esa frase es de Benito Juárez. Además, no queríamos a Carlos, queríamos a Groucho.

    Marx, impasible, se quita la barba y la peluca, dejando a la vista un grueso bigote pintado. Se pone lentes y saca un puro del saco. Lo muerde.

    MARX:

    …el respeto al derecho ajeno, es la paz.

    Todos aplauden.

    Baja el Telón. Apenas llega al piso, vuelve a subir.

    IRVING (al público):

    ¿Qué dijeron? ¡Ya acabó! ¿no? Pero si no ha empezado…

    El Angel se levanta de la mesa, decidido. Se limpia el sudor de la frente.

    ANGEL:

    Ni va a empezar a este paso. ¡Jamás me habían encargado proveer de inspiración a gente tan difícil!

    RAQUEL:

    Bueno, entonces ayúdanos. ¿Qué escribimos?

    El Angel mira a Raquel, angustiado.

    ANGEL:

    Es que… con todo esto… a mí tampoco se me ocurre nada.

    Todos miran al Angel en un silencio breve e incómodo.

    RAQUEL:

    Y ahora quién pod…

    Scrooge le tapa la boca.

    IRVING:

    ¡Ah! Estamos peor, peor, peor. (Al público). Eh… bueno… como ya vieron, no es nada fácil escribir teatro serio para Navidad.

    RAQUEL (dramática):

    El autor tiene que luchar contra el miedo de no satisfacer las expectativas de su auditorio…

    ABUELO (en el mismo tono dramático):

    El paramédico estaba muerto de miedo al atender al rabino, nunca había tenido entre sus manos a alguien tan santo…

    SCROOGE (despectivo):

    ¡Paparruchas! Si se rompió tres costillas no podía ser tan santo.

    ABUELO:

    ¡Claro que era un santo! (doctoral) Por si no lo sabe, sólo tenía cuatro costillas. Y los santos sólo tienen cuatro costillas.

    TODOS (incrédulos):

    ¿Qué?

    ABUELO:

    Bueno, algunos tienen seis, lo admito.

    SCROOGE:

    Pues mi amigo Marley tenía seis costillas en su plato y no era un santo.

    JOSÉ (a Scrooge, jalándole tímidamente la manga del saco):

    ¿Bob?

    ABUELO (ahogando la voz de José):

    ¡No me importa! La santidad no se mide en el plato, sino en el tórax.

    Scrooge no le hace el menor caso a José, quien insiste, jalando de nuevo su manga.

    JOSÉ (a Scrooge, quien sigue sin hacerle caso):

    ¿Bob Marley?

    ANGEL:

    ¿Pero qué disparate…? No, no, no. La santidad… ah… bueno… verán… una vez que se es justificado por la fe…(2)

    TODOS (fastidiados):

    ¡Oh, cállate!

    ANGEL (ofendido):

    Claro, callen al Angel. Que los viejos discutan tonterías, pero el pobre ángel que trata de ilustrarlos, que se calle. Al fin y al cabo, para eso le pagan. ¡pobre ángel! ¡cuántos padecimientos los del ángel!

    ABUELO (intentando consolarlo):

    Mientdas no padezcas hippie, como el badbón ese.

    Todos guardan silencio y miran insistentemente a Irving, quien juega con la hermanita de José hasta que se da cuenta de las miradas. Se levanta y, vacilante, camina al frente, aclarándose la garganta.

    IRVING (nervioso):

    Decía… hacer una obra es muy difícil: debemos admitir nuestro fracaso. Los dejamos mejor con el grupo de (INSERTAR NOMBRE DEL GRUPO QUE SI HIZO OBRA SERIA) que no se complicaron tanto la vida y montaron…

    RAQUEL (interrumpe, entusiasmada):

    ¡A caballo!

    IRVING:

    ¡No! Montaron una obra que ya estaba escrita, por un experto en el asunto. Así que nosotros nos despedimos con la confianza de que ellos tengan éxito en compartirles su mensaje navideño edificante.

    Raquel junta las manos en actitud de oración y se inclina místicamente, como si fuera a decir ‘amén’.

    RAQUEL:

    Ajá.

    Ahora sí, cae gloriosamente el telón. Aplausos, muchos aplausos.

