Categoría: Varia invención

Todo lo que no cae en otras categorías. O bien: pura loquera.

  • Un sueño

    Soñé que estaba en una iglesia, viendo el examen profesional de una chava que se enojaba mucho porque sus poesías no le gustaban a Miriam Negrín (una de las especialistas que acuden con frecuencia a Diálogos en Confianza). Miriam era, por supuesto, la presidenta del jurado dictaminador. Alberto Chimal era un vocal, pero no estaba ahí porque lo habían llamado a junta con los directivos (?) y mi tía Bebis no me dejaba ir a comer, pese a que era obvio que el examen había resultado un fracaso.

    Trataba yo desesperadamente de doblar un pliego de papel bond (que contenía la invitación a una presentación de libro), molesta porque Alberto no venía, aburrida porque sin los jurados completos no le darían resultados a la chava de las poesías.

    Y en eso, los cantos gregorianos que se escuchaban en la iglesia, se volvían música de Michael W Smith.

    Desperté para encontrar a mi gato acostado sobre mí (un close up de gato puede ser inquietante como primera visión de la mañana) y ahora trato de entender si tuve sobredosis de literatura, familia y religión (el morbo fue quien me llevó a la paginita de Smith, lo juro) o si cené un sandwich alucinógeno.

    Y ahora me pregunto: Qué pasaría si al despertar hubiera descubierto que, por alguna magia extraña, fuera ahora yo una fan de Michael W Smith y sus paralelos nacionales (Marco Barrientos, Yuri)?

  • Teibolum

    Y bien… si tuve un rato libre. Estoy a punto de irme a comer pero me encontré la máquina desocupada y no resistí la tentación. Es una especie de encuentro afortunado, porque en esta oficina tenemos 6 computadoras (sólo cuatro con conexión a internet) para 40 personas.

    Ah, y hoy nos soltaron una noticia triste –más vale, en resumen, que empiece a mover el curri. O el culum. En un teibolum.

  • Días pesados

    Mañana es uno de esos días pesados. Al canal, de ahí a comer, luego el francés. Probablemente no tenga tiempo para estar viendo blogs –ni éste ni otros–, ni imaginando qué pasaría si, por ejemplo, me encontrara a mi abuela preparando la cena al llegar de mi clase (mi abuela murió hace seis años).

    Sería raro verla ahí, como si nada, haciendo un cafecito con leche o unas quesadillas y poniendo cara de ‘rax, estás loca’ cuando yo le dijera: ‘pero si estás muertaaaaa!’

    Pero sería lindo verla. Quiero escribir su biografía y ahora me doy cuenta de que muchas cosas de su vida las ignoro.

    En fin. Mejor a dormir.

  • La madre de los vientos

    Vagando me topé con el blog de Julio, Tijuana en el exilio. Me gustó lo que dice sobre los papalotes. Me pregunto si llegará el día en que un publicista se pare frente al Viento y le diga: ‘Lo siento, tienes que dejar de soplar porque estás ‘out’. Le avisaremos a tu señora madre cuando se ponga de nuevo de moda el look a-la-despeiné’.

    Y de ahí, claro, me acordé del cuento de La Madre de los Vientos, que tanto me gustaba cuando niña. Creo que el nombre era ‘Los tres pelos del diablo’, pero también creo que estoy haciendo un remix de historias.

    Y si un día me encontrara realmente la cabaña en medio del bosque en la que vive la madre de los Vientos?

    (Uno de los vientos llega, con la protagonista a cuestas, a la casa del Diablo, en la versión que recuerdo de la historia. La niña logra hacerse con los tres pelos de oro del diablo y se casa con la prince…. hm. Tal vez no era niña, sino un soldado. O era un cuento lésbico).

  • ¿Y si los pingüinos decidieran conquistar el mundo?

    Miércoles, nuevo día, un poco de dolor de cabeza y modorra. Mucha. Hago cuentas y dormí alrededor de 12 horas, sólo interrumpidas en su primer tercio por la clase de francés. Oui, je ne parle pas françois, pero la esperanza muere al último.

    Trabajo: tengo que hacer un guión sobre ‘vivir con vih’. Tema difícil. Lo bueno es que me va a tocar hacer pronto el de ‘la risa como terapia’. Seguro que ése lo voy a disfrutar más.

    Qué más? Hmm… trabajo, sueño excesivo, dolor de cabeza (ay).

    Preguntas sin respuesta: pa quién escribo?

    Respuesta sin pregunta: La capital de Alaska es Juneau.

    Qué pasaría si los pingüinos se decidieran a conquistar el mundo?