Los blogs también tienen almas gemelas

Hoy desperté con el ánimo renovado. No es que haya disminuido la cantidad de trabajo (pro supuesto que no) pero al menos me siento menos agobiada. Total: la vida va a seguir con o sin chamba, y para qué hacerme la vida de cuadritos yo sola.

En fin. Que me desperté más tarde de lo usual (a las 6.50) y me bañé. Mientras estaba en la regadera, caí en cuenta que tenía varios días que no pasaba por ahí. Ahora entiendo que ese sano color chocolate no era por estar tomando sol… y que el extraño olor que me rodeaba no era el de pensamientos podridos. Ja.

Estoy de nuevo color amarillo-verdoso; menos saludable pero limpio, y escribiendo hoy, aquí, luego de echar un ojo a los comments que me dejaron y a los links correspondientes.

Y aquí es donde la nota empieza realmente:

Los blogs también tienen almas gemelas

Resluta que visité el blog de Camila, quien me dejó un mensajillo por acá. ¡Wow! Si tuviera que colocar los blogs por afinidad, el de ella estaría en los primeros lugares, junto con el difunto Felisa me muero (q.e.p.d.). Reí mucho con su texto sobre las colas, me identifiqué con lo que dice sobre Big Brother pero, sobre todo, es el tono. No sé si pe explico: podríamos tener ideas opuestas, pero el tono hermana los blogs. O algo así.

Estoy tratando de decir que me gustó mucho y cae en la clasificación de blogs de: ‘eso me hubiera gustado escribirlo a mí’. O algo asá.

En fin. Ya estoy viejita y ni siquiera puedo explicar esto que me pone emotiva. Je.

Ya luego escribiré mi teoría de las almas de los blogs, las afinidades y las desafinidades.

Nueva sección: recomendaciones bloguísticas

Hoy, en especial, quiero recomendar el blog de Luisfey, con sus historias por entregas: tiene ya un estilo muy propio y muy diver (chequen la historia del gato-perro).

También recomiendo el de Rodrigo, recién rediseñado por la profesora Mergruen, quien, por cierto, nos deja aterradoras imágenes en su texto sobre los pulpos…

La tercera de hoy es un blog rarísimo, pero que me gustó mucho: el de Lisa. Obviamente, es un pseudónimo basado en la peli de los Quay; pero es lo de menos. Los textos, breves (¿prosa poética?) y contundentes, dejan erizados los pelos de la nuca…

That’s it por hoy.


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