    Notas al pie

    1. Esta es la única parte de la obra que jamás escribimos: la correspondiente al discurso navideño (qué bonita es la Navidad/El niño que nació en Belén/Paz en el mundo/Pórtate bien/etcétera).

    2. Una base importantísima de la Iglesia Metodista (en una de cuyas congregaciones se presentaría este asunto) es la Doctrina, donde se habla de la Justificación por la Fe, la Santidad, y demás.

  • Cuarta parte de la farsa navideña

    Raquel e Irving siguen incapaces de trabajar: lo más que logran es que el abuelo de José (aka padre de Jesús) les cante una canción de temporada. Como el tiempo apremia, piden ayuda y se cuestionan sobre la viabilidad de conseguir al Chapulín Colorado. No resulta.

    RAQUEL:

    Ahora sí: piensa.

    Entra el Abuelo cantando.

    RAQUEL:

    ¡Irving! ¡Que te pongas a pensar! Deja de fantasear.

    Irving intenta convencer al Abuelo para que se salga, pero finalmente, el Abuelo lo convence a él. El Abuelo se sienta junto a Raquel, que no se percata de nada.

    RAQUEL:

    Ideas, necesitamos ideas…

    ABUELO:

    Ah, pues deje le cuento, a final de cuentas casamos a José con María…

    RAQUEL (lo ve y grita):

    Aaaaaaaah! ¡Un abuelo, un abuelo!

    ABUELO (orgulloso):

    Bisabuelo, jovencita.

    RAQUEL (furiosa):

    ¡Irving!

    El abuelo no para de hablar mientras tanto.

    ABUELO:

    ¡Ah, qué boda aquélla! José estaba más nervioso que la gelatina…

    RAQUEL (a Irving, entre dientes):

    Irving, ¡sá-ca-lo!

    IRVING:

    No, no, no. Espera, es el discurso más apropiado para esta ocasión que se nos ha ocurrido.

    ABUELO:

    El baile fue un desastre: al rabino le pisaron las barbas y se cayó. Se fracturó tres costillas y hubo que llamar al paramédico (entra Lucio con traje de paramédico-1-, saluda y se va). Y José que no dejaba de hablar de un tal Miguel Angel…

    IRVING (interrumpe):

    Arcángel Gabriel. Miguel Angel(2) se llama mi papá.

    ABUELO:

    ¿Es su papá? Entonces usted debió haber ido a la boda. ¿No le presenté a mi nieta Shulamit? ¡Ya está en edad de casarse! Y usted, así barbón, no parece mal prospecto.

    RAQUEL (explota):

    ¡¡¡Irving, ya sácalo!!!

    Irving saca al Abuelo, que no para de hablar de la boda. Mientras, Raquel se seca el sudor, respirando hondo y tratando de recuperar la calma. Entra el Angel.

    RAQUEL:

    Ay… me estoy volviendo loca.

    ANGEL:

    ¡Salve, muy favorecida!

    RAQUEL (sin mirar al Ángel):

    Irving, YA deja de estar fantaseando…

    Irving entra.

    IRVING:

    ¿Qué?

    ANGEL:

    No te preocupes, D’s está contigo.

    RAQUEL (cae en cuenta y es presa de un ataque histérico):

    ¡No, no! Yo no quiero tener un hijito, lo que yo quería era un perrito…

    IRVING (mira al Angel con curiosidad):

    Y a éste, ¿de dónde lo sacaste?

    RAQUEL:

    ¡Yo no fui! ¡Fuiste tú!

    IRVING:

    Pues no… yo no he sido…

    RAQUEL:

    ¡Ah! ¡Dile que yo no quiero!

    ANGEL (fastidiado):

    Raquel, yo no vengo a…

    RAQUEL (saca su cartera):

    ¡Tenga mi cartera, pero váyase, por favor, váyase! Soy muy joven para ser mamá… ¡y más de un niño! (súbitamente tranquila y para sí) Ahora que podría ser mamá de un hombre adulto, para que me mantenga… (de nuevo histérica) ¡Pero no de un hijo de D’s!

    ANGEL (enojado):

    ¡Bueno, ya! ¡No soy cigüeña, ni vas a ser mamá, ni soy fantasía de Irving, ni tuya, ni de nadie! ¡Soy un Ángel y los vine a ayudar a escribir una obra de teatro!

