Que me llamen loca por escribir en pijama a las 6.39 de la mañana. No me importa. De todos modos, el día amaneció extraño, así que una manifestación de personas preocupadas u ofendidas por mi inestabilidad mental no haría sino añadir un toque de especia al día.
Soñé, toda la noche, que estaba armando un paquete de viaje que nomás no quedaba. Ya desde ahí es raro todo, porque son pocas las veces que en vez de soñar caras y hechos, sueño un monitor, y todo lo que pasa en el sueño, pasa en el monitor(1). Despierto. Veo que no estoy dentro de una compu (o eso creo). Bien. ¿Qué sigue? Ver el correo y encontrarme un escrito mega guau de Alberto acerca de las ciudades. Está muy bonito, ojalá lo publique en algún lado. Luego, también en el correo, me topo con la noticia del Big Brother Africa, que se me hace que es una cosa densísima: gente de diferentes países africanos, encerrada junta, con cámaras de tele… se me hace, de entrada, un experimento más interesante que Big Brother México. Me imagino a descendientes de los boers, zulúes, marroquíes, gente de creencia animista, mahometana, cristiana, personas de tribus que llevan años en una batalla sangrienta, nietos del apartheid, tanto de sus promotores como sus detractores…
Ya sé, probablemente BBA fue una basura como BBMéxico, pero fue una visión interesante.
También en mi mail: la noticia de que Europa propone un ‘día libre de autos’. Nice, Muchas ciudades inglesas participaron. Cierran las calles, la gente saca las bicis, todos felices. Me imaginé un día así en Mex. ¿Sería suficiente nuestro metro para que toda la ciudad se mueva de un lado a otro? ¿Trataríamos de ir a pie? Suena bonito. Pero antes de que pase, me gustaría vivir un poco más cerca del trabajo (todo se va relacionando con el texto de Alberto sobre la ciudad. Curioso.)
Luego, mi gato me llama urgentemente (no Beakman, la Negra). La sigo. Se detiene en el baño, en un rincón, y se queda mirando… nada. Lo jurito. Mira el rincón como si hubiera algo, y maúlla como cuando está en plan de cazar ratones. No tiene miedo, pero la mirada alerta y fija en un punto (en el que yo no veo nada) a mí sí me da miedillo. Y luego, lo que sea que mi gato haya visto se va, o la Negra pierde el interés, no sé. El chiste es que, muy satisfecha, deja de maullar y se sale del baño.
Son las 6.55 y tengo que bañarme. Miedo. Poquito.
Luego, Canal Once y lo que venga. Bostezo. Huevita.
En fin, saludos a todos y gracias por las porras. Voy a imprimir sus comentarios y se los daré a mi jefa en la próxima junta grillera :D
PD. Los textos sobre Africa me llegan gracias a un amigo de Cliff. Por cierto, su papá me mandó unas fotos. Extraño a mi amiguito :(
1. Hace muchos ayeres, cuando era adicta a la red, tenía una infatuación por icq. Nos pasábamos la noche y el día platicando por icq y, cuando él se iba a dormir, yo ponía en replay las conversaciones del chat de icq. El punto: mi vida era el icq. Luego nos conocimos en persona, las cosas no funcionaron, etcétera. Pero el punto es que, en esos días de horas y horas de icq al día, el rato que dormía… soñaba mensajitos de icq. Lo juro. Mensajitos con fondo negro y letras rojas, o chatscitos, o… el caso es que no me veía yo, ni mis manos, ni el teclado, ni al interlocutor. Sólo pantallitas de icq poblaban mis sueños. Ahora sí, enciérrenme.
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