    Irving y Raquel lo miran, boquiabiertos. Se miran uno al otro y gritan:

    IRVING Y RAQUEL:

    ¡Aaaaaaaaah! ¡Nos estamos volviendo locos!

    Notas al pie:

    1. Lucio, gran amigo de Raquel e Irving, realmente dedicaba sus tiempos libres a ser paramédico.

    2. El papá de Irving se llama Miguel Angel Gatell. Lo cual suena MUY similar a Arcángel Gabriel. ¿No es sospechoso?


    continuará

  • Farsa navideña, parte tres

    En la entrega anterior, José se entera de que su novia, María, va a tener un bebé. La familia de José está furiosa (menos su abuelo, quien está feliz de que va a ser bisabuelo) y planean obligarlo a matrimoniarse (a José, que no al abuelo). Y todos los personajes hablan al mismo tiempo, unos, discutiendo una posible infidelidad del padre de José (y Raquel e Irving, discutiendo lo herético que resultaría poner eso en una obra de teatro para una iglesia).

    RAQUEL:

    ¡Ya basta!

    Salen todos, excepto Raquel e Irving.

    IRVING:

    ¡Chale! Nuestras fantasías están bien gruesas…

    RAQUEL:

    Bien gruesas… bien gruesas… con una cosa de ésas nos corren de la Iglesia… piensa en otra cosa.

    IRVING:

    Déjame pensar…

    Irving se sienta al piano. Entra el abuelo y canta la canción del abuelo(1).

    IRVING:

    Bueno, y a éste, ¿quién lo puso a cantar? ¿tú escribiste esa canción?

    RAQUEL:

    ¿Yo? ¡Yo no escribo canciones! ¡Tú eres el que escribe canciones!

    IRVING:

    Sí, pero yo no hice esa canción.

    ABUELO:

    No, joven, la hice yo. Soy compositor y cantor en la sinagoga de Nazaret.

    RAQUEL:

    Pero necesitamos una canción de Navidad, no de Januká.

    ABUELO:

    No sea burra, jovencita. Los judíos celebramos Januká, no la Navidad.

    IRVING:

    Pero esta es una obra de Navidad.

    ABUELO:

    Ay, ustedes me caen bien, les voy a hacer un favor. Vuelva a tocar.

    El abuelo canta la canción del abuelo II(2).

    IRVING:

    ¡Buen intento, viejo! Pero…

    RAQUEL:

    Irving, no es psicológicamente sano que discutas con tus fantasías.

    Sale el abuelo, despidiéndose del público.

    IRVING Y RAQUEL (con cara de agotamiento):

    Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

    RAQUEL:

    No empieces, ahorita se va a aparecer el chapulín colorado.

    IRVING:

    Eso sí será decadente; pero no te preocupes, no tenemos vestuario, no lo vamos a llamar.

    RAQUEL:

    ¿Por qué no? Es bien fácil. Necesitamos un muchacho (entra un muchacho). Le ponemos un suéter rojo (se lo pone). Antenitas de vinil (idem)…

    IRVING:

    ¡Y botas de bomberos! (el muchacho se pone una)

    RAQUEL:

    ¡No! Tenis amarillos. (el muchacho se pone uno en el otro pie). Helo ahí: ¡el chapulín colorado!

    Irving y Raquel lo observan, sumamente extrañados.

    IRVING:

    Raquel, eso más bien parece un marciano.

    RAQUEL (tras pensarlo un poco):

    Yep…

    Se va el Chapulín.

    Notas al pie:

    1. Las canciones realmente fueron escritas y musicalizadas (no por nada Irving es Irving). Supongo que él debe tener aún la letra y música de ellas. En este caso, se trataba de una canción sobre el festejo judío de Januká, y no tenía absolutamente nada que ver con la Navidad (que, como bien acota el Abuelo, no es celebrada por el pueblo judío).

    2. La segunda versión de la rola es idéntica en todo a la primera; la única diferencia es que la palabra ‘Januká’ se sustituye con ‘Navidá’. Pero sigue hablando del milagro del aceite, la liberación de Jerusalén, del Templo re-santificado. Es por eso que no aceptamos la contribución del anciano cantor de la sinagoga de Nazaret.

    continuará…

  • Farsa navideña, parte dos

    Resumen del capítulo anterior: Raquel e Irving se metieron en un verdadero brete: les encargaron escribir una obra musical para Navidad, que será presentada por el grupo de adolescentes de la Iglesia a la que, por cierto, ya ninguno de los dos asiste. Raquel ha optado por ser ‘libre de criterio’ e Irving ha vuelto a la sinagoga. Además, es junio, y el ambiente no es precisamente navideño. Así que se sientan, reluctantes, a escribir su obra navideña, que consiste en Irving y Raquel escribiendo su obra navideña. Ya en esto, lo primero que se les ocurrió fue hacer una actualización de Villancico de Navidad, de Charles Dickens. Scrooge aparece en escena, Irving le escribe una canción acerca del desperdicio que, según el personaje, es la navidad, y el viejo avaro la canta.

    RAQUEL:

    Y ahora necesitamos un fantasma (Entra uno con sábana blanca). ¡Irving! ¿qué estás imaginando? ¡No es ese tipo de fantasma! (piensa) Nop. Mejor Scrooge, no.

    Scrooge y el fantasma salen, desilusionados.

    IRVING:

    ¿Entonces?

    RAQUEL:

    No sé. Te toca.

    IRVING:

    Ah, ya sé. Imagínate a José entrando a su casa con sus cuadernos en la mano.

    Entra Pepe(1) cantando ópera.

    IRVING:

    ¡No! ¡Ese José, no! José el carpintero, el papá de Jesús, o bueno, en el momento en que su familia creía que él iba a ser el papá de Jesús.

    Sale Pepe, sin dejar de cantar. Entra la familia de José: papá y mamá, con cara de consejo de guerra, hermanita y abuelo, evidentemente loco. Luego, desde el otro lado del escenario, entra José.

    JOSÉ:

    ¡Santas caras, Batman! ¿Por qué esas lúgubres expresiones?

    MAMÁ:

    ¿Por qué? ¿te atreves a preguntar por qué? ¡Los papás de María nos lo han dicho todo!

    JOSÉ (no tiene idea de lo que le hablan):

    Les han dicho ¿qué?

    ABUELO:

    ¡Bisabuelo! ¡Voy a ser bisabuelo! ¡Yes! ¡Yes!

    HERMANITA:

    ¡Mami, mami! ¿Dónde consiguió María la dirección de la cigüeña para encargar al bebé? ¡Yo también quiero uno, pero güerito y con bucles!

    JOSÉ:

    ¿De qué me hablan?

    PAPÁ (con acento ranchero):

    Ay, amigo, se me hace que te dieron toloache. Así me hizo tu mamá.

    IRVING:

    No, no, no. Corregimos:

    PAPÁ:

    Ay, amigo, se me hace que te dieron toloache. Así me hizo tu tía y por eso tu primo se parece tanto a ti.

    MAMÁ Y RAQUEL (ESCANDALIZADAS):

    ¿Qué?

    La mamá discute con el papá y Raquel con Irving. José toma el teléfono y llama a María.

    JOSÉ:

    Bueno, ¿María? Es que… ¿qué? ¿bebé? ¿quién? ¿El espíritu sant…? (a los otros) ¿se quieren callar? (nadie le hace caso) ¿qué? ¿Juan Gabriel te hizo… qué? Ah. Angel Gabriel… ya decía yo que Juan Gabriel es incap… pero, ¿quién es ese ‘Angel Gabriel’? ¿qué? Ahora caigo…

    José se desmaya.

    Notas al pie:

    1. Pepe (Suárez) era miembro del grupo que iba a presentar la obra de teatro (de no haber sido censurada). Su rasgo característico es que canta muy bien, y prefiere, precisamente, la ópera.

    continuará…

  • Explicación del texto azaroso

    Muy adecuado a las fechas, creo. Es un fragmentito (el completo es de 11 páginas, sin incluir las partituras) de una obra navideña que escribimos entre Irving Gatell y yo hace unos años. La íbamos a montar en una iglesia, pero al final, no nos lo permitieron ‘por herejes’.

    Mañana pongo otro fragmento… digo, si quieren.